Estimula la circulación y mejora la digestión con naranja amarga
Puedes aprovecharte de las propiedades del fruto, su zumo, los aceites esenciales o las infusiones.
Del árbol del naranjo amargo (Citrus aurantium) que decora muchos jardines y calles se pueden aprovechar tanto el fruto como las hojas y las flores. La naranja amarga abre el apetito, favorece la digestión y evita los gases. El zumo, muy rico en vitamina C, resulta muy depurativo. Si se combina con plantas medicinales como (rusco, ginkgo, arándano…) se convierte en un eficaz estimulante de la circulación sanguínea que sirve para tratar problemas como las hemorroides o las piernas cansadas e hinchadas.
A partir de las hojas y las flores se destilan respectivamente los aceites esenciales petitgrain y nerolí, ambos con efectos refrescante y relajante. Puedes añadirlos a los productos de higiene como el jabón o el gel, o directamente al agua de baño o al aceite de masaje.
La corteza del naranjo amargo también posee propiedades circulatorias. Para preparar una infusión, combina a partes iguales corteza de naranjo amargo, ginkgo, rusco, vid e hinojo. Toma una taza después de cada comida.