Dormir la siesta mejora la memoria

19.6.2012
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Dormir una siesta de 45 minutos ayudaría al cerebro a procesar información destinada a la memoria, indicó un nuevo estudio. "Una siesta mejora el rendimiento de varias tareas, en especial en las personas que aprendieron algo muy bien antes de dormir", dijo el doctor Matthew Tucker a Reuters Health.

"En cambio, una siesta no tiene el mismo efecto reforzador en las personas que aprendieron algo sin mucho interés antes de dormir", agregó Tucker, de Beth Israel Deaconess Medical Center, en Boston, Massachusetts.

El equipo dirigido por Tucker estudió cómo una siesta de 45 minutos influía en la memorización de información fáctica y espacial. El estudio se realizó sobre 11 varones y 22 mujeres, todos estudiantes universitarios.

Los estudiantes, que no habían consumido cafeína, alcohol ni medicamentos, tenían alrededor de 23 años cuando concurrieron al laboratorio del sueño en la University of New York, para el estudio.

Según el artículo publicado en la revista Sleep, los participantes hicieron tres tareas de memorización: en una debían relacionar 60 pares de palabras, como árbol-nariz; en otro tenían que desplazarse por un laberinto en la pantalla de una computadora y en el último, debían copiar una figura compleja en 5 minutos.

Luego, los investigadores colocaron a los estudiantes al azar en distintas cámaras de sueño individuales, donde 16 debían dormir y 17 debían descansar, pero sin dormir. A los 10 minutos, el grupo que no tenía que dormir pasó a otra habitación para mirar televisión, mientras el resto dormía una siesta de 45 minutos.

A las dos horas, y una vez que todos los participantes habían visto la misma película, el equipo les pidió que recordaran los pares de palabras y, además, les midió la velocidad y la precisión en el laberinto y la capacidad de volver a dibujar de memoria la figura compleja.

Entre los estudiantes con un alto rendimiento en las pruebas iniciales, los que habían dormido obtuvieron mejores resultados al volver a realizar las tres pruebas que los que habían permanecido despiertos.

En cambio, escribieron los autores, la siesta no mejoró la memoria en aquellos con un rendimiento inicialmente bajo.

Los resultados, señaló Tucker, "sugieren claramente que dormir, incluso una siesta corta" ayuda al cerebro a procesar selectivamente la información bien aprendida.

El próximo paso lógico, agregó el autor, sería analizar los factores que mejoran el aprendizaje y cómo esos factores están asociados con el aumento de la memoria durante el sueño.

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