¡Libérate de tensiones!
La rigidez o los dolores musculares se deben a tensiones cuyo origen está a menudo en las emociones negativas.
Al eliminarlas, se libera la energía vital del organismo.
El estrés y las emociones negativas o reprimidas crean nudos en el cuerpo que, si no se resuelven, ocasionan molestias y enfermedades. El cuerpo es un ente complejo que va registrando los acontecimientos y cambios que ocurren a lo largo de la vida. Desde que nace, integra las experiencias recreándose a sí mismo constantemente, sin embargo, a veces no puede gestionar todo lo que le ocurre, pierde su tendencia natural al equilibrio. Entonces se contrae, se bloquea.
Muchas de las tensiones que se manifiestan dolorosamente son el resultado de un anhelo constante por mantener el control sobre todo lo que acontece en el exterior, dejando de lado el reconocimiento de las sensaciones internas. Cuando se da más importancia a la razón que a los sentimientos y a la intuición, se pierde la armonía entre cuerpo y mente y se empiezan a experimentar las respuestas del cuerpo. Con el tiempo se forman patrones con aspectos mentales, musculares y orgánicos que pueden conducir a procesos bioquímicos, emocionales y físicos que salen a la luz como síntomas molestos.
La fisiología de la tensión
El proceso fisiológico de estímulo-respuesta-tensión servía a nuestros ancestros cuando debían afrontar una amenaza real para sus vidas. En nuestros días, la vida civilizada exige controlarse en situaciones incómodas, pero el cuerpo sigue reaccionando como si se encontrara en peligro de muerte. Lo peor es que la respuesta exagerada del cuerpo puede mantenerse durante mucho tiempo, hasta que se agota y eso tiene efectos adversos a corto y a largo plazo sobre la salud. Éstos pueden ir desde una noche aislada de insomnio hasta estreñimiento, dolores musculares o sensación de no estar a gusto en la propia piel.
Curar –aunque sería más adecuado decir “ocultar”– las tensiones con fármacos que alivian el dolor es una opción fácil, pero no eficaz porque no trata el origen del problema. En cambio, los tratamientos naturales reducen eficazmente las molestias y, sobre todo, favorecen que el cuerpo recupere la armonía y se libre de las tensiones. Es muy importante recordar que a través de las tensiones, el cuerpo nos envía un mensaje de alerta sobre algo que va mal y expresa, quizás, la necesidad de un cambio en las actitudes.
Las emociones reprimidas suelen revelarse en zonas del cuerpo especialmente sensibles:
• Los ojos son órganos muy delicados y pueden llegar a estar más tensos que cualquier otra parte del cuerpo. Cuando se encuentran doloridos y cansados, quiere decir que, seguramente, se han mantenido en estado de alerta durante demasiado tiempo. En la mayoría de actividades basta con una atención visual difusa, procurando que cambien continuamente de punto de atención.
Cuando aprecies dolor o tensión en ojos, entrecejo y frente, realiza el siguiente automasaje: Utiliza las palmas para presionar con delicadeza los ojos y la frente. Cierra los ojos y visualiza tras los párpados el azul intenso del mar. Mira fijamente un punto (un mandala, por ejemplo) y no pienses en nada concreto (deja que los pensamientos pasen sin prestarles atención). Echa suavemente agua fresca en los ojos durante dos o tres minutos. | ||
• En la mandíbula –una articulación que desempeña importantes funciones, desde la masticación y la deglución hasta la comunicación gestual y oral– se producen tensiones que se manifiestan en forma de rechinar de dientes, dolores de cabeza, de oído, de cervicales y de espalda, lesiones en los dientes y otros problemas. Estos síntomas se definen en conjunto como “problemas de la articulación temporomandibular”. La tensión que se acumula en la mandíbula deriva de las emociones que se contienen o se controlan, especialmente la rabia, el sentimiento de impotencia o la intolerancia no manifestada y reprimida durante tiempo. Muchas veces, un cambio de actitud ayuda en gran medida en estas situaciones, disminuyendo las pretensiones del ego y abriéndose a los puntos de vista de los demás.
Puedes intentar el siguiente ejercicio: Con la boca ligeramente abierta, se ejerce una presión con la yema de los dedos en la zona mandibular y se hacen movimientos circulares desde delante de las orejas hasta el ángulo de la mandíbula. Luego, se hace lo mismo por detrás de las orejas, del lóbulo a la parte alta, incluso hasta alcanzar las sienes. A continuación, se abre y se cierra la boca de manera exagerada, movilizándola de un lado a otro mientras se exhala largamente. Por otra parte, puedes contemplar la posibilidad con tu odontólogo de dormir con una férula de descarga. | ||
• El cuello, una de las partes del cuerpo más vulnerable a las influencias internas y externas, frecuentemente presenta molestias y, en ocasiones, una notable rigidez que limita la movilidad de la cabeza, pudiendo incluso producir severos trastornos neurológicos, que a su vez afectan a los hombros, los brazos y las manos. La tensión que generalmente se registra en el cuello se relaciona con posturas inadecuadas, pero en ocasiones revela una pugna interior entre lo que se vive y lo que se siente, una dificultad para expresar o llevar a cabo las propias ideas, deseos y sentimientos. El cuello representa metafóricamente el sistema de comunicación entre lo racional y lo sensorial.
