Pon un huerto en tu terraza

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La terraza o el balcón son suficientes para cultivar alimentos.

Con un mínimo de interés y dedicación, obtendremos un gran número de verduras.

En un balcón o terraza, por pequeños que sean, puede aprovecharse de forma racional e inteligente hasta el más mínimo rincón. En función de las dimensiones y de la orientación solar, podemos plantearnos desde el cultivo de verduras y hortalizas, como lechugas, acelgas, cebollas o tomates –en las zonas mejor expuestas y soleadas–, hasta el de plantas aromáticas o para condimentar, como el perejil, la albahaca, el apio o la hierbabuena. Incluso es posible combinar plantas medicinales con otras ornamentales que den vistosidad al balcón.

Mesas de cultivo, fáciles de encontrar. Una de la mayores complicaciones a las que nos enfrentamos a la hora de cultivar hortalizas en el balcón o en la terraza es la instalación de macetas, maceteros o mesas de cultivo, con su consiguiente sustrato y sistema de riego. Sin embargo, hoy en día, en el mercado podemos hallar la mayoría de los elementos necesarios para llevar a cabo esta tarea.

Aprender experimentando. Tampoco debemos sentirnos limitados por la falta de experiencia, ya que, como reza el refrán popular, "haciendo y deshaciendo, se va aprendiendo". En cualquier caso, encontraremos muchos libros o blogs en internet que nos orientarán paso a paso y con todo detalle sobre lo que debemos hacer.

Con un mínimo de interés y dedicación, obtendremos un gran número de verduras que deleiten el paladar y nutran saludablemente el cuerpo, plantas medicinales que ayuden a aliviar trastornos de salud y plantas ornamentales que alegren nuestra vista y espíritu.

Elementos necesarios

En primer lugar, debemos asegurarnos de que nuestro balcón o nuestra terraza tiene una buena dosis de exposición solar.

Orientación. La mejor es mirando al Sur o que permita recibir un mínimo de cuatro a ocho horas de luz directa al día. De esa manera, las plantas podrán realizar la fotosíntesis y tener un buen desarrollo.

Recipientes. Se puede escoger entre jardicneras, macetas o mesas especiales de cultivo, teniendo en cuenta que las de cerámica retienen mejor la humedad que las de plástico. Es suficiente con una profundidad de 20 a 30 centímetros.

Tierra y sustratos. Los sustratos de cultivos preparados con compost (40%), turba de coco (40%) y perlita (20%) son más recomendables que la tierra, ya que pesan menos y retienen bien la humedad y los nutrientes.

Plantas. Podemos adquirir las plantitas en viveros o sembrarlas y transplatarlas cuando tengan un buen porte. También se pueden conseguir sobres de semillas con certificación de cultivo ecológico.

Riego. Las macetas evaporan mucha agua y conviene regarlas a diario. Aparte de las regaderas, resulta muy práctico instalar un sistema de riego localizado con goteros y programador. Esto nos permitirá ausentarnos de casa durante largos periodos sin que nuestras plantas sufran por la falta de agua.

Más información: www.mariano-bueno.com