La miel de manuka, el antibiótico natural más potente
La miel de manuka posee una alta concentración de sustancias con propiedades antibióticas.
Puede tratar con éxito infecciones que se resisten a los fármacos antibióticos.
Los escépticos dirán que la miel no deja de ser miel. Sin embargo las propiedades salutíferas de la miel de manuka son conocidas desde hace siglos por los aborígenes. Esta miel, clara, de color marrón intenso y sabor acaramelado, procedente de Nueva Zelanda, contiene una concentración de sustancias con propiedades antibióticas y antiinflamatorias hasta 400 veces mayor que otras mieles.
El arbusto de la manuka (Leptospermum scoparium) es un pariente lejano del árbol de té australiano y crece en zonas montañosas del norte de Nueva Zelanda. Cuando este arbusto silvestre florece, un manto blanco-rosado cubre las laderas de las montañas, convirtiéndose en un punto de atracción casi mágico para las abejas.
Los maoríes empleaban tanto las hojas, la corteza y los valiosos aceites esenciales con fuertes efectos antiinflamatorios de la planta como la miel procedente de sus flores. En las últimas décadas se han investigado a fondo sus virtudes y se ha decubierto que esta miel posee un fuerte efecto antiséptico, antibacteriano y antiviral muy superior al que normalmente se le atribuye a la miel. Incluso ha demostrado su eficacia frente a cepas resistentes a los antibióticos, como las del temido estafilococo áureo, que causa infecciones recurrentes en la piel (a menudo en las cicatrices de operaciones o traumas) o enfermedades como bronquitis, neumonías, sinusitis y otitis.
Durante mucho tiempo el porqué del efecto antibióticos de la miel de manuka fue un misterio, hasta que en el año 2006 el profesor Thomas Henle, químico experto en alimentos de la Universidad Técnica de Dresde (Alemania), descubrió su principio activo principal, la dihidroxiacetona (DHA), presente en el néctar y a partir del cual, en la colmena, se elabora el potente antibacteriano metilglioxal (MGO). A esto se unen pequeñas cantidades de agua oxigenada, que también produce un efecto antiséptico, e inhibina, que frena el crecimiento de gérmenes (estas sustancias están presentes en todas las mieles).
El contenido de MGO de la miel de manuka es extremadamente alto: va desde los 60 hasta los 800 mg/kg. La miel normal contiene entre 1 y 20 mg. Se sospecha que el alto contenido en MGO de esta miel tiene que ver con las condiciones adversas en las que crece el arbusto, extremadamente robusto y adaptado para sobrevivir en una región muy seca y expuesta a los rayos solares.
Para uso externo e interno
La miel de manuka se considera un antibiótico natural. Tiene efecto sobre multitud de bacterias e incluso gérmenes hospitalarios resistentes a los antibiótiocos. De ahí que se utilice en apósitos en el tratamiento de heridas, quemaduras y otras enfermedades de la piel y las mucosas que son vulnerables a este tipo de infecciones peligrosas.
También se emplea, por vía oral, ante enfermedades del aparato gastrointestinal que son provocadas por Helicobacter pylori y Escherichia coli. La miel de manuka, que no produce efectos secundarios, es especialmente valiosa en el caso de que se genere una resistencia a los antibióticos y se complique el tratamiento de los gérmenes gastrointestinales.
Como también frena el crecimiento de muchas enfermedades provocadas por hongos se puede emplear externa e internamente para tratar el pie de atleta o las candidiasis.
Posibilidades de aplicación de la miel de manuka
En caso de resfriados, dolores de cuello y tos, la miel de manuka se puede tomar directamente, a razón de tres cucharaditas a lo largo del día, o disolviéndolas en una infusión caliente (al MGO no le afecta el calor). En el caso de tomar la miel tal cual, hay que mantenerla todo el tiempo posible en la boca y luego tragarla muy lentamente. La última cucharadita del día hay que ingerirla justo antes de acostarse, de esta manera se aprovecha al máximo el efecto antiinflamatorio y anticariogénico.
La miel de manuka puede untarse antes de irse a dormir en las fosas nasales. De esta manera ayuda en caso de sufrir mucha mucosidad o sinusitis.
También se puede emplear en caso de cistitis, tomándola en infusión al menos tres veces al día.
Los diabéticos deben tener en cuenta que las aplicaciones externas de miel no causan ningún problema, pero las internas deben de ser evitadas.
Diferentes grados de calidad
Se encuentra miel de manuka en diferentes calidades. A mayor cantidad de MGO, mayor es la calidad (el Unique Manuka Factor también sirve para indicar la cantidad de MGO).
• MGO 100/UMF-10
Contiene al menos 100 mg de MGO/Kg. Esta miel relativamente floja fortalece el sistema inmunitario y se recomienda sobre todo para aplicaciones externas. Por ejemplo, en heridas infectadas crónicas, úlceras abiertas en las piernas, quemaduras, pie diabético y herpes. Debido a que la miel puede provocar dolor en su aplicación (que desaparece bastante rápidamente), hay que empezar con dosificaciones bajas.
• MGO 250/UMF-16
Es adecuada para irrigaciones nasales en caso de mucho moco y sinusitis. Se puede disolver la miel en solución salina tibia. En caso de tos e infecciones de garganta se debe tomar diariamente una cucharadita y disolverla lentamente en la boca. En caso de tos es recomendable tomarse una cucharadita disuelta en una infusión.
• MGO 400-500/UMF-20
Su alto contenido en MGO es adecuado sobretodo para uso interno en problemas gastrointestinales y en caso de padecer infecciones debidas a Helicobacter pylori, que se combate eficazmente con esta miel. Para ello hay que disolver tres veces al día de una a dos cucharaditas de miel en agua tibia y beberla a pequeños sorbitos. Es preferible empezar con una ingesta en ayunas y el resto tomarlas antes de las comidas. Esta miel con las más altas concentraciones, es también recomendable para combatir gérmenes resistentes de todo tipo, tanto internos como externos, y se convierte así en una valiosa ayuda contra los gérmenes súper resistentes que proliferan a gran velocidad.
Nota importante: La miel no sustituye el uso de antibióticos recetados por el médico. El tratamiento de infecciones con la miel debe realizarse bajo control médico.