Menta para el hipertiroidismo
La menta de lobo (Lycopus europaeus) puede ayudar a que la glándula tiroides produzca menos tiroxina.
Existen múltiples especies de menta, aunque las más conocidas son las Mentha piperita y la Mentha sativa o hierbabuena. Crecen en ambientes húmedos y drenados, como riberas o pastizales. Aunque todas ellas comparten la propiedad de ser plantas aromáticas que mejoran dolencias digestivas -especialmente los gases y los espasmos abdominales-, cada una tiene unas propiedades únicas.
En el caso de la denominada menta de lobo (Lycopus europaeus) es antitiroidea, hipoglucemiante, antihemorrágica y febrífuga. De todas las mentas, es la variedad menos aromática. Presenta hojas dentadas y flores blancas manchadas de púrpura. Un vaso diario del jugo de la planta fresca -en infusión o en tintura- reduce la hormona tiroidea tiroxina 4, por lo que resulta muy útil para controlar el hipertiroidismo.
También es un buen coadyuvante en la diabetes y, por sus taninos, en uso externo ayuda a frenar hemorragias y a cicatrizar heridas.