Luz natural en el Institut Guttmann

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Un ejemplo de sostenibilidad y de colaboración en un centro que acoge a pacientes con lesiones medulares y cerebrales.

Exterior del Institut Guttmann en Badalona.

Un edificio debe ser sostenible y útil. En los centros sanitarios, con unas funciones muy especiales, es imprescindible que los propios profesionales sanitarios participen conjuntamente con el arquitecto en el diseño del edificio. Un ejemplo de esta necesaria colaboración es el Institut Guttmann en Badalona (Barcelona), un centro de referencia en el tratamiento de personas con lesiones medulares y cerebrales.  

La luz natural ejerce un poderoso efecto saludable acortando los períodos de recuperación. Por ello, el edificio dispone de grandes ventanales que permiten el paso de la luz solar a las habitaciones y salas. Sin embargo, esto comporta el riesgo de que se produzcan sobrecalentamientos en verano y demasiado consumo de energía en invierno.

La luz natural ejerce un poderoso efecto saludable acortando los períodos de recuperación

Para evitarlo, se utilizan vidrios especiales que buscan el equilibrio entre tres factores: la cantidad de luz natural que dejan pasar, la energía calorífica que permiten que entre en el  edificio y la minimización de las pérdidas energéticas en épocas de frío.

En el Institut Guttmann, dado que un gran número de pacientes se desplaza en silla de ruedas, se optó por construir alféizares más bajos en las ventanas. Así, desde su posición, tienen una buena visión del exterior. Con esta misma finalidad, los ventanales orientados a oeste disponen de parasoles horizontales, cuando lo más correcto desde un punto de vista de estricta sostenibilidad sería que fuesen verticales. Los profesionales del Institut nos informaron de que así era posible una visión de 360 grados del exterior para las personas en silla de ruedas.

Por su parte, el sobrecalentamiento de la orientación oeste se evita con una separación adecuada de los parasoles y con una correcta separación entre estos y el vidrio. Otro ejemplo de adaptación es el de los ascensores, mucho más anchos que profundos, para facilitar el acceso y la salida de tres sillas de ruedas al mismo tiempo. Los pasillos de las plantas son más anchos por el mismo motivo, están pintados con un producto especial que aguanta las rozaduras de las sillas y cada planta tiene un color distinto. La decisión no fue baladí, ya que a los pacientes con limitaciones mentales les permite identificar con mayor facilidad si están en la planta correspondiente.

Una gran parte de las actividades del Institut Guttmann se centran en la rehabilitación y la recuperación que, en muchos casos, se realizan en el exterior. La zona empleada, con instalaciones adaptadas para este fin, bien puede definirse como un jardín sanador. Por cierto, la hierba de la zona en talud, que pertenece al centro y que se halla vallada para aislarla del perímetro de terapia, se mantiene gracias a un pequeño grupo de ovejas que evitan el exceso de hierba y que, al mismo tiempo, abonan el terreno.