Carlos Fresneda: "Lo impensable nos va a obligar a repensarlo todo"

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Acaba de publicar "Ecohéroes. 100 voces por la salud del planeta" (editorial RBA). En este libro, científicos, economistas, emprendedores y activistas por la "casa común" nos acercan a un futuro que está a la vuelta de la esquina con la crisis climática como la gran amenaza y reto para la humanidad.

Foto: ©Miguel Fresneda

Su nuevo un libro es muy inspirador. Si hay algo que nos ha enseñado este coronavirus es que los retos del siglo XXI afectan a toda la humanidad, como con la emergencia climática, que ha quedado aparcada en segundo plano, pero no es menos urgente. 

Fresneda, periodista, cofundador de El Correo del Sol y corresponsal de El Mundo en Reino Unido, lleva tres décadas escribiendo sobre temas ambientales. En plena pandemia, y con la crisis climática como telón de fondo, ha elegido a activistas y científicos que ha entrevistado a lo largo de los años para ofrecer un caledoiscopio alternativo de otra vida posible, respetuosa con la tierra y nuestro entorno. 

Has elegido 100 personas para recordarnos que la emergencia climática exige un cambio de paradigma y que ese cambio es posible. ¿Quiénes son y por qué escribir esta obra en plena pandemia?
El libro se lleva gestando desde hace más de 10 años, pero casualmente la pandemia golpeó ya en la recta final, y en concreto justo en el momento en que empezaba tres meses de escritura intensiva, con lo cual el libro está muy afectado directamente por el confinamiento. De hecho, hay un prólogo que se llama "Lo impensable" y que es una referencia muy directa y que concluye con la frase que para mí resume poco el mensaje del libro: lo impensable nos va a obligar a repensarlo todo.

¿Cómo has estructurado el libro para dar cabida a tantas voces diferentes?
El último capítulo, "Esa bendita inquitud",  también es un llamamiento a la acción en estos tiempos tan inciertos, en que el péndulo se puede inclinar hacia un lado o hacia otro. Y volviendo un poco a la idea inicial de que lo impensable nos va a obligar a repensarlo todo, el libro está dividido en diez apartados, que es una manera de darle unidad. Son diez episodios o diez puntos en los que debería cambiar la sociedad en los próximos diez años si queremos darle la vuelta a tortilla, como advierte de Nicholas Stern, el autor del gran informe sobre la economía del cambio climático. Nos quedan 10 o 20 años como mucho si no queremos llegar a un escenario por encima de los 3 ºC a finales de siglo. Los diez capítulos son ciudades, alimentación, ciencia, naturaleza, agua, clima, energía, economía, consumo y educación, que es para mí muy importante. ¿Quiénes son los 100? Son gente y activistas o científicos conocidos, como Greta Thunberg o Jane Goodall, a quien entrevisté durante el confinamiento. Está también el padre de la ciencia del cambio climático,  James Hansen, el padre la teoría Gaia, James Lovelock, el fundador del movimiento de transición, Rob Hopkins, Vandana Shiva, la oceonóloga Sylvia Earle... Hay gente bastante conocida y otros no tan conocidos, pero que yo he querido también incluir para jugar un poquito a la sorpresa y para demostrar que hay un ecohéroe a la vuelta de la esquina. Hay también una parte española. Entorno al 25% de ecohéroes son españoles y entre ellos quiero destacar a Domingo Jiménez Beltrán, el primer director de la Agencia de Medio Ambiente y que ha creado su espacio propio en Murcia, en Águilas, la Fundación Castillo de Chuecos, con la intención de crear un Centro de Sostenibilidad del Mediterráneo. Es un adalid de la renovables y la energía solar en España. Está Heike Freire, la educadora autora de "Educar en verde". Está Sybilla, la diseñadora, con toda su labor no solo como diseñadora, sino como activista en Mallorca. Y de Mallorca, que es un puntal en el libro, hay varios ecohéroes, como Guillem Ferrer, ex diseñador de Camper, que tiene sus encuentros de "Educar para la vida" y que ha sido para mí un faro. Allí he podido ver a muchos de mis ecohéroes.Se fue un poco gestando sobre la marcha, hay personajes que hubieran necesitado casi un capítulo aparte, pero con esa idea yo creo que hay un apartado que hay me gusta mucho que es del agua, donde fundo mucho el mar, el hielo y los ríos, por ejemplo, con Peter Wadhams, autor de "Adiós al hielo", es uno los científicos más prestigiosos, un glaciólogo casi pionero en el estudio del cambio climático en el Ártico, hasta por ejemplo nuestro ecohéroe autóctono Santiago Martín Barajas, cofundador de Ecologistas en Acción, y su vínculo tremendo con el agua que yo conocí hace 30 años recorriendo con él río Jarama y últimamente con su proyecto de renaturalización del río Manzanares, que para mí es un ejemplo muy claro, un referente casi europeo de recuperación de un río. Madrid es al fin y al cabo mi ciudad natal y la siento muy de cerca. De hecho, el libro abre con Madrid, con el proyecto de "cohousing" ecológico Entrepatios, en Usera, promovido por el arquitecto Iñaki Alonso, que es un grandísimo ecohéroe afincado en Madrid y con su proyecto de Madrid transita y su estudio SATT.

