La combinación de líneas de alta tensión y radioactividad puede provocar leucemia infantil

14.5.2014
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El investigador Chris Busby sugiere que las líneas de alta tensión y la contaminación radioactiva se conjugan para aumentar el riesgo de leucemia en niños. 

Las líneas de alta tensión aumentan los efectos de la polución.

En 1970 se publicó el primer estudio de Wertheimer y Leeper que relacionó la líneas de alta tensión y la leucemia infantil. La controversia dura desde entonces. El pasado mes de febrero, el Grupo para la Investigación del Cáncer Infantil de la Universidad de Oxford dio a conocer una investigación que se esperaba concluyente. Los grandes medios de comunicación se apresuraron a explicar que no existe riesgo. Por ejemplo: Los cables de alta tensión no aumentan riesgo de contraer leucemia, en BBC Mundo. Sin embargo, los resultados "en crudo" del estudio indican otra cosa, según Chris Busby, secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgo Radioactivo.

Los investigadores del CRG, con Kathryn Bunch al frente, analizaron 16.620 casos de leucemia desde 1962 hasta 2008. Hallaron que el riesgo de nacer cerca de los cables y contraer cáncer se fue reduciendo con los años, lo que según los autores excluye una relación de causa-efecto. Sugieren que las variaciones en la incidencia se deben a los movimientos de la población.

Busby considera en un artículo publicado por The Ecologist  "absurdo" y "ridículo" este razonamiento que se ha dado por buena para llegar a la conclusión de que las líneas de alta tensión son inocuas: significaría que en los primeros años se concentraron bajo las líneas de alta tensión las personas vulnerables a la enfermedad y que, por alguna razón social desconocida, en los últimos años viven allí personas sin esa tendencia. Y que los cables no tienen nada que ver con la enfermedad...  Parece un argumento extraño.

Busby ha analizado por su cuenta los datos y saca las conclusiones contrarias. La relación inicial entre líneas de alta tensión y la leucemia para los años 1962-1999 se confirma e incluso aumentan las tasas de riesgo que se habían denunciado. Además Busby ha encontrado una explicación para la reducción del riesgo con el paso de los años: ha disminuido la radiación ionizante.

Busby recuerda el estudio de Denis Henshaw, según el cual, la exposición a contaminantes ambientales como el polvo radiactivo aumenta bajo las líneas eléctricas. Pero, ¿qué tipo de radioactividad había en torno a 1960 que haya ido disminuyendo? Busby aporta una información sorprendente: entre 1950 y 1965 el gobierno británico experimentó con armas atmosféricas, inyectando partículas de uranio, plutonio, estroncio 90 y cesio 137 en la estratosfera. Al comparar los datos sobre la lluvía de partículas radioactivas y los casos de leucemia cerca de las líneas eléctricas se descubre el paralelismo.

Aún llueve estroncio 90, pero la radiación ionizante ha disminuido. Busby se pregunta si en consecuencia ha desaparecido el riesgo asociado a las líneas de alta tensión. Se responde que no, porque las líneas eléctricas de alta tensión siguen multiplicando los efectos negativos de la polución. Este efecto será lógicamente mayor en las regiones industriales y en las ciudades.

El estudio de Bunch quizá haya servido para descubrir la principal causa de leucemia infantil. Es coherente con los estudios que muestran un aumento de la incidencia en Irak debido a las bombas estadounidenses untadas con uranio.

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