Germinados muy depurativos
Los brotes son una excelente elección para recuperarse de los excesos de las fiestas.
Nos depuran de manera natural y fortalecen nuestras defensas.
Comienza el año y, en estas fechas, no hay propósito más popular en los países desarrollados que el de cambiar los malos hábitos alimenticios. Por supuesto, estos deseos se suelen reafirmar tras comprobar los estragos que han causado en nuestro cuerpo, en forma de trastornos digestivos o algún que otro kilo extra, los festejos navideños. El problema es que estas buenas intenciones duran poco y volvemos a caer en las malas costumbres.
Los mejores propósitos de enmienda no deberían poner metas muy altas. Pero, además, antes de introducir grandes cambios en la alimentación, es importante que limpiemos el organismo de los excesos cometidos. Para ello, contamos con uno de los ingredientes más extraordinarios de la naturaleza que, además, es apto para todos los públicos: los germinados. Tienen la capacidad de depurarnos de manera natural mientras nos regeneran por dentro y favorecen la mejor asimilación del resto de los alimentos que ingiramos junto a ellos.
Incluir 200 g diarios de brotes en la dieta de la embarazada puede prevenir dolencias neurodegenerativas y cardiovasculares en el bebé
Para consumir vivos
Hay pocos comestibles que se puedan comparar con los germinados, y más si pensamos que estos delicadísimos brotes son los únicos alimentos que podemos consumir vivos. Toda esa fuerza vital, en forma de enzimas y aminoácidos, la vamos a trasladar a nuestro organismo fortaleciendo nuestras defensas y mejorando el funcionamiento de muchos de nuestros órganos. A esto se le suma que son una increíble fuente de vitaminas y minerales, ya que al germinarlas estamos multiplicando por dos o por tres el aporte de nutrientes con respecto a su semilla o futuro vegetal, logrando así todo el sabor de la futura planta, pero sin su aporte calórico.
Todo este potencial de salud ha captado la atención de muchos investigadores, como los de la Sociedad Americana contra el Cáncer o la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore (Estados Unidos), que han obtenido prometedores resultados en los estudios sobre las semillas germinadas. Si alimentos como el brócoli o la soja ya destacaban por sus propiedades anticancerígenas, su versión germinada se ha convertido para muchos en un filón de salud.
Para lo que también se está descubriendo como un alimento increíble, según un estudio de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), es para las mujeres embarazadas. Parece que incluir 200 g diarios de diferentes brotes podría prevenir futuras enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares en los bebés. Además, germinados como los de alfalfa o soja están especialmente recomendados para mujeres en la etapa de la menopausia o durante la menstruación, ya que son algunos de los alimentos que aportan más fitoestrógenos. Estos componentes, unidos al resto de sus propiedades antioxidantes, son muy efectivos para evitar las molestias menstruales y prevenir algunas enfermedades asociadas a la menopausia como la osteoporosis.
Hay científicos que hablan de los productos germinados como los abanderados del cambio en la alimentación del primer mundo, y muchos esperamos que su avance comercial pueda suponer el retroceso del fenómeno fast food.
Opciones en la cocina
Para iniciar una semana de alimentación con germinados es muy adecuado un bol de ensalada de frutas con un puñadito de brotes de alfalfa. No hace falta incluir una gran cantidad que anule el sabor de la fruta y, si nos resulta muy seco, podemos agregar un yogur de soja para mejorar la textura. Otra opción para el desayuno es untar las tostadas con queso fresco con unos brotes de berros o rúcola como topping.
Si disponemos de poco tiempo y buscamos platos para llevar tenemos varias opciones. La más fácil es prepararnos unos sándwiches con pan negro. Para evitar que los brotes se caigan es conveniente untar las rebanadas de pan con alguna crema. Una idea sana y rica es batir un poco de yogur desnatado con un par de cucharadas de tahini o de miso de arroz. También podemos mezclarles a los brotes una cucharada de aceite de oliva virgen y dos de mostaza, lo que les ayudará a pegarse más al pan.
Hay que evitar someterlos a cocciones prolongadas, ya que matarían todas sus enzimas
Podemos preparar otro snack para llevar más ligero mezclando un queso cremoso de cabra con unos brotes de col lombarda o rábano. Haremos bolitas con las manos humedecidas y las pasaremos por semillas de sésamo o avellana picada. Estas bolitas podemos llevarlas en una fiambrera tanto a nuestro trabajo como de viaje.
Otra forma rápida de transformar los brotes es licuándolos con verduras y frutas. Es conveniente no tomar estos licuados por la tarde o la noche, ya que son muy energéticos y podrían afectar a nuestro sueño. Si queremos aumentar su poder depurativo, una buena idea es agregarles medio limón exprimido y, si es de verduras, un poco de perejil fresco, que es diurético.
Pero si buscamos un plato depurativo un poco más contundente en los meses de invierno, deberíamos probar salteando unos brotes en el wok. Para ello, solo debemos utilizar germinados de legumbres y cereales como lentejas, soja, judías azuki o trigo, que son los más resistentes al calor y, además, les anularemos los posibles efectos antinutritivos que pudieran quedarles en los granos. Si los salteamos con otras verduras, conviene no incorporarlos hasta el final para que no pierdan el toque crujiente, y mejor todavía si les agregamos un puñado de cereales cocidos como la quinoa, el trigo sarraceno o la espelta para obtener proteínas de calidad e incrementar el valor nutritivo del plato.
Es importante recordar que antes de consumirlos hay que lavarlos muy bien, sobre todo si llevan varios días en nuestra nevera, por si hubiesen desarrollado esporas de hongos. También hay que evitar someterlos a cocciones prolongadas, ya que matarían todas sus enzimas. Los brotes de semillas pequeñas conviene tomarlos crudos. Si los queremos comer en caliente, una sabrosa alternativa es ponerles por encima cremas de verduras calientes. Eso nos dará un interesante contraste entre frío-calor y cremoso-crujiente. Por ejemplo, quedan muy bien unos brotes de mostaza sobre una crema de zanahoria y naranja. O unos brotes de puerro sobre una crema de calabacín y nueces.
Una gama muy amplia
Combinan especialmente bien los brotes de col o lombarda con el puré de patatas, y le dan un toque de color y sabor sorprendentes. ¿Y qué tal incluir trigo germinado en la elaboración de nuestros panes? Quedarán mucho más enriquecidos que si utilizamos solo harina integral. Además, lograremos una textura húmeda y un sabor intenso.
Para los más lanzados en la cocina, una sugerencia de postre con germinados: al preparar la masa para un bizcocho de trigo integral podemos agregar un puñado de germinados de espelta o de kamut, unos taquitos de manzana y un par de cucharadas de sirope de dátiles. Tendremos como resultado una tarta muy nutritiva que quedará exquisita acompañada por un té chai en nuestras meriendas.
Realmente, la gama de semillas para germinar que nos ofrece el mercado biológico es tan extensa que no nos resultará nada complicado incluir en nuestra dieta al menos una ración de germinados al día, y los resultados en nuestra salud no van a hacerse esperar.
Sobre la autora |
Laura Kohan nos ofrece una receta de germinados, excelente para depurarse: Licuado de alfalfa antitoxinas.