Para mejorar esta comunicación, se sitúa la mano en la nuca y se desliza con suavidad por el cuello, dirigiéndola con firmeza hacia la clavícula, al tiempo que se gira la cabeza hacia el hombro contrario. Es importante soltar el aire mientras se realiza el movimiento. El deslizamiento se repite diez veces hacia cada lado. Pon la mano sobre la oreja del mismo lado del cuerpo. A continuación, empuja la cabeza con suavidad, a la vez que bajas ligeramente el hombro del brazo que se encuentra relajado al lado del cuerpo. Este estiramiento se realiza hasta sentir cómo los músculos del cuello se van alargando. Mientras, se suelta el aire en una larga espiración. A continuación, la cabeza vuelve a la vertical y se inspira. Realizamos el ejercicio tres veces hacia cada lado. Después, se pueden ejercer presiones suaves con la yema de los dedos sobre la base del cráneo, desde el centro hasta la depresión que se halla detrás de las orejas. Al hacer estas presiones, conviene espirar, mientras se lleva la cabeza ligeramente hacia atrás. | ||
• Los hombros son articulaciones que permiten movimientos muy amplios. Sin embargo, muchas personas presentan una rigidez que puede llegar a ser dolorosa. Es posible que esta falta de movilidad guarde relación con una falta de expresión de la energía ascendente del corazón y los pulmones, según la medicina china. Cuando la tensión se acumula a la vez en hombros y cuello, puede darse el llamado "síndrome de la percha". En ésta se cuelgan todas las responsabilidades, las frustraciones y las desorientaciones que algunas situaciones mal llevadas nos hacen padecer. Como consecuencia, perdemos energía y acumulamos una tensión que se manifiesta como una sensación de carga sobre los hombros.
Coloca una mano por encima del hombro, cogiendo la musculatura –el trapecio– con firmeza y apretándola como si la quisieras exprimir, al tiempo que se suelta el aire. Se realizaeste ejercicio cinco veces por cada lado. Traza círculos con ambos hombros a la vez, comenzando con movimientos pequeños que primero se van ampliando y luego reduciendo hasta volver, lentamente, a la quietud inicial. Los círculos se trazan primero hacia adelante y, luego, hacia atrás. Es muy recomendable escoger el momento de la ducha para realizar estos ejercicios bajo el chorro de agua caliente, aprovechando así las propiedades relajantes del agua. | ||
• El diafragma contraído dificulta la respiración profunda propia de los bebés y de los animales que, al inspirar, hinchan el vientre y al expulsar el aire, lo desinflan. En los adultos, el abdomen refleja las tensiones y dificultades que tienen que ver con la emocionalidad reprimida. Como consecuencia, la respiración se hace limitada, superficial, y puede alterar el funcionamiento del estómago y del resto del sistema digestivo. A veces, se acumula en las fibras lisas del colon o bien en otros órganos vitales del abdomen: bazo, hígado, vejiga, próstata o matriz. Por esa razón, la técnica de respiración ventral es muy positiva para facilitar la distensión diafragmática.
Más ejercicios para relajar tensiones
Relajación general. Además de detectar y liberar las tensiones localizadas en zonas concretas del cuerpo, conviene realizar habitualmente técnicas que favorezcan una distensión generalizada. Cada persona tiene que averiguar cuál es la más eficaz para ella. Un deporte con ciertas dosis de agresividad dirigida hacia algún objeto (squash, saco de boxeo...) puede ser lo más recomendable para unos. Soltarse y alternar movimientos rápidos, patadas y gritos durante varios minutos, seguidos de la tranquilidad más absoluta, suele ayudar a remediar las tensiones y dificultades musculares que se acumulan en el cuerpo.Aunque quizá donde resulta más evidente la dialéctica entre tensión y distensión sea en el orgasmo. Otros obtendrán mejores resultados con técnicas de relajación durante cinco o diez minutos, tres veces al día.
