Los árboles infectados de insectos piden ayuda a las aves

10.10.2013
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Cuando un árbol o planta está infectado de orugas, libera una serie de compuestos volátiles como defensa que permite avisar a las aves depredadoras de que allí encontrarán presas. Esta llamada de aviso es un hallazgo de los investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y del Centro de Ecología Terrestre (NIOO) de los Paises Bajos, que han descubierto que las aves que se alimentan de insectos se sienten atraídas por los árboles infectados por orugas de mariposa (lepidópteras), según informa la agencia SINC.

“Este fenómeno se había estudiado en artrópodos depredadores, pero apenas en aves insectívoras, a pesar de que son uno de los depredadores más importantes de insectos”, ha declarado Luisa Amo de Paz, autora principal del estudio e investigadora de la EEZA-CSIC, a dicha agencia.

Los científicos hicieron diversos experimentos con carboneros comunes, Parus major. Dejaron elegir a las aves entre un árbol infectado por orugas lepidópteras y otro sano. En los experimentos eliminaron los restos químicos de las orugas para poder concluir que las aves están atraídas por las señales químicas que emite el árbol, y no por ninguna señal que dejen los gusanos.

“Nuestros resultados mostraron que los carboneros comunes son capaces de discriminar entre árboles infectados por orugas y árboles no infectados, ya que observamos que las aves visitaron por primera vez el árbol infectado y además realizaron un mayor número de visitas al árbol que tenía orugas que al árbol no infectado”, apunta la investigadora.

Las aves se sintieron atraídas por los árboles infectados incluso si retiraban las orugas y las hojas dañadas por ellas antes del experimento, lo que confirmaba que las aves reciben una señal del árbol infectado para reconocerlo. De hecho, los árboles infectados y no infectados no emiten  compuestos volátileslos mismos ni igual coloración de las hojas. Tanto la vista como el olfato podrían estar implicados en la discriminación de las aves.

“Sin embargo, realizamos un segundo experimento para conocer qué tipo de señal usaban las aves. En este  experimento ofrecimos a los carboneros ambas señales aisladas y observamos que la atracción por los árboles infectados se mantuvo cuando las aves pudieron únicamente oler los árboles, pero no cuando solo podían verlos”, señala Amo de Paz.

Según esta investigadora, con ello se consigue un beneficio recíproco, puesto que las aves insectívoras liberan a los árboles o plantas de los insectos y reciben a cambio una localización más fácil de sus presas.

Fuente: Agencia Sinc

 

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