Vergüenza vecinal para quien no separe los restos orgánicos en Seattle
Es desalentador hacer el esfuerzo de separar los restos orgánicos y comprobar que en el contenedor marrón la gente echa cualquier tipo de basura, desde botellas hasta plásticos.
A años luz de España van a estar los vecinos de Seattle (Estados Unidos), una ciudad comprometida con la sostenibilidad. A partir de julio de 2015 los residentes de la ciudad serán penalizados con una multa si no separan adecuadamente su basura orgánica.
Una nueva ley municipal promulgada el 1 de enero les obliga a reciclar bien los restos de comida, pero no serán multados hasta julio. Durante estos meses los trabajadores de recogida de basuras colocarán una etiqueta roja gigante en cada bolsa de basura que contenga residuos de alimentos que no se hayan separado.
Como los contenedores están en las puertas de las casas, con esto se pretende que los vecinos que no reciclen bien los restos orgánicos sientan un poco de vergüenza. En julio, si siguen sin hacerlo, les caerá una multa de 1 dólar por cada infracción.
Los servicios públicos de Seattle estiman que entre un tercio y la mitad de la basura está compuesta por materiales que deben ir a contenedores de compost o deberían ser reciclados. "La nueva ley tiene como objetivo ayudar a Seattle a alcanzar una tasa de reciclado del 60% en 2015. Se espera que este cambio genere 38.000 toneladas adicionales de compost al año."
Funcionarios de la ciudad esperan que la nueva ley y las multas ayudarán a los residentes a esforzarse en reciclar adecuadamente y separar los restos orgánicos para compostar. No se trata de una decisión solo para no desperdiciar comida: los vertederos son uno de los mayores productores de gas metano, uno de los que más causan efecto invernadero. Así que esta decisión para apoyar el compostaje en Seattle es tanto para combatir el cambio climático como no desaprovechar recursos valiosos.