Cuando te des un golpe, aplícate lechuga (en serio)
Las lechugas no solo son un alimento muy sano. También son un remedio casero, natural y eficaz para las contusiones. Te explicamos cómo utilizarla.
Las lechugas, sobre todo las variedades iceberg, escarola y butter-head, frenan las inflamaciones gracias a su contenido en dos sustancias amargas: lactucina e intibina. Estas sustancias favorecen los procesos curativos en el tejido, en los tendones y los ligamentos. Además de eso ayudan a calmar el sistema nerviosos vegetativo y disminuyen el dolor.
Para aprovechar bien sus propiedades se deben tomar de dos a tres hojas bien frescas y crujientes de la lechuga guardada en la nevera. Se colocan sobre la zona de la contusión y se fijan con una venda elástica. En el momento en el que se sientan calientes se deben cambiar por otras nuevas frescas. Esta operación se debe repetir durante dos días, espaciando la colocación de hojas nuevas.