Estrategias para lograr un ritmo de vida más humano

15.04.2014
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Si adoptamos en nuestro día a día una serie de actitudes vitales, lograremos recuperar los ritmos naturales del tiempo y podremos disfrutar de la libertad de vivir como queramos.

Los relojes y las agendas nos han secuestrado el tiempo. Sin embargo, en nuestras manos está la posibilidad de recuperar el control y disfrutar de un ritmo de vida mucho más natural y humano.

CONECTAR CON LOS RITMOS NATURALES sirve para ganar conciencia y control sobre la propia vida. En primer lugar, debemos comprender que cada persona tiene una experiencia diferente del tiempo y, por consiguente, está en su derecho si quiere realizar cualquier actividad a su propio ritmo. Es importante centrarse en la tarea que estamos realizando y no en el plazo en que debemos terminarla. Por lo tanto, en la medida de lo posible, no nos impondremos términos que nos estresen.

APRENDER A VIVIR EL AHORA, no en el pasado ni en el futuro, es el siguiente paso. Para ello, conviene hacer sOlo una cosa en lugar de dos o tres a la vez. Cultivaremos la concentración para que la mente no divague hacia el pasado o el futuro. Cuando, gracias a una motivación íntima, nos sumergimos plenamente en una tarea, se desarrolla un estado de conciencia donde desaparece toda sensación de paso del tiempo y se experimenta un gozo y una libertad profundas. Ésta es la experiencia óptima que Mihály Csíkszentmihályi ha denominado “fluir”. 

EL TIEMPO PARA NO HACER NADA es crucial. A lo largo del día hay que encontrar momentos para divagar, reflexionar despreocupadamente, ver pasar las nubes… También hay que ser generosos con el tiempo que dedicamos a relacionarnos con las cosas y las personas sin perseguir objetivos. Es la única manera de conectarse sincera y profundamente.

CON EL PASO DE LOS AÑOS cambiamos la espontaneidad por los planes y las obligaciones. Es la razón de que el tiempo lento de la infancia se vaya acelerando. Ser espontáneo significa estar dispuesto a jugar y estar abierto a la sorpresa. Los planes se pueden cambiar en función del momento.

LA MAÑANA Y EL ANOCHECER son momentos importantes para sincronizar el reloj interno con los ritmos naturales. Despertarse con el sol activa las hormonas del bienestar y prepara para la actividad diaria. Cuando el sol se pone, debemos ir reduciendo la intensidad de la actividad y los estímulos (televisión, internet…). Una buena idea es acabar el día disfrutando de la luz de las velas.

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