Otra manera de vivir en el campo
El proyecto Viviendas para la Biodiversidad (VIBio) puede ser un referente para la España despoblada.
60 viviendas bioclimáticas plenamente integradas en la naturaleza en el valle del Tiétar.
Higuera de las Dueñas es uno de esos bellos enclaves de la España interior aquejados por la despoblación. En pleno valle del Tiétar, a 95 kilómetros de Madrid, el último recuento le otorga 262 habitantes, los mismos que tenía más o menos en 1842, lejano ya el recuerdo de cuando superó el millar de almas a principios del siglo XX.
Sin salir del casco urbano, detrás de la iglesia, está fraguando sin embargo el "milagro" de un proyecto nada convencional que puede añadir al pueblo hasta 180 nuevos moradores, plenamente integrados en la naturaleza, en viviendas bioclimáticas abastecidas con energía solar, a la vera de arroyo y con espacios de "coworking" y convivencia social, sin olvidarnos del centro de "bienestar".
El proyecto se llama de viBIO (Viviendas para la Biodiversidad) y es el sueño de toda la vida de Miguel Rico, 71 años, naturalista y educador ambiental. Tras un largo período de gestación, Miguel Rico lanzó la primera piedra de viBIO en las jornadas de vivienda "regenerativa" REGEN, recién celebradas en el espacio TRIPLE de la madrileña calle de Ferraz.
"Buscábamos un lugar a no más de 80 minutos de la ciudad que tuviera riqueza natural y suelo disponible", recuerda Rico. "Nuestra idea es crear una "comunidad regenerativa" plenamente integrada en el pueblo. Reclamamos una manera distinta de relacionarnos con la naturaleza, con las personas y con nosotros mismos. Pero en vez de aislarnos, queremos contribuir a la regenerar al mismo tiempo la economía local y la biodiversidad. Esto es fruto del trabajo de muchos años, buscando una coherencia entre nuestra forma de vivir y la naturaleza".
Todo lo aprendido a lo largo de décadas por el propio Rico -nacido en Madrid pero con largas estancias en siete países y con la experiencia como director de un instituto de eduación ambiental- ha ido cuajando en este proyecto que llega tal vez en el momento más oportuno: "Después de lo vivido con la pandemia, la gente está volviendo al campo. Pero no podemos dejar atrás la ciudad para encerrarnos en esas urbanizaciones horribles que están resurgiendo".
El proyecto viBIO ocupa algo más de cinco hectáreas en un encinar de este pueblo al sur de la provincia de Avila, casi limítrofe con la Comunidad de Madrid, a tiro de piedra de Sotillo de la Adrada y marcado por las cercanas estribaciones de la Sierra de Gredos.
"Queremos crear una comunidad inspirada por la biofilia, el amor a la naturaleza y a los seres vivos", asegura Miguel Rico, que ha rendido homenaje a sus "ecohéroes" particulares en el momento de construir la comunidad. El modelo de vivienda más grande (150 metros cuadrados) se llama precisamente "casa Goodall" (en honor a la primatóloga Jane Goodall), seguida por los modelos (Bill) Mollison, (Rachel) Carson, Berta (Cáceres), hasta llegar a la "casita Wilson", de 30 metros cuadrados, como tributo al biólogo Edward O. Wilson.
El precio inicial de las sesenta viviendas es de 2.430 euros por metro cuadrado y se dará prioridad a los inversores/compradores. Estos días se abre la fase de pre-reserva por 1.000 euros, reembolsables en septiembre si el posible comprador no se decide. Las casas son "adaptables" a las necesidades particulares, con posibilidad de invernadero, zaguán y cocina exterior, con grandes ventanales al sur para optimizar la luz y la energía.
"La comunidad linda con el pueblo y se distribuye por la dehesa, frente al monte público y la reserva natural", agrega Miguel Rico. "La idea es el contacto con la vida silvestre, dando también prioridad a la salud y a prácticas ambientales como la agricultura regenerativa".
"La sostenibilidad no es suficiente", atestigua Miguel Rico. "Tenemos que dar un paso más allá, avanzar hacia la regeneración de los pueblos y crear comunidad de "prosumidores" que producen sus propios alimentos y su propia energía. A su manera, el proyecto vioBIO aspira a convertirse en un referente que pueda replicarse en muchos otros lugares de la España vacía".
El proyecto se presentó recientemente en las primeras jornadas de vivienda REGEN en Madrid y cuenta con el apoyo de Distrito Natural y del estudio sAtt del arquitecto y activista Iñaki Alonso, empeñado en "aplicar los principios de diseño regenerativo a la vida en comunidad", de las ecoaldeas a los barrios. El inicio de las obras está previsto a lo largo del 2023 y las casas se podrán ocupar en el 2024.