Pasarán estos días
El autor de los poderosos carteles, con fondo psicodélico y rabiosamente positivo, no es otro que Mark Titchner
“Por favor, creedlo, pasarán estos días”… La proclama se ha encaramado a las vallas publicitarias, a las paredes desnudas, a cualquier espacio que quede libre en calles desoladas de Londres, Manchester o Birmingham. Y también al imaginario colectivo de los británicos, necesitados como todos de un rayito de esperanza para salir del túnel… “Please believe these days will pass”.
El autor de los poderosos carteles, con fondo psicodélico y rabiosamente positivo, no es otro que Mark Titchner, el artista londinenese 47 años que fue finalista del Premio Turner en el 2006 con sus obras que giran en torno al poder de la palabra… “¿Por qué no ahora?”, “Todos para uno, uno para todos” o “Enfádate, pero no dejes de respirar” dan título a algunas de sus instalaciones más emblemáticas, en las que juega igualmente con el espacio, la luz y la conciencia.
Los carteles coloristas de Titchner lo llenan todo estos días, en esa luminosa y radiante primavera que se ha instalado en las islas británicas, en contraste con la imagen descorazonadora que ofrecen las ciudades. “He querido salir al encuentro de la gente que hace cola y guarda la distancias en los supermercados, y de los que cambian de acera para evitar cruzarse con otros”, asegura el artista.
De alguna manera, ha sido como si en medio de la cuarentena, deciciera comunicarse con los demás “a través de las ventanas” y sin necesidad de recurrir a los sortilegios de la tecnología, con un mensaje muy simple pero al mismo tiempo “superpoderoso”: “These days will pass” (en mayúsculas, para que se vea más).
Pasarán estos días, pasarán. Nunca volveremos a lo que teníamos antes, pero a lo mejor eso es bueno. Vivíamos en una extraña autocomplacencia, pensando que nada podía con nosotros… Pasarán estos días, pero no podemos ceder ante el miedo, real o impuesto. Necesitaremos un período de ajuste, pero quizás podamos aprovechar todo lo aprendido durante el “cerrojazo” para asomarnos al mundo de otra manera. Esto no es un final, sino un nuevo principio.