"Los viticultores españoles están plantando cara al cambio climático"
Entrevista a José Luis Gallego, naturalista, divulgador ambiental y director del documental Vino y clima: una relación amenazada.
El cambio climático está afectando al mundo de la viticultura más que a otros cultivos.
Converso con el naturalista y divulgador ambiental José Luis Gallego entre bodegueros y vinos, un buen lugar para hablar del documental que ha dirigido y que se estrenó recientemente, Vino y clima: una relación amenazada. Por la Fira Vinum Nature Barcelona 2013 se pasea un público predispuesto a paladear los mejores vinos ecológicos de Cataluña, pero quizás pocos de ellos saben que las viñas están gravemente amenazadas, y de eso queremos hablar con José Luis.
Coincide el estreno de tu documental Vino y clima con la noticia de que se alcanzan las 400 partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera, es decir, vamos imparables hacia el cambio climático.
Eso nos sitúa en el peor escenario y en el más rápido. Esas 400 ppm era lo que se quería evitar. Que el cambio climático es irreversible eso ya lo sabíamos, va a suceder, esa es la noticia más triste. Lo que hay que hacer ahora es moderarlo en torno a las 350 ppm. 350 partes de CO2 por millón de partes del resto de gases que configuran la atmósfera terrestre parece muy poco, pero el CO2 tiene una capacidad muy alta de retener el calor y por eso incide tanto en el efecto invernadero. Esa cifra de 400 ppm nos sitúa en el peor escenario en el 2013. Eso significa que todos los acontecimientos que estaban previsto que sucedieran van a suceder. Lo que hay que hacer es, por una parte, adaptarnos y, por otra, seguir intentando mitigarlo.
El vino es uno de nuestros productos más representativos. ¿Ese el motivo de que lo escogieras para hablar de los efectos del calentamiento global?
Elegí el tema porque vi que había mucha sensibilidad en el mundo de la viticultura alrededor del cambio climático. Tuve la suerte de que me llamara Miguel Torres, que es uno de los bodegueros más importantes de este país, para colaborar con él en un proyecto divulgativo muy bonito. Ellos intentan liderar un movimiento que agrupa a todas las bodegas españolas para poner en práctica un protocolo de mitigación del cambio climático. Eso es muy importante, porque no se trata solo de adaptarse, que eso lo tendrán que hacer todos, sino de hacer prácticas para mitigar. Intentar hacerle frente a eso poca gente estaba dispuesta a hacerlo. La iniciativa la ha liderado Bodegas Torres y se puso en marcha con la Declaración de Barclona del 2011. A partir de ahí, nació la idea de divulgar ese trabajo y también nació Vino y clima: una relación amenazada, que es un documental sobre cómo el cambio climático está afectando a la viña y al vino, y cómo los viticultores están intentando adaptarse y hacerle frente para mitigarlo.
Imagino que los viticultores se han mostrado muy receptivos a poder explicar este problema que tanto les afecta y que a la sociedad en general parece no preocuparle.
No solo los he visto receptivos, lo más importante es que los he visto en marcha. El sector está actuando, plantando cara al cambio climático, con medidas de adaptación y con medidas de mitigación, lo que ocurre es que eso no lo saben los medios de comunicación. Este sector es uno de los más importantes de la industria agroalimentaria española y las cifras llegan incluso a marear, del número de gente que trabaja, de la economía que mueve... Pese a todo ello, la viticultura solo se conoce por el simple consumo. Todos sabemos lo que es un somelier, una buena añada... pero ¿cómo funciona el vino?, ¿cuál es el mecanismo que hace posible que en tu copa se exprese una tierra? Eso lo desconocemos. Y parece que no nos interese, lo cual es muy triste porque en Francia y en Italia sí que hay cultura del vino en ese sentido. En España hay cultura de beber vino, que es radicalmente diferente. Entonces, lo que me he encontrado es que los viticultores están muy puestos y están empezando a coordinarse. Ojalá, como se dice en el documental, el resto de los sectores que son responsables de las emisiones de CO2 aplicaran un poquito lo que está haciendo el sector de la viticultura.
¿Qué está ocurriendo con la viña y los tiempos de vendimia? Los viticultores te habrán dado muchas pruebas del efecto del cambio climático.
La viña actúa como bioindicador en el campo, como actúa por ejemplo el oso polar con el deshielo del Ártico. La viña se expresa y nos cuenta cosas, como que está aumentando su grado, es decir, que, cuando llega la época de vendimia, el grado está por encima de lo normal en según qué variedades, 14-15 grados, cosa que asusta. Que la piel se está tostando mientras que el interior del grano de la uva sigue en proceso de evolución. Como dice el profesor Sotés en el documental, "en verano los turistas se ponen visera, pero las viñas no tienen visera". Eso obliga a una serie de adaptaciones. Y hay variedades que ya no aguantan más, sobre todo, algunas variedades que se implantaron en España hace relativamente poco tiempo, como el merlot, el chardonnay, el pinot noir, el cabernet sauvignon, variedades francesas que lo que han hecho es rendirse, decir "hasta aquí hemos llegado".
¿Las variedades tradicionales de aquí aguantan más?
Sí, sobre todo las que son más arcaicas. Lo que está haciendo la ciencia es ver qué cepas resisten mejor, se adaptan mejor a este cambio de clima y qué zonas serán las óptimas. Por eso hay viticultores que están comprando fincas en el Pirineo. Eso es lo que está ocurriendo en la viticultura española.