No te ciñes al formato clásico de entrevista de pregunta-respuesta. ¿Cómo has construido cada una de esas cien historias?
Sí, he huido del formato clásico de entrevista porque creo que aleja al lector y que te olvidas de esa persona que está leyendo, que necesita de alguna manera inspiración. El formato entrevista a mí me gusta en momentos muy específicos y para cosas muy concretas, pero este libro yo lo defino como un libro de historias. Y un libro de acción porque son gente haciendo cosas y no hablando en plan aburrido. Estamos ya hartos de discursos, por eso es un libro de historias. Me interesa mucho colocarlos a ellos en sus respectivos hábitats, para dar a conocer su entorno y los cambios que ellos han propiciado en su entorno. Creo que es una manera mejor de inspirar a la gente y también de cambiar de narrativa en temas ambientales porque estamos ya muy cansados de los dogmas. Por ejemplo, hay un dogma que yo rebato mucho y que es la necesidad de "salvar el planeta". Y ahí James lovelock da en el clavo y dice que el planeta, llegado el momento, se salvaría por sí mismo y prescindiría de nosotros. Vamos a olvidarnos de lemas tan genéricos y vamos a hacer algo realmente positivo, vamos sobre todo a regenerar el planeta. La regeneración y resiliencia son para mí dos palabras clave para estos momentos en los que vivimos.

¿Qué propuesta te ha sorpendido más en los apartados naturaleza, alimentación o consumo, bloques todos muy potentes?
En cada capítulo he intentado poner algo distinto que me realmente sorprendiera al lector como me ocurrió a mí. Como la del proyecto Eden,  que es el mayor proyecto de regeneración ambiental en el planeta: una mina de caolín abandonada reconvertida en el mayor invernadero del mundo y en un parque. Un homenaje a la naturaleza y una de las atracciones turísticas del Reino Unido, donde van todos los años decenas de miles de niños. El fundador es un holandés errante, Tim Smit, que aparte de eso es arqueólogo y músico, con lo cual es casi un hombre del Renacimiento. Yo lo conocí al muy poco de llegar a Reino Unido, y él justamente revindica eso, la capacidad de asombro. Vamos a emular la capacidad de asombro de la naturaleza. Y que cuando alguien entre en el proyecto Eden se sienta como el doctor Livingston cuando vio las cataratas Victoria. Entonces esa capacidad de asombro de la naturaleza es vital. Hay otra historia muy directa que a mí me afecta mucho, que es la de Carlos Magdalena, el botánico gijonés del Kew Garden, el jardín botánico más increíble del mundo. Carlos se hizo famoso y le llaman el rescatador de nenúfar enano de Uganda: el nenúfar más pequeño del mundo fue robado en el Kew Gardens y, por suerte, Carlos, que está al cargo de los viveros tropicales del Kew Gardens, tenía varios plantones en reserva y no desapareció el último ejemplar como mucha gente se temía. Carlos ha escrito un libro precioso que se llama "El Mesías de las plantas", él tiene algo de hippie dice: "Una melena medio hippie medio hipster tiene algo como de Mesías, de ahí el título del libro y él le quita mucha importancia al nombre y nos dice que cada uno de nosotros podemos ser un mesías de las plantas en nuestro propio balcón, en nuestra propia terraza.

