Glasgow: un pacto del clima con el "pulso débil"

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La Cop26 ha dejado más preguntas abiertas que respuestas concretas ante la crisis del clima. Hasta los propios artífices del Pacto del Clima de Glasgow minimizan los logros y recononocen que queda aún un largo camino para reducir drásticamente las emisiones y alinearse con el objetivo de un aumento máximo de las termperaturas del 1,5 grados.

¿Ha conseguido sus objetivos la Cop26?

A duras penas. Las dos grandes metas eran inicialmente "mantener vivo" el  aumento máximo de las temperaturas de 1,5 grados y llegar al techo de 100.000 dólares anuales de financiación internacional de la acción climática. El segundo objetivo se incumplió incluso antes de la cumbre, con el anuncio del 2023 como la nueva fecha en el horizonte. Sobre la primera meta respondió personalmente el presidente de la Cop26 Alok Sharma: "Podemos decir con credibilidad que hemos logrado mantener viva la meta de 1,5 grados, pero su pulso es débil y solo sobrevivirá si mantenemos las promesas y traducimos los compromisos en acciones".

¿Los compromisos presentados en Glasgow están alineados con la meta de 1,5 grados?

Según un informe difundido por Climate Action Tracker (CAT), los planes presentados para el 2030 ponen al mundo en un escenario de 2,4 grados a finales de siglo. Si se incluyen los planes a largo plazo de Estados Unidos (neutralidad de carbono en el 2050) y de China (antes del 2060), la perspectiva mejora a 2,1 grados. Si se cumpliera la meta "emisiones cero" la que se han sumado 140 países, podría llegarse a 1,8 grados. El CAT recalca sin embargo el "bache" ente los compromisos y la accón climática. El 2021 puede fijar el segundo récrod máximo de emisiones de la historia, cuando la meta debería ser una reducción de 45% en el 2030 para evitar que las temperaturas aumenten por encima de 1,5 grados.

¿Se volverán a revisar los objetivos en el 2022?

Ese ha sido uno de los principales puntos de litigio en la Cop26: instar a los países a que revisen sus planes con carácter anual, empezando por el 2022 en la Cop27 de Egipto, que volverá a ser del más alto rango ministerial. Inicialmente, a raíz del Acuerdo de París, la revisión se hacía cada cinco años (aunque la pandemia obligó a retrasarlo todo un año). Varios países, como China, pidieron tiempo y espacio para actualizar sus planes. Hubo presiones para suprimir este punto en texto final. Y también cíticas, por considerarlo que al final ha sido como "dar una patada a la lata" y una excusa para no ir más allá en Glasgow.

¿En qué consiste la referencia a los combustibles fósiles en el Pacto del Clima de Glasgow? ¿Por qué desató tana polémica?

El primer borrador de la cumbre proponía directamente el compromiso de "eliminar el carbón y las subvenciones a los combustibles fósiles". El segundo borrador suavizó la referencia precisando las centrales térmicas de carbón "incontroladas" (esto es, sin planes de captura del CO2) y los subsidios "ineficientes" a los combustibles fósiles. A última hora, cuando el texto ya estaba prácticamente cerrado, India y China lograron ablandar aún más el contenido y cambiar  "eliminación progesiva" por una "reducción progresiva". Los cambios restaron considerablemente fuerza a la cláusula, pero según Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International, se trata de "una clara señal de que la era del carnón está tocando a su fin".

¿Cuál es la polémica final en torno a los "daños y perjuicios"?

Se trata un viejo caballo de batalla de los países vulnerables, que está sufriendo ya el severo impacto en forma de huracanas, inundaciones o sequías. Para ellos es muy importante que parte de la ayuda internacional sea dedicada a cubrir los "daños y perjuicios" del cambio climático, pero los países desarrollados se niegan a abrir la espita de las "compensaciones" y se compromente como mucho a abrir un "diálogo" sobre el tema. "Estamos extremadamente decepcionados por lo ocurrido con este punto y expresaremos nuestro agravio en su momento", declaró Lia Nicholson, delega por Antigua y Barbuda. A cambio, se ha producido sin embargo un importante avance en ayudas la "adaptación" al cambio climático, con el compromiso de duplicar las aportaciones actuales en el 2025 (en una negociación facilitada directamente en Glasgow por la vicepresidental del Gobierno Teresa Ribera).

¿Quiénes han sido los "malos" de la Cop26?

El premio "Fosil Colosal", de la organización Climate Action Network, se lo llevó Australia, principal exportador mundial de carbón y el último en la lista de 60 países, por sus escasos compromisos (un reducción de emisiones del 26% al 28% en el 2030). El primer ministro Scott Morrison intentó lavar la imagen de su país con el compromiso de "emisiones cero" en el 2050, pero desapareció lo antes posible y dejó como único vestigio el mejor café de la cumbre. Arabia Saudí, que fue el "malo", de París, hizo también todo lo posible por sabotear las referencias a los combustibles fósiles, al igual que Rusia y Brasil (con la ausencia de Vladimir Putin y Jair Bolsonaro como un claro indicio).

¿El acuerdo entre Estados Unidos y China es realmente importante?

Fue la sorpresa más inesperada y el el mayor impulso que recibió la cumbre, tras el desplante del presidente Xi Jinping, que ni siquiera mandó un vídeo para cubrir su ausencia. La larga relación del negociador chino Xie Zhenhua con el enviado especial del clima norteamericano John Kerry fue vital para el anuncio. Kerry necesitaba un anunció así para demostrar el compromiso de la Administración Biden. Los dos mayores emisores de CO2 empezarán a "trabajar juntos" ante el cambio climático con un primer encuentro la semana que viene.

¿Cómo ha sido el papel del Reino Unido como anfitrión?

El Reino Unido asumió la presidencia de la Cop26 en un momento crítico, consumada su ruptura con la Unón Eropea y buscando su nuevo lugar en el mundo. Para el "premier" Boris Johnson, la cumbre de Glasgow era una manera de mostrar al mundo la imagen de "Gran Bretaña global". El comportamiento de Johnson ha sido sin embargo errático en la cumbre: llegó y se fue en avión privado, volvió en tren en la recta final y volvió a dejar solo ante el peligro a Alok Sharma, cuyo talante negociador al frente de la Cop26 ha sido al final alabado por propios y extraños.

¿Se puede hablar pues de un éxito o de un fracaso?

Ni una cosa ni otra. Tal vez a medio camino, por logros concretos como los acuerdos contra la deforestación o para reducir las emisiones de metano. Pero con el contrapunto de haber sido una de las cumbre más excluyentes, por la escasa representación de la sociedad civil y de las comunidades indígenas. Greta Thunberg, que encabezó las manifestaciones que durante dos días recorrieron Glasgow, declaró de antemano que la cumbre había "fracasado". La mayoría de los grupos ecologistas considera que la cumbre ha sido más bien un fiasco. El secretario general dela ONU Antòni Guterres reconoció que los avances no han sido suficientes: "Nuestro frágil planeta está pendiente de un hilo y aún estamos llamando a la puerta de una catástrofe climática".

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