El riesgo a un “apartheid” del clima

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Es la advertencia de Philip Alston, ponente especial sobre la probreza extrema de la ONU, en un informe que será presentado el viernes en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra

El planeta se enfrenta al riesgo de una “apartheid” del clima, “con los más ricos pagando para escapar al calor exrtremo, al hambre y el conflicto, mientras el resto del mundo se queda sufriendo las consecuencias”. Hasta aquí la advertencia lanzada por Philip Alston, ponente especial sobre la probreza extrema de la ONU, en un demoledor informe que será presentado el viernes en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, parcialmente anticipado por The Guardian.

Alston asegura que todas las medidas tomadas hasta ahora por la propia ONU, por las ONGs y por los gobiernos han sido “patentemente inadecuadas y enteramente desproporcionadas ante la urgencia y magnitud de la amenaza”. “Los derechos humanos pueden no sobrevivir a la convulsión que nos espera”, concluye el experto australiano y profesor de la New York University.

Alerta Alston sobre los efectos que un “calentamiento castastrófico” (por encima de los tres grados) puede tener en derechos tan básicos como el acceso a los alimentos, al agua y a la vivienda. El derecho a la vida estará en juego para millones de personas directamente afectadas por la subida del nivel del mar.

“Los países en desarrollo soportarán el 75% del coste total de la crisis climática, pese al hecho de la mitad más pobre del planeta contribuye tan solo al 10% de las emisions de CO2”, advierte el informe. “El cambio climático amenaza con dar marcha atrás a 50 años de progreso en desarrollo, salud global y reducción de la pobreza”.

“La democracia, el estado de derecho y un amplio abanico de derechos civiles y políticos están también en riesgo”, asegrua Philip Alston. “El riesgo de disturbios, la creciente desigualdad económica y los niveles de precariedad de algunas capas sociales pueden estimular el nacionalismo, la xenofobia, el racismo y otras respuestas similares. Mantener un equilibrio de derechos civiles y políticos en este contexto será extremadamente complejo”.

En un capítulo de su informe, el experto australinano no duda en apuntar hacia Donald Trump “por ocultar y silenciar activamente la ciencia del clima, por dar un agresiva marcha atrás en las regulaciones medioambientales y por adoptar el punto de vista de la industria e instalar a “lobistas” en puestos de regulación y control”.

En la parte final de su informe, Alston advierte sin embargo que el momento crítico puede ser “una oportunidad” para mejorar las vidas de los menos favorecidos: “Esta crisis debería ser un catalizador para que los estados cumplan con los derechos sociales y económicos largamente olvidados, como el acceso a la salud, a la alimentación y a la vivienda de grandes partes de la población”.

Alston concluye con una autocrítica de la labor realizada por la ONU, de la cumbre de París (“que ha permitido que el “calentamiento castrófico” sea considerado ahora como “el mejor escenarios posible””) a las resoluciones del Consejo de Derecho Humanos, “que no ha reconocido la gravedad de la amenaza, ni la necesidad de una profunda transformación económica y social”.

Philip Alston fue recientemente criticado a su paso por el Reino Unido, donde realizó un informe muy crítico sobre los efectos sociales –pobreza extrema, desigualdad, violencia- de las políticas de austeridad del Partido Conservador, comparadas con las de la Inglaterra victoriana.

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