Rebelión contra la extinción: la nueva ola de la acción ecologista
Un nuevo movimiento ecologista llama a la acción directa con la destrucción ambiental
Al movimiento ecologista le hacía falta una sacudida. Y la chispa ha saltado en Londres, bajo la consigna “Rebelión contra la extinción”, tendiendo un puente necesario entre el cambio climático y la alarmante pérdida de la biodiversidad. Y colapsando de paso cinco puentes sobre el Támesis, “okupados” por más de 5.000 activistas que gritaron el “No nos moverán” y se pegaron (literalmente) al asfalto.
La sentada de los puentes se saldó con más de 82 detenidos, y estuvo precedida de protestas callejeras ante Downing Street, ante el Ministerio de Medio Ambiente y ante el Departamento de Comercio, donde los manifetantes usaron pegamento para aferrarse a las verjas, a las puertas y a las paredes de los edificios gubernamente.
El grupo Rebelión contra la extinción, con su apremiante símbolo del reloj de arena, ha reactivado el activismo verde en apenas dos semanas. Desde la creación e 350.org, el gupo creado en Estados Unidos por Bill McKibben (autor de “La muerte de la naturaleza”), no habíamos asistido a un lanzamiento de una campaña con mayor impacto ante los grandes retos ambientales del siglo XXI.
La “madrina” del nuevo movimiento es una profesoras de Biofísica molecular y madre de dos hijas, Grail Bradbook, indignada ante la pasividad de los políticos pese a la evidencia cada vez más patente: “Los cambios ocurren cuando la gente se compromete a cometer actos de desobediencia civil… Como científica, sé lo que está en juego: tenemos apenas diez años para frenar la destrucción ecológica y para evitar un cambio climático incontrolable”.
“La ciencia nos lleva advirtiendo desde hace treinta años: estamos llevando al planeta a una espiral destructiva”, advierte Bradbook. “Pese a todas las alarmas, los políticos siguen sin actuar y sin cambiar este sistema económico que nos está matando. No podemos seguir siendo obedientes si el contrato social se ha roto”.
Rebelión contra la extinción nació como una prolongación del grupo Rising Up!, surgido de los coletazos del movimiento Occupy en Londres. La misión del grupo es forzar al Gobierno a admitir la urgencia del cambio climático y la amenaza de la destrucción ecológica, fijar la meta de emisiones cero para el año 2025 y crear una “asamblea de ciudadanos” para planificar una plan de acción urgente.
Se trata del primer grupo que estalece el vínculo necesario entre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. El lanzamiento ha coincidido, nada casualmente, con el último informe Planeta Vivo de la organización WWF, que ha dado la voz de alerta ante la sexta gran extinción y la caída del 60% de la población de animales vertebrados en le úlimo medio siglo.
La ONU celebra estos días en Egipto una reunión preparatoria de la cumbre de la biodiversidad que se celebrará en el 2020 en Pekín. Pasca Palmer, directora ejecutiva de la Convención la ONU para la biodiversidad, ha aprovechado la ocasión para lanzar la alarma y advertido que el actual proceso de destrucción ecológica puede llevar a “la extinción de la vida humana”.
El activista ecológico y YouTuber británico Jack Harries ha hecho un llamamietno a a sus 4 millones de seguidores para que respalden las acciones de Rebelión contra la extinción. Harries se sumó a las primeras protestas en Londres: “Nuestro futuro esta en juego. Los jóvenes estamos indignados y reclamanos un cambio urgente a nuestros gobiernos. Ya no basta con cambiar las bombillas, hay que dar un paso más… El cambio climático es una amenaza existencial”.
“Lo que está en juego es la extinción de la especie humana”, advierten al unísono Barbara y Mary, de 65 y 69 años, que vinieron desde Frome para sumarse a la “sentada” en los puentes de Londres. “Estamos llevando al planeta al límite, pero no podemos quedarnos en alarmismo. Necesitamos que un 3% de la población se movilice para poner en marcha el cambio, como ocurrió con el movimiento feminista y con el de los derechos civiles”.
Xanthe Maggs, una estudiante de 21 años que acudió también al corte del puente de Londres, advirtió cómo el mensaje de Rebelión contra la extinción está calandon entre los jóvenes británicos en muy poco tiempo: “La mecha prendió este verano y se está propagando por todo el país. Los jóvenes estamos de sobra concienciados, pero hasta ahora no sabíamos qué hacer ante la pasividad de los políticos: ahora ya sabemos cómo canalizar nuestra acción”
El artista Gavin Turk, que estuvo entre los detenidos en los puentes de Londres, es otro de los rostros más visibles del nuevo movimiento: “No podemos seguir en el estado de negación en el que hemos vivido. Hay que recuperar la idea de la desobediencia civl y capturar la imaginación de la gente para hacer piña y lograr que se escuche nuestro mensaje. Lo estamos haciendo de una manera extremadamente pacífica. Hemos saltado a los titulares y a los telediarios, y el mensaje se está propagando en redes muy rápidamente por otros países”.
“No podemos tolerar la destrucción de nuestro bello planeta”, puede leerse en el manifiesto de Rebelión contra la extinción. “Tenemos que decir la verdad: estamos avanzando hacia la extinción. Hasta este punto hemos llegado después de acitvismo y de protestas. No podemos seguir gritando en la oscuridad. Para pararnos tendrán que meternos en la cárcel”.
La mecha se propaga
La mecha de Rebelión Contra la Extinción se ha propagado de Estados Unidos a Nueva Zelanda, pasando por la mayoría de los países europeos, entre ellos España. A través de las redes, los primeros e incipientes grupos en nuestra geografía se han sumado a la declaración de emergencia climática y han anunciado acciones de “desobediencia civil” en las próximas semanas, siguiendo el “manual” puesto en práctica en las calles de Londres (de la técnica del “enjambre” para cortar el tráfico en los puentes a las “pegadas” colectivas ante los edificios gubernamentales). “Este movimiento puede cambiar definitivamente el juego”, anticipa desde Estados Unidos Margaret Klein Salamon, fundador de Climate Mobilization. “La indignación popular y el deseo de soluciones radicales nos han llevado a este punto”, vaticina Jamie Henn, cofundador de 350.org. “Las acciones a partir de ahora van a ser imparables”.
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@RebelionContralaExticion