Boswelia, antiinflamatorio y descongestivo natural

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Mitiga los dolores articulares y limpia los bronquios.

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Boswelia es un nombre genérico que abarca una amplia variedad de árboles de tamaño mediano a grande, con hojas caducas y diminutas flores de color blanco amarillento. Crecen de forma ramificada y desarrollan uno o varios troncos que se adhieren a las rocas en las pendientes escarpadas, formando un muñón de profundas raíces que les asegura una cierta estabilidad frente a las inclemencias del tiempo.

Las especies más conocidas son la Boswelia serrata, sacra, carterii y frereana. Son originarias de África, India y Oriente Medio y producen una resina muy aromática –el incienso– que se utiliza en muchos países con fines tanto terapéuticos como religiosos. La medicina ayurvédica y también la china emplean el extracto de esta planta para tratar una amplia gama de dolencias como la artritis, la diarrea, la colitis ulcerosa o el asma. La resina, al quemarse, desprende un profundo aroma que ayuda a reducir el estrés y la depresión.

Principios activos

La gomorresina obtenida por incisiones sobre el tronco de la boswelia contiene goma ácida (27-35%), gran cantidad de resina (60-70%), ácido boswélico (triterpeno) y aceite esencial (3-10%) rico en terpenos. El ácido boswélico posee un efecto antiinflamatorio similar al de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) convencionales pero, a diferencia de estos fármacos, su uso prolongado no causa irritación ni ulceración en las mucosas digestivas. Los terpenos son fundamentalmente antisépticos, antiespasmódicos, expectorantes, carminativos y eupépticos. Hay que tener en cuenta que la ingesta de aceites esenciales a dosis elevadas causa toxemia en el sistema nervioso central, mientras que por vía tópica estos aceites pueden provocar irritaciones y alergias. Bastan de 1 a 3 gotas para obtener sus beneficios.

Aplicaciones terapéuticas

El aceite esencial de boswelia se utiliza para mitigar los síntomas de la gripe, el resfriado, bronquitis, enfisema y asma. En uso tópico es eficaz para tratar las aftas, las parondontopatías, las ulceraciones de la piel, las inflamaciones osteoarticulares, las mialgias, las contracturas musculares y los forúnculos. Pero, aparte de esta amplia variedad de usos del aceite esencial, el extracto de boswelia es uno de los remedios herbales más eficaces para reducir los signos y síntomas de la artritis reumatoide y de la artrosis. Los extractos se comercializan normalmente estandarizados con un contenido del 37,5 al 65% de ácidos boswélicos. Para tratar estas dolorosas patologías osteomusculares se recomienda ingerir unos 450 mg de ácidos boswélicos. Si el extracto contiene sólo un 37,5%, se deben tomar 400 mg –que proporcionan 150 mg de ácido boswélico— tres veces al día. Los preparados de extracto de boswelia se administran al menos entre 8 y 12 semanas, se descansa un par de meses y se repite luego.

Los efectos secundarios de la boswelia se reducen a ligeras molestias estomacales en personas sensibles, así como diarrea, erupciones cutáneas o náuseas, que cesan al dejar de tomarla. No deben ingerirla los alérgicos a las plantas de este género o que presenten alergias respiratorias de origen desconocido.

El árbol del incienso

La palabra incienso deriva del vocablo latino incendoere, es decir, "encender, quemar, incendiar, iluminar…". La obtención de la gomorresina del incienso se realiza haciendo una incisión en los troncos de los árboles del género Boswelia. La resina fluye y se seca al contacto con el aire, formando pequeñas lágrimas redondeadas de una coloración pálida y opaca, de textura quebradiza y cuyo diámetro no supera los 2 cm. Cuando estas lágrimas entran en contacto con el fuego se derriten y liberan su exquisito y peculiar aroma.