Gratitud
MeditAcciones
¡Qué poco cuesta dar las gracias! ¡Qué fácil es mirar hacia atrás con gratitud, ahora que cae el telón del año, y pensar en esas tres, cuatro o cinco personas que nos han ayudado a seguir avanzando en los momentos más duros.
Sus números de teléfono y sus correos electrónicos los tenemos a mano. Más de una vez hemos querido expresarles seguramente nuestro más profundo agradecimiento. Por una llamada a tiempo, por unas palabras de apoyo, por un abrazo sincero…
Ahora es también el momento de pensar en los que se fueron. De agradecer el regalo increíble que fue su paso fugaz por la vida. De enaltecer todo lo que nos dejaron en el momento de su partida.
“No puedo ocultar que tengo miedo, pero mi sentimiento predominante es la gratitud”, escribió el neurólogo Oliver Sacks en la antesala de la muerte. “He amado y he sido amado, me han dado mucho y he dado algo a cambio, he leído y he viajado, he pensado y he escrito”.
Con esa honda humanidad que le distinguía, Oliver Sacks hace acopio de sus experiencias “como animal pensante en este bello planeta”. La luz se va apagando a su alrededor, pero él celebra a su manera los últimos destellos y convierte el sufrimiento en “Gratitud”, su despedida del mundo de los vivos.
“No habrá nunca nadie como nosotros cuando nos hayamos ido”, advierte el neurólogo inmortal. Y no habrá una sensación más intransferible, efusiva e intensa que esa de dar gracias a la vida, que nos sigue dando tanto…
(“Al universo le gustan las personas agradecidas”, Louise Hay).