Las plantas 'contienen la respiración' en respuesta al aumento de CO2
Biólogos de la Universidad de California en San Diego han descubierto una nueva vía genética en las plantas, compuesta por cuatro genes de tres diferentes familias que controlan la densidad de poros de respiración o estomas en las hojas de las plantas en respuesta a niveles elevados de CO2, informa Europa Press.
Su descubrimiento debería ayudar a los biólogos a comprender mejor cómo el aumento constante de los niveles de CO2 en la atmósfera (que en la primavera pasada, por primera vez en la historia, se mantuvo por encima de 400 partes por millón) está afectando a la capacidad de las plantas y los cultivos de importancia económica para hacer frente al estrés por el calor y la sequía.
"Por cada molécula de dióxido de carbono que se incorpora a las plantas mediante la fotosíntesis, las plantas pierden cerca de 200 moléculas de agua a través de sus estomas", explica Julian Schroeder, profesor de Biología que lideró este trabajo y codirector de una nueva entidad de investigación en la Universidad de California llamada 'La comida y el combustible para el siglo XXI'.
"Como niveles elevados de CO2 reducen la densidad de poros de los estomas en las hojas, esto es a primera vista beneficioso para las plantas, ya que pierden menos agua. Sin embargo, la reducción en el número de poros de los estomas disminuye la capacidad de las plantas para enfriar sus hojas durante una ola de calor a través de la evaporación de agua. Una reducción en la evaporación se suma al estrés por calor en las plantas, lo que en última instancia afecta al rendimiento del cultivo", argumenta.
"Nuestra investigación está dirigida a comprender los mecanismos y los genes fundamentales por los que el CO2 reprime el desarrollo de los poros de los estomas", afirma Schroeder. Trabajando con una planta de mostaza llamada 'Arabidopsis', que se utiliza como modelo genético y comparte muchos de los genes de otras plantas y cultivos, el equipo de biológos de este estudio descubrió que las proteínas codificadas por los cuatro genes que descubrieron reprimen el desarrollo de estomas en niveles elevados de CO2.