De los que nos hablan de clima, imagino que ninguno ha podido ser optimista.
El más pesimista de todos es James Hansen, que ya lleva diciendo desde los años 80, cuando compareció en el Congreso americano y dio la voz de alarma. Ha visto cómo el mensaje ha surgido o ha vuelto a las catacumbas por la acción de los negacionistas del clima, y hemos vivido este sube y baja constante. Yo creo que tocó techo el año pasado, que fue el gran año del cambio climático, cuando el cambio climático realmente se coló en los titulares y los telediarios gracias, entre otros, a Greta Thunberg y a sus acciones de Fridays for Future. Pero después vino la pandemia y el cambio climático por desgracia ha vuelto otra vez a los márgenes, cómo ocurrió también en el 2009 en Copenhague y después de la debacle financiera.  Ahora estamos en una alerta sanitaria, pero en realidad estamos ante algo más grande, una alerta ambiental, y es necesario también hacer el vínculo entre entre salud y medioambiente. De ahí el subtitulo de "100 voces por la salud del planeta".  Jane Goodall habla mucho de esto: de la pandemia como un reflejo de la relación enfermiza que tenemos con la naturaleza.

Joanna Haigh, que es una máxima experta en  el impacto de los cambios de la actividad solar en el clima,  llega a la conclusión de que el último siglo el impacto es mínimo y que el aumento de un grado centígrado que hemos experimentado desde la Revolución Industrial es por la acción humana. Hay también un capítulo dedicado a Extinction Rebellion, que es el grupo también ha puesto el cambio climático y la pérdida de biodiversidad en primer plano en el último año. Y hay historias de refugiados climáticos en la Polinesia y la historia de Alaska, la última frontera: Sarah James, que es un poco la voz de Ártico y es difícil realmente ser optimista ante lo que está pasando. La historia de los juicios climáticos es una de las más impactantes y me ha llegado a través de su abogado: Ioane Teitiota es habitante de la isla de Kiribati, en la Polinesia, que vista del cielo parece la isla de nunca jamás, pero que lo está pasando mal;  es uno de los países que puede desaparecer del mapa tal y como están subiendo las aguas. Pues Ioane Teitiota se fue a Nueva Zelanda y pidió asilo alegando el efecto del cambio climático que afectaba a su país y fue una pelea en los tribunales que no fructificó, pero al cabo de un tiempo la ONU le ha dado la razón. El comité de Derechos Humanos de la ONU ha reconocido su condición de refugiado climático: fue una sentencia fechada en el 2020 alegando el derecho de las personas refugiadas y desplazadas por causas climáticas a no ser retornadas a su país de origen. El caso es un presagio de lo que puede pasar en los próximos años, hay proyecciones de que pueda haber millones de los refugiados climáticos en el 2050, hasta 140 millones.

Otras  voces de tu libro señalan el camino que habría que transitar hacia otra economía y otra energía, que no sean tan caníbales con nosotros mismos ni tan destructivas con los otros seres de la tierra. Danos un apunte sobre esas "otras economías y energías posibles".
Hablando de energía, ya mencioné la historia de Domingo Jiménez Beltrán, que también sostiene que estamos ahora mismo en el clímax para el cambio. La parte "Energía" da mucha cancha a iniciativas populares y impulsadas desde abajo como Som Energia, la mayor cooperativa de España que empezó Cataluña y que realmente se ha propagado por toda la geografía. O Viure de l'aire, el primer aerogenerador popular. Amory Lovins habla también de los "negavatios", el valor de la eficiencia energética que muchas veces queda olvidada. Y el capítulo concluye con la pregunta de Nicholas Stern: ¿A qué esperamos?Tenemos ya todas las herramientas , la energía solar y la energía eólica han demostrado ser más baratas que las fósiles y se están imponiendo por su propio peso, pero debería todo acelerarse bastante más. Y luego otra economía obviamente. El pulso entre economía y ecología están siempre en el libro. Yo suelo decir que la economía es de Marte y la ecología es de Venus, y va siendo hora de que se pongan a trabajar juntas en el planeta Tierra. Ahí tenemos a Ellen MacArthur, que es una de las pioneras de la economía circular, abogando por el paso la de la economía lineal de usar y tirar a la economía del reaprovechamiento total. Tenemos también a William McDonough, con su concepto "cradle to cradle"; el foro de las nuevas economías impulsado por Diego Isabel La Moneda, un emprendedor palentino que está teniendo bastante tirón en todo el mundo. Y hablamos también aquí del movimiento transición de Rob Hopkins, del que ya hablado antes, desde Totnes a más de cien países en todo el mundo. Y luego también del capitalismo del desastre, la advertencia que nos lanza Naomi Klein para estos tiempos en los que estamos.