En este documental, has podido comprobar la preocupación de los viticultores por el cambio climático. ¿De qué manera se han comprometido? ¿Qué soluciones están aportando?
Muchas y que implican una inversión añadida. El proyecto Cenit-Deméter, que es el proyecto más importante de la viticultura en toda su historia y uno de los más importantes de toda la agricultora española, es un ejemplo. Este proyecto, que compromete a muchísimas universidades, centros de investigación y bodegas de toda España y está liderado por Bodegas Torres en este caso, lo que hace es investigar cuáles son los procesos en la viña y en la bodega que pueden ayudar a que las emisiones de CO2 asociadas a la viticultura vayan a menos. No estoy hablando de qué hacer para seguir haciendo vino, sino qué hacer para mitigar las emisiones de CO2, es decir, para ayudarnos a todos. Y por ejemplo lo que se está haciendo es capturar de CO2 durante los procesos de maduración de la viña, investigar en captura de dióxido de carbono con algas, instalar renovables en casi todas las bodegas, reducir el transporte entre viña y bodega, etc. Pero las viñas se están yendo al Pirineo. Yo intuyo, aunque el sector no lo dice, que las grandes bodegas españolas se van a ir al monte, vamos a tener a Matarromera, Vega Sicilia, Marqués de Riscal, Torres, a las grandes bodegas españolas, disputándose territorios en zonas altas porque las cotas que hasta ahora han sido óptimas dejarán de serlo. Esto no significa que, por ejemplo, Montilla-Moriles no siga haciendo un buen vino, o Penedés o Ribera o Rioja. Por supuesto que sí, pero también habrá movimientos. Y no es una previsión. No, no. Es una evidencia científica. Detrás del vino hay mucha más ciencia de lo que nos imaginamos, es una de las cosas que más me ha sorprendido al hacer este documental, hay muchísima ciencia y los ingenieros agrícolas son las grandes estrellas de este sector, no los artistas del coupage, no, es gente con mucha ciencia. Y estos han dicho "señores, esto se acaba", por lo menos tal y como lo veníamos haciendo, y es perfectamente serio.
Cuando estabas realizando el documental, ¿sentías la presión implicar al espectador en este grave problema para todos? ¿Crees que lo has conseguido?
En general, el vino y la viña nos toca a todos, ten en cuenta que yo como naturalista siempre he acudido mucho a la viña porque es uno de los ecosistemas más productivos que hay. Como dice Joaquín Araújo en el documental, es una simplificacion del paisaje, es un monocultivo, pero, caramba, tiene una gran biodiversidad social. Y yo he ido muchas veces a la viña a ver bichos. El documental tiene un punto de técnico que había que vencer para vincular a la gente, y eso creo que lo hemos conseguido, si no, no creo que hubiéramos tenido la audiencia que estamos teniendo y el éxito de crítica. El documental está haciendo de pellizco en la conciencia del espectador común, ya seas ama de casa o una persona joven, aunque no estés vinculado con el vino, cuando ves lo que está pasando a la viña y al vino, dices "esto va en serio".
Este documental es finalista de los 20º premios de l Festival Internacional de films sobre la viña y el vino Oenovideo. Enhorabuena.
Como decía Sénecea, la recompensa a la acción virtuosa es haberla realizado. Nosotros nos sentimos, un equipo muy grande, que lo que hicimos fue trasladar en imágenes algo que nos sedujo desde el primer momento. La viña es una gran seductora y el mundo del vino, incluso aunque no te interese, es un gran seductor porque es muy expresivo, muy latino, muy artístico y pasional. No hicimos el documental para concursar a nada, simplemente este discurso de cómo el vino está plantando cara al cambio climático es iniciático y en este festival internacional lo han valorado muy bien. Nos han concedido el honor de concurrir a la sección oficial. ¡Vamos a a estar compitiendo con Gérard Depardieu, con el documental de Álvaro Palacios...! Según parece el documental traslada un mensaje que está dando que hablar. Hay mucha gente que a raíz del documental se está diciendo: "Va a ser que sí, que tendremos que mover los aperos de labranza y las vides y nos vamos a tener que ir lejos". Y eso, sin ser una gran tragedia, es un arañazo en un país como el nuestro, que es el que tiene más superficie de viña cultivada de todo el planeta. En producción, somos los segundos, y en ventas los terceros, pero España es el que tiene más paisaje de vino. El documental traslada eso y, en el festival francés, que es el más importante del mundo y el más antiguo, se han quedado perplejos, no sabían que en España se han puesto tan serios con los efectos del cambio climático. Y eso es bueno, porque ahora el reto es hacerlo a nivel internacional. Tenemos algunas propuestas, pero eso requiere tiempo.
¿Las bodegas españolas han sido las pioneras en afrontar el calentamiento del clima?
Sin duda. También se están preparando en California, en Francia y en Chile, pero España va por delante, con un compromiso muy honesto, seguir haciendo vino y ofrecer al mundo el placer de tomarse un buen vino de Ribera, de Rioja, del Penedés, de Ribeira, de Jerez... pero, sobre todo, un gran vino español.
El documental Vino y clima: una relación amenazada es una producción de Somos.Som, empresa de producciones audiovisuales fundada por la periodista Julia Otero, y está patrocinado por Bodegas Torres.
Se estrenó en noviembre de 2012 en el Festival Internacional del Vino y el Cava “Most” y es finalista de los 20º premios del Festival Internacional de films sobre la viña y el vino Oenovideo.