Cómo relajar la boca del estómago. Las úlceras de duodeno y otros trastornos digestivos aparecen en personas sometidas a estrés y tensiones de forma repetida en el tiempo en todas o en algunas facetas de su vida. Relajar la boca del estómago ayuda a aliviar las preocupaciones y, por consiguiente, a cuidar la salud del sistema digestivo. De pie, con las piernas algo separadas y las rodillas ligeramente flexionadas, se colocan las palmas de las manos en la parte posterior de los muslos y se arquea el torso hacia atrás, soltando la cabeza, de modo que se sienta cómo se extiende la boca del estómago (la zona inmediatamente debajo del esternón). Mientras se mantiene esta posición, se dirige la mirada al cielo o se cierran los ojos, dejando la boca abierta para inspirar por la nariz y espirar a la vez por la boca y por la nariz. Lo ideal sería realizar diez respiraciones completas y, luego, volver a la posición natural. Para finalizar, es recomendable masajear con la yema de los dedos el arco diafragmático siguiendo todo el reborde torácico. Para eliminar las tensiones que afectan al sistema digestivo, se puede también recurrir a la fitoterapia. Los resultados son muy satisfactorios con la alcachofera (Cynara scolymus) y con la menta (Mentha piperita) por su efecto calmante y por su buena tolerabilidad.
Masaje para distender las muñecas. Estas sufren las consecuencias de la rutina, que puede pasar factura en los planos mental y físico. Comienza masajeando un poco los músculos del antebrazo. Luego, sitúa el pulpejo del pulgar sobre el centro del pliegue de la muñeca y ejerce una presión suave durante tres minutos al tiempo que se respira profunda y lentamente. A continuación, se hace jugar la articulación, movilizándola lentamente en todos los sentidos mientras se la sujeta muy suavemente con la otra mano, como acompañando el movimiento o escuchando a través de ella las sensaciones internas que se generan. Conviene realizar este ejercicio varias veces al día, sobre todo después de una actividad que implique movimientos fijos y repetidos, como teclear o escribir.
Presiones para destensar las pantorrillas. Las pantorrillas deben prestar impulso cuando una persona está a punto de dar un salto. Por eso, los síntomas en las pantorrillas guardan relación con dificultades para dar pasos vitales hacia adelante o con las oportunidades que se escapan. También tienen que ver con la capacidad de imponerse. Cómodamente sentados, se dobla una pierna colocando el pie de ésta sobre el muslo de la otra, de modo que la pantorrilla quede expuesta hacia uno. Entonces, se sitúan ambos pulgares en un punto que se encuentra en el centro de la pantorrilla, exactamente en la depresión que se forma entre los músculos y el tendón de Aquiles. Se ejerce una presión profunda, sin llegar a provocarse dolor, por espacio de tres minutos en cada una de las pantorrillas. Debe respirarse lenta y profundamente mientras se mantiene la presión. Seguidamente, relizamos presiones con los pulgares a lo largo de la línea media de la pantorrilla; de la corva al tendón de Aquiles. Se repite el recorrido de ida y vuelta varias veces hasta sentir que la musculatura se relaja.
Ejercicio para relajar la espalda. El dolor de espalda es una de las molestias más extendidas, tanto entre las personas sedentarias como en las que realizan esfuerzos excesivos. Las tensiones en la espalda, a veces, obligan a adoptar posturas incorrectas que revelan mucho sobre la actitud vital de la persona: excesiva sumisión, necesidad de imponerse, deseo de no ser visto... Para disminuir las tensiones que se acumulan en esa zona, nos situamos de pie con las piernas ligeramente separadas, las rodillas un poco flexionadas, los brazos en un ángulo de 90 grados a la altura de los hombros, con la cabeza hacia atrás y la espalda curvada. Inspiramos profundamente y, al soltar el aire, llevamos los brazos hacia el centro del pecho. Al tiempo que se hunde el pecho, se recoge el abdomen y se inclina la cabeza hacia adelante, sintiendo cómo la espalda se redondea y adopta una curvatura inversa a la anterior. El ejercicio se debe realizar unas diez veces con un ritmo lento y acompasando la respiración.
Técnicas de distensión para las rodilllas. La rigidez en las rodillas está relacionada con la voluntad de imponerse en cualquier circunstancia. Las molestias pueden estar pidiendo que seamos más humildes. Nos sentarmos cómodamente y colocamos la yema de los dedos sobre las rodillas, ejerciendo presión y manteniéndola mientras trazamos varios círculos alrededor de ellas. Después se realiza una fricción vigorosa y de larga duración en los lados internos y externos de las rodillas. A continuación, practicamos suaves estiramientos de la pierna para facilitar la movilidad y reducir la tensión existente. Además de practicar estos ejercicios con regularidad, cuando las molestias en las rodillas son importantes, da buenos resultados la aplicación de cataplasmas de arcilla verde, que tienen la propiedad de absorber la tensión y favorecer la relajación.