Muchos de las voces de tu libro son pesos pesados en su ámbito profesional, como Jane Goodall, James Lovelock, Edward O. Wilson o Janine Benyus, por mencionar solo algunos cuantos. ¿Cuál ha sido para ti el mayor aprendizaje?
Quizás porque es el más reciente, durante el confinamiento, el de Jane Goodall y esa reflexión sobre la destrucción de los humanos que estamos causando a la naturaleza. Tambien Edward O. Wilson, al que he entrevistado tres ves. Es el mayor el biólogo vivo, el padre de conceptos como la propia biodiversidad o la biofilia. Y además Wilson es el mayor especialista del mundo en el mundo de las hormigas. Su despacho en Harvard está lleno de hormigas de todo tipo de materiales... de hierro, de madera, por los anaqueles... Y me enseñó la colección de mariposas de Nabokov, que está justo debajo de su despach. Es un sabio. En el libro, creo que hay varios sabios y Edward O. Wilson es uno de ellos. Satish Kumar es otro. James Lovelock a su manera, de viejo genio científico, es otro... Hay mucha experiencia vital, y cuando hablas con gente de su edad que mantiene su espíritu juvenil, como dice Edward O. Wilson: "Yo en el fondo sigo siendo un niño, me fascinan los bichos". Esa fascinación por los bichos la ha mantenido y es increíble ver a gente con experiencia y ese espíritu rabiosamente vital.

Después de leer tu libro, he de confesarte que Paul Stamets, el micólogo que ha inventado una Caja de la Vida para reforestar el planeta, es uno de mis favoritos. ¿Cuáles de ellos te han dejado realmente con la boca abierta? ¿Alguno te ha llegado a emocionar?
Paul Stamets es otro de mis predilectos porque a foto que hizo mi gran amigo Isaac Hernández, que es mi compañero de viaje durante más de la mitad del libro, está hecha las seis de la mañana con unas setas parasol de más de medio metro de alto. Ver a Paul Stamets con su sombrero de hongos de Transilvania para mí es como contemplar un duende que se ha escapado del bosque en ese momento. Él hace una comparación increíble del micelio: los hongos bajo tierra son como el internet del bosque, de la naturaleza, y el compara el micelio con las galaxias y con las redes. Hace una especie de metáfora increíble, y la conclusión es que todo está conectado. Fritjof Capra es otro autor que también me ha influido mucho, y como coda al capítulo también lo he querido poner, porque ese es también el mensaje, la red de la vida.

Me ha emocionado también y hablando un poco también de los ecohéroes menos conocidos, por ejemplo, Gordon Hempton, el ecologista acústico que ha dado la vuelta al mundo en busca del silencio natural. Estuve con él en la pulgada del silencio que tiene en los bosques Olympic Mountains, cerca de Seatle, y ha aprovechado el confinamiento para impulsar una iniciativa que llama los Parques del Silencio, porque la gente es mucho más sensible a la contaminación acústica de lo que era antes de confinamiento igual que lo somos también a la contaminación del aire y a muchas otra cosas de las que no éramos casi conscientes antes. Gordon Hempton ha aprovechado el impulso del confinamiento para crear esta iniciativa que es buscar reductosde silencio en los parques urbanos. El primero fue en Taipeh, Taiwan, el segundo y tercero van a ser Suecia, y está buscando un sitio aquí en España. Otra historia autóctona que a mí me ha emocionado mucho la de Monty Pons. Montserrat Pons es el boticario de Llucmajor. Tiene ya casi 70 años y por pura afición ha ido construyendo el mayor figueretum, la mayor colección de Higueras del mundo con 1.400 variedades. La higuera es un árbol  representativo de lo que es el Mediterráneo y  es una pena que este tipo iniciativas se lleven adelante casi respaldo institucional. Este sí que es un superecohéroe mallorquín. En Mallorca están pasando muchas cosas ahora y creo va a ser uno de los grandes de focos en esta década.

A la más joven, Greta Thunberg, la entrevistaste hace poco. ¿Cuál fue tu impresión? ¿Las generaciones del siglo XXI van a marcar un nuevo rumbo?
Con Greta ha sido un poco como con el juego del ratón y el gato este año. Al final la pude pillar un poco más tranquilamente casi en su última aparición en Bristol, en una manifestación que hubo en Bristol, tiempo después de su aparición fulgurante por la COP25  en Madrid y esa doble travesía en el Atlántico. También soy un poco crítico en torno a la burbuja informativa que se ha creado a su alrededor, pero sobre todo soy muy crítico con los que han ido a por ella. Con Greta ha pasado un poco como con Al Gore: como no se puede matar el mensaje, han ido a matar el mensajero. Y en este caso, más aún porque es mujer, menor de 18 años y con el síndrome de Asperger, que curiosamente ya ha convertido en su superpoder y ahí está, Persona del Año de la revista Time, candidata al Nobel de la Paz... Tiene mérito haber puesto el cambio climático en primer plano y haber sacado de las escuelas a la gente joven. Ahora mismo Dara McAnulty, al que yo llamo el "greto norilandés", que es autor de "Diario de un joven naturalista", con 17 años y también con el síndrome de Asperger, está causando mucha sensación en Reino Unido. Ha recibido ya varios premios y ojalá lo podamos ver pronto traducido. De hecho, Dara será uno de los protagonistas de Ecohéroes 2 si llega a haberlo en algún momento.

