Cultivar estevia en el balcón

03.01.2012
0 comentarios

A fin de disfrutar de sus maravillosas y dulces propiedades, podemos recurrir al cultivo de la estevia de forma sencilla en nuestro balcón, terraza o en el huerto.

Endulzar las infusiones o la repostería viene siendo tradicionalmente patrimonio del azúcar, de la miel y, en los últimos tiempos, de los insanos edulcorantes sintéticos. Aunque si disponemos de un balcón, terraza o huerto soleados y queremos endulzar sanamente nuestra vida, podemos cultivar la hierba dulce gracias a que la madre naturaleza, siempre sabia, pone a nuestro alcance la estevia. Se trata de una planta arbustiva originaria de Paraguay cada vez más conocida en nuestro país y que pertenece a la familia de los crisantemos.

Fresca, es 15 veces más dulce que el azúcar, las hojas secas lo son unas 50 veces más, y su extracto, de 200 a 300 veces más dulces

De las más de 300 variedades de estevia que se encuentran en la selva paraguayo-brasileña, destaca la Stevia Rebaudiana Bertoni, denominada Ka’a he’e en guaraní, que significa "hierba dulce" y que se caracteriza por presentar unos principios activos en sus hojas –los esteviósidos y rebaudiósidos– que le confieren su característico sabor dulce. Los indios guaraníes la utilizaban para endulzar las comidas y también como golosina para sus hijos, a los que les daban a chupar sus dulces hojas.

Desde que en 1899, el botánico suizo Dr. Bertoni la estudiara y clasificara, se han ido realizando estudios e investigaciones acerca de sus múltiples propiedades. Se sabe, por ejemplo, que en su forma natural fresca es 15 veces más dulce que el azúcar, mientras que las hojas secas lo son unas 50 veces más, y su extracto, de 200 a 300 veces más dulces.

Si bien es mucho más conocida como edulcorante natural anticalórico, las investigaciones realizadas hasta el momento le confieren también propiedades curativas realmente interesantes.

Los estudios llevados a cabo por un equipo de científicos del  Departamento de Endocrinología y Metabolismo de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) indican que el principio activo de la estevia, el esteviósido, puede actuar como hipoglucemiante. Eso siginifica que ayuda a bajar el azúcar en sangre regulando sus niveles y que podría tener una potencial acción antihiperglucémica si se usara como tratamiento en personas con diabetes de tipo 2.

Varios estudios han constatado que potencia la fertilidad de la tierra, purifica el suelo contaminado por sustancias químicas y aumenta la resistencia de las plantas frente a plagas

Otros estudios resaltan sus propiedades como hipotensora, antiséptico bucal, diurética, digestiva, antiinflamatoria o antioxidante. También destaca por sus propiedades beneficiosas para los suelos agrícolas y las plantas, y varios estudios realizados en Japón han constatado que potencia la fertilidad de la tierra, purifica el suelo contaminado por sustancias químicas y aumenta la resistencia de las plantas frente a plagas.

A fin de disfrutar de sus maravillosas y dulces propiedades, podemos recurrir a su cultivo de forma sencilla en nuestro balcón, terraza o en el huerto. La estevia es una planta arbustiva plurianual que rebrota en primavera durante cuatro o cinco años, con un porte y unas condiciones de cultivo similares a las de la albahaca, ya que aunque sea de origen subtropical, se adapta muy bien a nuestras tierras y a nuestro clima. El verano es el momento ideal para realizar los esquejes, y el otoño, para el trasplante y el secado de las hojas, que se guardan para su posterior uso. Una vez disponemos de una planta de estevia, podemos hacer esquejes y así iremos ampliando el número de nuestras plantas.

Cultivo de la estevia paso a paso

Qué necesitamos: unos maceteros, un sustrato de cultivo con tierra vegetal, turba de coco y compost bien descompuesto rico en humus o lumbricompost. Además, conviene poner unas piedras en la base para facilitar un drenaje correcto.

Proceso: de la planta original, se hacen esquejes, como si de un geranio o un rosal se tratara. Cortamos tallos de unos 10 o 15 cm, quitamos las hojas inferiores y los hundimos en la tierra evitando los que tengan flor en el extremo.

Riego: al principio, regamos habitualmente o le instalamos un sistema de goteo para mantener la tierra húmeda. Hasta que la planta enraíce, colocaremos la maceta en un lugar con luz, pero sin exponerla directamente al sol.

Exposición al sol: cuando salen los primeros brotes –al mes aproximadamente–, se la expone al sol y, cuando esté más crecida, se puede repicar al tiesto definitivo más grande, en el caso del balcón, o directamente a la tierra, en el caso del huerto.