Brócoli para frenar y prevenir la osteoartritis
Una investigación, dirigida por la Universidad de East Anglia (Reino Unido), muestra que el sulforafano ralentiza la destrucción del cartílago en las articulaciones.
Comer brócoli es una buena manera de luchar contra la osteoartritis, ya que, según un nuevo estudio publicado en la revista Arthritis & Rheumatism, esta verdura crucífera puede prevenirla e incluso la retrasarla. Los hallazgos sugieren que el sulforafano, un compuesto que se encuentra naturalmente en el brócoli, puede beneficiar la salud de las articulaciones.
La nueva investigación, dirigida por la universidad de East Anglia (Reino Unido), muestra que el sulforafano ralentiza la destrucción del cartílago en las articulaciones al bloquear una molécula clave que causa la inflamación. Investigaciones anteriores ya habían apuntado a que el sulforafano tiene propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias, pero este es el primer estudio importante sobre sus efectos en la salud de las articulaciones.
"Este es un estudio interesante, con resultados prometedores, ya que sugiere que una verdura común, el brócoli, podría tener beneficios para la salud de las personas con osteoartritis e incluso, posiblemente, proteger a las personas de desarrollar la enfermedad", dijo el director médico de la Arthritis Research UK, el profesor Alan Silman.
Los resultados se determinaron utilizando ratones alimentados con una dieta rica en sulforafano, que mostraron significativamente menos daño del cartílago y artrosis que los que siguieron una dieta normal.
Ante este decubrimiento sobre los beneficios del sulforafano, investigadores de esta universidad han iniciado un ensayo a pequeña escala con pacientes con artrosis de rodilla, para ver si el consumo de brócoli tiene efectos similares sobre las articulaciones humanas.
El brócoli es una fuente importante de sulforafano, pero el compuesto también se libera al comer otras verduras crucíferas, como las coles de Bruselas, la col o la coliflor, e incluso se halla en el brócoli congelado. La forma de cocinarlo para no destruir la enzima mirosinasa –que es necesaria para formar el sulforafano– debería ser a una temperatura ligeramente inferior a la estándar de la industria alimentaria actual, que es de 86° C. Los investigadores utilizaron una temperatura de 76° C y se encontró que el 82% de la enzima mirosinasa se conservaba sin comprometer la seguridad y calidad de los alimentos.
"Hasta ahora la investigación ha demostrado que los alimentos o la dieta pueden jugar algún papel importante en la reducción de la progresión de la osteoartritis, así que si estos resultados pueden ser replicados en humanos, sería un gran avance", explicó el doctor Silman. "Sabemos que el ejercicio y mantener un peso saludable pueden mejorar los síntomas y reducir las posibilidades de que la enfermedad progrese, pero esto añade más comprensión a cómo la dieta tiene también un papel importante."