Otra sorpresa de tu libro es descubrir que la educación también puede ser diferente. ¿Es la naturaleza la maestra que debería estar presente en todas las escuelas?
Los últimos cinco capítulos van con esa intención de dejar constancia de lo importante que la educación. Heike Freire que es la autora "Educar en verde", insiste mucho en cómo la pandemia está forzando una marcha atrás, imponiéndose ese distanciamiento social y ella clama por una escuela humana y verde, "desasfaltar" las escuelas y llenarlas de verde, de huertos, bosques comestibles y cocinas. Y no solo eso, sino convertir el medioambiente en una especie de asignatura intracurricular que se cuela en todos los espacios. Y en eso están en Mallorca y por eso hablo mucho de "Educación por la Vida", que es el encuentro anual que se produce allí y que clama por un nuevo modelo holístico en el que el medioambiente tiene que estar muy presente.

Háblanos un poco de los ecohéroes autóctonos.
Además de los que he comentado, dos que me gustaría mencionar son el chef José Andrés, al que yo llamo el "chef solidario solar" porque asistí a su despertar como chef solar y solidario en Haití después del terremoto, y mi amigo Manolo Vílchez, que fue quien introdujo la cocina parabólica solar. La expedición se llamó Solar for Hope, y ese viaje Haití fue crucial para mí porque tuve la oportunidad de conocer a José Andrés, que es un monstruo de la comunicación y una persona superhumana. Y ahora está en todos los sitios por su gran labor durante la pandemia. Y a Manolo quiero también rendir un homenaje especial porque fue mi porteador de ecohéroes autóctonos. Hay otro que conozco hace mucho tiempo y que también me toca muy directamente porque es un grandísimo comunicador, aparte de un divulgador increíble, que es Mariano Buen, el padre de la agricultura ecológica en España y con quien tuve la ocasión de hacer un viaje de Barcelona a Castellón rumbo a La Senieta, su finca donde ha proyectado todo lo que sabe hacer, que es mucho.

¿Cómo sería el mundo si gente como la que aparece en tu libro fuera escuchada por quienes detentan el poder real del rumbo de mundo actual?
Otro gallo cantaría. El problema es que estas historias no suelen ser muy visibles en los medios, es muy difícil lograr espacio para contarlas. Es uno de mis caballos de batalla. Hace 12 años todos los españoles tenían suplementos de medioambiente. En "El Mundo", que es donde yo trabajo, se publicaba "Natura", que era de los mejores que había, pero todo esto desapareció y se acabó del medioambiente... es intermitente a veces. A mí lo que más me revienta es que digan "que está de moda". No, no está de moda, o sea, es una tendencia imparable y, entre otras cosas, porque el medioambiente –que también es una palabra abstracta y fría, como cambio climático– es la vida misma, o sea, es el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos... Entonces, decimos medioambiente, pero hablamos de la vida, del soporte de vida, de lo que nos permite vivir en este planeta. Si fuéramos conscientes de la importancia quizás se le daría más visibilidad. Hay sobre todo un medio que para mí es absolutamente puntero, "The Guardian", que está marcando el camino de cobertura y de informacion ambiental a todo el mundo.

Por último, ¿habrá un "Ecohéroes 2"? 
Seguramente sí. Estoy pensando en hacer una edición más nuestra, o la posibilidad de hacerlo en imagen y realizar una miniserie para televisión. O un podcast y convertirlo en plataforma para muchas cosas. También trabajar en la edición en inglés porque el 80% de la gente que sale en el libro son americanos y británicos. Tampoco he mencionado el tema de la Amazonia, con las hermanas Gualinga, que son defensoras de la Amazonia en el Ecuador. Y serúa un "Ecoheroes 2", o puedo llamarlo de otra manera: la intención de fondo del titulo es que todos podemos ser ecohéroes en nuestro entorno. No hace falta ponerse una capa ni hacer proezas, basta elegir un apartado que el que quieres marcar la diferencia y ponerte en acción porque es lo que es el libro al final, una llamada a la acción en estos tiempos críticos.