La agricultura debe consumir menos agua para que cientos de millones de personas se libren de la sequía

0 comentarios

El número de personas que viven en condiciones de sequía extrema podría llegar a casi 700 millones a finales de siglo, más del triple del número actual.

El área total de la tierra afectada por las sequías será a finales de siglo el doble que la actual. Yadu Pokhrel de la Universidad Estatal de Michigan y sus colegas han modelado cómo cambiará la cantidad de agua almacenada en la tierra bajo distintos grados de cambio climático. La conclusión de los investigadores es que resulta “necesario imponer estrictas medidas de mitigación del clima y, cuando sea posible, aumentar la eficiencia del uso del agua, principalmente en el sector agrícola”, dice Pokhrel. “Si continuamos usando agua al mismo ritmo que lo hacemos, y si el cambio climático continúa al mismo ritmo, los impactos van a ser realmente severos”, dice

Estudiaron una medida conocida como "almacenamiento de agua terrestre", que representa la suma de toda el agua disponible en la tierra, incluida el agua almacenada en forma de nieve, ríos, lagos y aguas subterráneas. Para ello, utilizaron modelos hidrológicos para predecir el movimiento y distribución del agua. Estos modelos tienen en cuenta variables que incluyen lluvia, temperatura, humedad y velocidad del viento.

En un escenario de altas emisiones, en el que las emisiones globales de carbono alcanzan su punto máximo alrededor de 2080 y luego disminuyen, 688 millones de personas, o el 8% de la población futura proyectada del mundo, podrían padecer las consecuencias de una sequía extrema o excepcional para 2100, en comparación con 200 millones, o 3%, que las experimentaron en el período comprendido entre 1976 y 2005.

La superficie terrestre mundial sometida a sequía extrema también aumentaría al 7%, desde el 3% (Nature Climate Change). Las personas en el hemisferio sur probablemente se verán mucho más afectadas, particularmente aquellas que viven en Australia y en la cuenca del Amazonas. En tal escenario, dos tercios de la tierra también experimentarían una reducción en el almacenamiento de agua terrestre.