Suculento y refrescante níspero

16.5.2013
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Es la primera fruta de hueso que nos deleita con su temprana presencia, y por eso es cada vez más apreciado.

Cuando el albaricoque, la cereza y la ciruela todavía están de camino, el níspero nos seduce ya con  su pulpa fresca y su característico sabor dulce y ácido a la vez.

Los nísperos alegran todo tipo de huertos y jardines de la zona mediterránea con hojas verde intenso en contraste con sus frutos anaranjados. Está tan bien adaptado a la zona de cultivo del olivo y el naranjo que sorprende saber de su origen asiático, del Japón. El Eriobotrya japonica se introdujo en Europa hace  más de  dos siglos, con motivos ornamentales. Su precocidad, junto con el buen aspecto y sabor de sus frutos motivó que se fuera cultivando cada vez más con fines dietéticos. En el litoral mediterráneo, en  Alicante, Granada y Málaga es una fruta que cubre el hueco entre las naranjas y las primeras frutas carnosas.

Los nísperos encierran entre una y cuatro semillas grandes y unidas en un núcleo. Presentan una piel delgada y resistente que se desprende con facilidad de la pulpa que es de consistencia firme y carnosa. Tierna, azucarada y acídula, tiene un sabor peculiar, agradable y refrescante que sugiere el de algunos tipos de cerezas o ciruelas.

Se han de comer totalmente maduros, que es cuando son más dulces y se digieren mejor. Su aceptación como fruta de mesa, para confitar, endulzar o dar un toque diferente a ensaladas y postres, va en aumento. Como es una fruta de temporada muy corta se recibe con deseo. Con ellos se puede hacer originales compotas y mermeladas, aunque la mejor forma de aprovechar sus propiedades es siempre comiéndolos en crudo.

Forman parte de vistosas macedonias combinados con kiwis y plátanos, y son el relleno ideal de tartaletas frescas cuando aún no han llegado otras frutas. Su bonito color también da vida a platos crudos de hortalizas, y es sorprendentemente bueno comido junto con endivias o apio y queso curado. También pueden formar parte de un desayuno ligero junto con bebida de soja y tortitas de arroz. Si se bate mezclado con manzana sirve para preparar una papilla que alivia las diarreas de los niños pequeños. 

El níspero es un alimento liviano, con un índice calórico muy bajo, sin apenas grasas, limitado en azúcares, con bastante fibra y un gran contenido en agua. Como es rico en potasio y pobre en sodio, es un excelente diurético que ayuda a equilibrar los niveles de acidez de la sangre y a eliminar arenillas y otros sedimentos tóxicos, muy apropiado para las dietas depurativas de primavera.

Es tonificante y refrescante y, al contrario de las ciruelas y otros frutos de hueso ejerce acciones astringentes y reguladoras sobre las mucosas intestinales, por lo que actúa como un excelente antidiarreico. Su bonito color se debe a los betacarotenos precursores de la vitamina A, que actúa sobre los ojos y la piel.

Otras vitaminas que destacan son la B5, que también previene la salud de la piel y el cabello, y otras del grupo B, como B1, B2 y B3, beneficiosas para el sistema nervioso. En cambio, su riqueza en vitamina C es limitada. Entre los minerales destaca por tener bastante calcio, fósforo y hierro, para ser una fruta.

También contiene oligoelementos muy interesantes como el azufre, que forma parte de las proteínas, cinc y cobre. Otros compuestos son taninos y ácidos orgánicos como el tartárico y cantidades apreciables de ácido málico y  ácido cítrico.

Existe otro tipo de nísperos que crecen silvestres en los bosques de las zonas templadas o frescas de Centroeuropa desde siempre, y que no deben ser confundidos con los que estamos tratando. Su nombre es Mespilus germanica, y crecen en un arbolillo mediano de grandes hojas verdes. Son redondos o ligeramente alargados,  de color canela y con pelusa, tienen siempre cinco semillas y maduran  en otoño, como el membrillo, al que se asemejan porque son muy acres y no se pueden comer sino están muy maduros o cocidos. Se recogen muy tardíos, con los primeros hielos y se dejan conservar entre paja, para que sufran una fermentación  que los trasforma,  ablanda su pulpa y les da un color pardo y un sabor azucarado y acídulo. En ese estado son comestibles y muy agradables, pero no se puede abusar de ellos porque son fuertemente astringentes. 

El níspero ecológico de temporada

Los nísperos se agrupan  en racimos que se suelen aclarar, para que los frutos sean mayores. En la actualidad se hace con medios químicos, por lo que conviene buscar nísperos de cultivo biológico y aclarados a mano, como se hacía tradicionalmente, retirando los más imperfectos o menos medrados. 

Variedades tempranas: la  coloración es más clara, tanto en la piel como en la pulpa. Su sabor más neutro y su tamaño pequeño se tolera porque significan el inicio de temporada. Contienen menos semillas. Entre ellas destaca la variedad Algerie, de Alicante. 

Variedades de maduración tardía: como la Tanaka, están, más expuestas al golpe de sol y presentan frutos de color más intenso, mayor calibre y extraordinario sabor.