La empresa Escal UGS rehúye la responsabilidad sobre los terremotos más intensos, pero los expertos la contradicen

9.10.2013
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En el entorno del almacenamiento de gas existen fallas que podrían provocar terremotos de hasta 6,9 grados Richter.

Mientras Escal UGS, la empresa que gestiona el proyecto Castor, rechaza su responsabilidad sobre los movimientos sísmicos superiores a 3 grados Richter, expertos independientes aseguran que las inyecciones de gas pueden estar relacionadas con los terremotos más intensos y que no son todavía descartables otros mayores.

Según el director del proyecto Castor y presidente de ESCAL-UGS, Recaredo del Potro, la causa de seísmos superiores a los 3 grados debe buscarse en el movimiento de alguna falla que no sea la de Amposta. Del Potro señala a otras fallas más pequeñas y menos controladas que tampoco podrían provocar grandes terremotos. En cualquier caso, "son cosas de la naturaleza", según Del Potro. 

El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha avalado esta tesis al afirmar que se desconoce a que se deben los terremotos de hasta 4,2 grados de intensidad, aunque espera a conocer los informes técnicos. 

Por su parte, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ha asegurado que no existe ningún riesgo porque la planta ha paralizado sus trabajos. Para Fabra, al cesar las inyecciones de gas, han ido disminuyendo los terremotos, lo que hace pensar en que el problema se ha solucionado.

Sin embargo, expertos geólogos independientes no son tan optimistas y realizan algunas advertencias. Antonio Aratxebala, geólogo y profesor en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra, señala que "las fallas hoy detonadas por las inyecciones no son muy grandes, pero lo suficiente (10-15 km de longitud) como para provocar terremotos de mayor magnitud que hasta la fecha".

"La sismicidad inducida por cambios climáticos, embalses, inyecciones, etc, desafortunadamente sigue siendo considerada marginal en los ámbitos científicos españoles, mientras que se toma muy en serio, por ejmplo, en Estados Unidos", añade. 

Eulàlia Massana, profesora titular de Geodinámica Interna en la Universidad de Barcelona, asegura que "no hay discusión sobre la relación entre los terremotos y las inyecciones de gas". "Los primeros terremotos fueron producidos por fallas muy pequeñas. Los movimientos un poco mayores pudieron ser un segundo efecto, debido a la sucesión de fracturas", afirma.

Según Massana, las inyecciones podrían haber bloqueado el movimiento de la falla, favoreciendo que llegue a un punto crítico, con lo que "podríamos sufrir un terremoto mayor que los registrados hasta ahora. No podemos descartar esta posibilidad". No obstante, los terremotos provocados podrían estar tanto aumentando como reduciendo la energía acumulada.

En este sentido, un informe del Instituto Geológico y Minero (IGME) informa de que en el entorno del almacén subterráneo de gas existen cuatro fallas peligrosas. Una de ellas incluso podría desencadenar un seísmo con una con una magnitud máxima de hasta 6,9 en la escala de Richter.

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