Autocuidado y tratamiento natural de las molestias lumbares

21.11.2013
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El dolor en la parte baja de la espalda afecta en algún momento de la vida al 90% de los adultos y del 10 al 20% lo sufren al menos una vez al año.

La mayoría de dolores de espalda están causados por contracciones musculares. A veces la causa es un pinzamiento de un nervio producido por un disco vertebral "desviado" (en este caso, si está afectado el nervio ciático, el dolor puede llegar hasta las nalgas o las piernas e ir acompañado de sensaciones de hormigueo o adormecimiento).

Las personas que tienen una mala condición física y cuyo trabajo requiere un esfuerzo físico, así como las que pasan períodos prolongados de tiempo sentados o de pie tienen mayor riesgo de padecer problemas en la parte baja de la espalda. Asimismo la tensión emocional o los largos períodos de inactividad hacen que los problemas de la espalda se agraven.

Tratamiento natural

La medicina convencional raramente determina la causa original del dolor. El objetivo de la exploración del paciente es descartar problemas como artritis, osteoporosis o infecciones urinarias. Lo más frecuente es que no se encuentren estas alteraciones, entonces el dolor de espalda se trata con analgésicos, antiinflamatorios, estimulación eléctrica o packs fríos y calientes. Se trata de estrategias para eliminar los síntomas que no tratan las causas del problema.

Los tratamientos naturales van más allá. De acuerdo con un estudio publicado en la New England Journal of Medicine (NEJM), los pacientes con dolor de espalda subcrónico pueden ser tratados eficazmente mediante la manipulación osteopática, que actúa sobre las vértebras y los tejidos blandos.

Los quiroprácticos también pueden tratar subluxaciones que estén en el origen del problema.

La acupuntura, por su parte, ha demostrado su eficacia en el alivio del dolor sin provocar efectos secundarios. Una vez que las agujas le han liberado de las molestias, el paciente puede abordar el trabajo físico o los cambios de conducta que requeridos para solucionar el trastorno.

El yoga, los ejercicios de fisioterapia, el masaje terapéutico para aflojar la musculatura y las técnicas de reeducación postural (como la RPG o la técnica Alexander) completan el abanico de posibilidades.

Autocuidado

Conviene que la prevención y el autotramiento del dolor de espalda se realice desde el mayor número de ángulos posible. Algunas de las medidas que se pueden tomar son las siguientes:

1. Para reducir el dolor, tumbarse de espaldas, con las rodillas ligeramente flexionadas sobre un cojín. Se acerca lentamente una rodilla al pecho con la ayuda de la mano del mismo lado y se mantiene el estiramiento durante dos segundos. Luego se extiende de nuevo la pierna. La respiración tiene que coordinarse de manera que la exhalación coincida con la flexión y la inspiración con la extensión. Se hacen 20 flexiones cada hora mientras dure el dolor. 

2. Sentarse con la espalda recta en una silla, colocar las manos a la altura de las patas delanteras e inclinar lentamente el tronco hacia adelante mientras las manos se deslizan por las patas hacia abajo.  

3. Una vez haya desaparecido el dolor se puede iniciar un programa de rehabilitación para fortalecer los músculos de su espalda baja y los abdominales. Además son muy recomendables los ejercicios de estiramiento para aumentar la flexibilidad.

4. Asegurarse de que la mesa de trabajo se encuentra a una altura adecuada a la estatura. Las características de la silla y la posición del ordenador también son aspectos a tener en cuenta (ver el recuadro). 

5. Usar calzado flexible con un tacón moderado. 

6. Dormir boca arriba con una almohada bajo las rodillas, o de lado con las rodillas dobladas y una almohada entre ellas. Utilizar un colchón firme.

7. Realizar ejercicio físico regularmente es esencial. Aun con dolores leves se pueden caminar distancias cortas, recurrir a una bicicleta fija o nadar. En caso de dolor agudo hay que descansar dos o tres días antes de empezar con el ejercicio.

8. Aprender hábitos de higiene postural para realizar actividades cotidianas, como alzar los objetos agachándose y acercándolos al cuerpo primero (así las piernas realizan el esfuerzo, en lugar de la espalda).