Si colapsa el sistema de corrientes marinas del Atlántico, puede resultar devastador para el clima del planeta
La circulación del Océano Atlántico se dirige hacia un punto de inflexión que representa “malas noticias para el sistema climático y la humanidad”, según un estudio. El clima mundial podría desestabilizarse rápidamente con consecuencias imprevisibles.
Los científicos están an sorprendidos por la velocidad con la que puede ocurrir un colapso en el clima si se rompe la circulación meriodinal del Atlántico, un sistema de corrientes denominado Amoc que es un componente clave en la regulación climática planetaria. Sin embargo, los autores no pueden precisar cuándo sucedera.
Utilizando modelos informáticos, los investigadores dirigidos por René van Westen, de la Universidad de Utrecht, desarrollaron un indicador de alerta temprana para la ruptura de este sistema y descubrieron que ya está en camino hacia un cambio abrupto, que no ha ocurrido en más de 10.000 años y que tendría consecuencias nefastas para gran parte del mundo.
Amoc, que abarca parte de la Corriente del Golfo y otras poderosas corrientes, transporta calor, carbono y nutrientes desde los trópicos hacia el Círculo Polar Ártico, donde se enfría y se hunde en las profundidades del océano. Este movimiento ayuda a distribuir energía alrededor de la Tierra y modula el impacto del calentamiento global causado por el hombre.
Pero el sistema está siendo erosionado por el derretimiento más rápido de lo esperado de los glaciares y las capas de hielo del Ártico de Groenlandia, que vierten agua dulce al mar y obstruyen el hundimiento de agua más salada y cálida del sur.
Amoc ha caído un 15% desde 1950 y se encuentra en su estado más débil en más de un milenio, según investigaciones anteriores que generaron especulaciones sobre un colapso inminente.
Hasta ahora no ha habido consenso sobre la gravedad de la situación. Un estudio anterior, basado en cambios en las temperaturas de la superficie del mar, sugirió que el punto de inflexión podría ocurrir entre 2025 y 2095. Sin embargo, la Oficina Meteorológica del Reino Unido dijo que cambios grandes y rápidos en Amoc eran “muy improbables” en el siglo XXI.
Un lento declive puede conducir a un colapso repentino en menos de 100 años, con consecuencias calamitosas.
El nuevo artículo, publicado en Science Advances, ha abierto nuevos caminos al buscar señales de advertencia en los niveles de salinidad en la extensión sur del Océano Atlántico, entre Ciudad del Cabo y Buenos Aires. Simulando cambios durante un período de 2.000 años en modelos informáticos del clima global, descubrió que un lento declive puede conducir a un colapso repentino en menos de 100 años, con consecuencias calamitosas.
"Lo que nos sorprendió fue el ritmo al que se produce el vuelco", afirmó el autor principal del artículo. "Será devastador", añadió.
Consecuencias del colapso de las corrientes marinas atlánticas
El estudió mapeó algunas de las consecuencias del colapso de Amoc:
- El nivel del mar en el Atlántico podría aumentar un metro en algunas regiones, inundando muchas ciudades costeras.
- Las estaciones húmedas y secas en el Amazonas cambiarían, empujando potencialmente a la ya debilitada selva tropical más allá de su propio punto de inflexión.
- Las temperaturas en todo el mundo fluctuarían de manera mucho más errática.
- El hemisferio sur se calentaría.
- Europa se enfriaría dramáticamente y tendría menos precipitaciones. Si bien esto puede parecer atractivo en comparación con la tendencia actual de calentamiento, los cambios se producirían 10 veces más rápido que ahora, lo que haría casi imposible la adaptación.
Los autores del estudio aseguran que todavía no había datos suficientes para decir si esto ocurriría en el próximo año o en el próximo siglo, pero cuando suceda, los cambios serán irreversibles en la escala de tiempo humana.
Mientras tanto, la dirección del viaje es, sin duda, alarmante. “Estamos avanzando hacia ello. Eso da un poco de miedo”, dijo van Westen. "Necesitamos tomarnos el cambio climático mucho más en serio".