Lo que esconden las 10 mayores empresas de la alimentación
Intermón Oxfam ha relizado un informe en el que analiza las políticas ambientales y sociales de las grandes marcas y lanza una campaña de concienciación.
En plena polémica por el fraude de la carne, quizás se deja de profundizar en cuestiones mucho más importantes sobre las grandes multinacionales alimentarias: ¿qué hay verdaderamente detrás de sus productos, más allá de los ingredientes? ¿Cuál es su política con respecto a los agricultores de las zonas más pobres, al cuidado del medio ambiente o del agua?
Para dar respuestas a estas preguntas, Intermón Oxfam ha elaborado un informe sobre las 10 principales marcas de alimentación y bebida mundial y analiza y compara su impacto social y medioambiental. La campaña "Tras la marca", que arranca con ese informe, incluso pone nota a cada una de ellas en diferentes apartados: trato a los agricultores, a los trabajadores, las mujeres, la tierra, actuación contra el cambio climático, gestión del agua o sobre su transparencia.
Esas 10 grandes empresas ingresan 1.000 millones de dólares al día y están valoradas en 7 billones de dólares. Son Danone, Coca-Cola, General Mills, Unilever, Nestlé, Pepsico, Mars, Mondelez International, Kellog's y Associated British Food, pero según afirma Teresa Cavero, responsable de investigaciones de Intermón, "mientras estas empresas prosperan, las personas que trabajan para ellas, y les dan la tierra y el agua, son cada vez más pobres", ya que el éxito económico de estas compañías se fundamenta en la disponibilidad de tierras y en la mano de obra mal pagada.
Gran parte de los beneficios de estas empresas los consiguen con la disponibilidad de tierras donde cultivan materias primas a costes muy bajos. Para Intermón Oxfam, estas ventas de tierra deben denunciarse ya que provocan que las comunidades agrícolas pierdan el control sobre sus bienes y se vean abocadas a la pobreza. Según la ONG, desde el año 2000 se han registrado más de 900 transacciones de tierras a gran escala en muchos países donde la población pasa hambre. Estas tierras podrían haber producido alimentos para mil millones de personas.
Denuncian también la explotación de los trabajadores, en algunos casos incluso puede hablarse de esclavitud, ya que abundan no solo las condiciones de inseguridad laboral sino también los trabajos forzados.
"En Pakistán, las comunidades rurales afirman que Nestlé embotella y vende agua subterránea de muchísimo valor cerca de pueblos que no pueden permitirse agua potable. En 2009, Kraft fue acusada de comprar carne de vacuno a proveedores brasileños involucrados en la tala de árboles en la selva amazónica para que pastara el ganado. Y actualmente Coca-Cola se enfrenta a denuncias de trabajo infantil en su cadena de suministro en Filipinas. Por desgracia, este tipo de acusaciones no constituyen un hecho excepcional", declara Intermón Oxfam en su informe.
La campaña "Tras la marca" tiene como objetivo incrementar la transparencia y la rendición de cuentas de 10 de las empresas de alimentación y bebidas más poderosas del mundo y que los consumidores estén informados y presionen para que la responsabilidad social y ambiental mejore, puesto que estas empresas son sensibles a la opinión de los consumidores.
En el análisis realizado, todas las compañías suspenden abrumadoramente en su política y gestión de tierras. La que más puntuación general obtiene, Nestlé, consigue solo 38 de los 70 puntos posibles. En la cola están Kellog's, con 16 puntos de 70, y Associated British Food, con 13 de 70.
Esta infografía, realizada por Intermón Oxfam, muestra las puntuaciones de las empresas en estos apartados (por orden): Tierra, Mujeres, Agricultores, Transparencia, Cambio Climático, Trabajadores y Agua.
Más información: Intermón Oxfam