Las dietas bajas en grasas no previenen el colesterol ni las enfermedades cardíacas

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El doctor e investigador en enfermedades cardíacas James DiNicolantonio asegura que las dietas bajas en grasa no frenan las enfermedades del corazón y que hay que buscar la causa en el azúcar y los carbohidratos refinados.

Las dietas bajas en grasas no frenan las enfermedades del corazón ni ayudan a vivir más tiempo. El verdadero enemigo es el azúcar y los hidratos de carbono refinados, alerta el doctor James DiNicolantonio, investigador científico cardiovascular en el Saint Luke's Mid America Heart Institute de Nueva York.

Según este reputado médico, los consejos dietéticos actuales se basan en pruebas no muy fiables de la década de los cincuenta que han demonizado las grasas saturadas y han puesto la salud pública en riesgo. "Necesitamos una campaña de salud pública tan fuerte como la que teníamos en los años 70 y 80 demonizando las grasas saturadas para decir que lo hicimos mal".

James DiNicolantonio asegura que las dietas bajas en grasa no frenan las enfermedades del corazón y que hay que buscar la causa en el azúcar y los carbohidratos refinados.

Necesitamos una campaña de salud pública tan fuerte como la de los años 70 y 80 demonizando las grasas saturadas para decir que lo hicimos mal

En un artículo publicado en la revista BMJ journal Open Heart, aseguró: "El aumento de la prevalencia de la diabetes y la obesidad en Estados Unidos se produjo con un aumento en el consumo de hidratos de carbono refinados, sin grasas saturadas. No hay pruebas concluyentes de que una dieta baja en grasa tenga efectos positivos en la salud. De hecho, la literatura médica indica una falta general de cualquier efecto (bueno o malo) de una reducción en la ingesta de grasas. El temor de la gente en general de que la grasa saturada eleva el colesterol es completamente infundado".

La evidencia muestra que una dieta baja en hidratos de carbono refinados, en comparación con una dieta baja en grasa, mejora el colesterol. Sin embargo, DiNicolantonio considera que los alimentos procesados sí que deben ser evitados.  

En lugar de adoptar una dieta baja en grasas, para cuidar el corazón y prevenir otras enfermedades, la gente tiene que empezar a comer "comida de verdad", es decir, sin procesar. Recomienda comer nueces ecológicas, verduras, frutas y carne de vacas alimentadas con pastos.

Por último concluye: "A partir de estos datos, es fácil comprender que la epidemia mundial de la aterosclerosis, enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad y síndrome metabólico está siendo impulsada por una dieta alta en carbohidratos refinados/azúcar en lugar de grasas, una revelación que estamos empezando a aceptar".

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