8 de cada 10 enfermedades del futuro estarán relacionadas con el estilo de vida
Las aplicaciones móviles tendrán un papel destacado en las estrategias terapéuticas
«Se cree que el 80 % de las enfermedades del futuro estarán relacionadas con el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y degenerativas», augura Ramon Gomis, director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. Gomis, que participará el miércoles 26 de junio en la «eWellbeing UOC Talks, Alimentación, actividad física y eHealth», que la Universitat Oberta de Catalunya organiza en Vigo, advierte de que el estilo de vida de las personas influye en la incidencia de estas enfermedades.
Así, los expertos prevén un aumento de las enfermedades cardiovasculares, que hoy en día suponen una de las principales causas de muerte. La diabetes, la ateroesclerosis, la hipertensión o la obesidad, todas ellas relacionadas de alguna u otra forma con aspectos nutricionales y de hábitos de sueño, pueden provocar problemas con el corazón y los vasos sanguíneos.
Además, las enfermedades degenerativas como el Parkinson o el Alzheimer, las patologías relacionadas con la inmunidad o con problemas respiratorios, algún tipo de alergias, etc. también pueden verse aceleradas por factores medioambientales, como un exceso de contaminación, por ejemplo.
En cuanto al cáncer, en su incidencia influyen factores ambientales, no solo genéticos. Eliminar el tabaco o reducir la contaminación ambiental y el uso de gasóleo u otros contaminantes reduce ampliamente el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer.
Riesgos de abandonar la dieta mediterránea
Aunque se dice por activa y por pasiva, no deja de ser cierto: una buena alimentación y una vida activa no solo alargan la vida, sino que también la mejoran. Así, en España «tenemos la suerte» de contar con una de las dietas más saludables del mundo, tal y como revelan numerosos estudios científicos. «La dieta mediterránea reduce las tasas de cáncer, diabetes y enfermedades coronarias», explica Anna Bach Faig, profesora del máster universitario de Nutrición y Salud e investigadora del grupo FoodLab de la UOC.
Sin embargo, esta experta en actividad física y salud advierte del creciente abandono de la dieta mediterránea, «por la influencia de hábitos y costumbres alimentarias foráneas poco saludables». «La obesidad se considera la epidemia del siglo xxi, especialmente entre los niños. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de mortalidad, y el síndrome metabólico y la diabetes mellitus son un problema de envergadura global entre los países desarrollados. Estos hechos parecen correr en paralelo al abandono de los hábitos que situaron la dieta mediterránea en el eje de la longevidad entre los países de la cuenca mediterránea», insiste.
El otro eje fundamental para vivir más y mejor es el ejercicio. Según la OMS, el sedentarismo es uno de los principales factores de muerte prematura en todo el mundo. «El deporte es salud», corrobora Anna Bach Faig. La actividad física moderada durante al menos media hora cinco días a la semana o el ejercicio intenso durante al menos veinte minutos realizado tres veces por semana reducen un 31 % el riesgo de muerte. Sin embargo, una cuarta parte de la población realiza una actividad física insuficiente que amenaza su salud, según datos de la OMS. España es el cuarto país más sedentario de Europa, según reveló el proyecto EuroHeart II, Dieta, actividad física y prevención de la enfermedad cardiovascular en Europa. El estudio mostró que el 42 % de los mayores de 18 años españoles no desarrollaba ningún tipo de actividad física durante la semana, frente al 6 % de Suecia o al 7 % de Finlandia.
Una ayuda para mantener una vida sana: las aplicaciones
Las aplicaciones cada vez desempeñarán un papel más importante en la prevención y el tratamiento de las enfermedades. De hecho, los profesionales de la salud las prescribirán (algunos lo hacen ya) como si de un fármaco se tratara. «Las aplicaciones pueden ser útiles para los pacientes y para los profesionales. Normalmente, los pacientes no comentan con los médicos las aplicaciones que usan, porque consideran que no forman parte de la estrategia terapéutica, pero sí que están relacionadas. Y al revés: hay profesionales que recomiendan aplicaciones que no han sido validadas y cuyo impacto potencial se desconoce. Así pues, hay bastante indefinición sobre qué puede ir bien y qué no, y queda mucho trabajo por hacer», explica Carme Carrion, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud e investigadora principal del eHealthLab de la UOC.
Para Carrion, el futuro de las aplicaciones de salud pasará por una personalización de sus servicios. Nos dirigimos hacia una medicina individualizada, y las aplicaciones deben ofrecer a su vez servicios personalizados para mejorar su eficacia: «Hoy en día muy pocas personas siguen usando las aplicaciones tres meses después de haberlas descargado», dice. «Hace poco tiempo que se están desarrollando aplicaciones diseñadas por equipos multidisciplinares y no solo por desarrolladores tecnológicos», cuenta Carrion, y aún queda mucho por hacer para aumentar su eficacia, como incluir gamificación, crear redes sociales asociadas, añadir notificaciones personalizadas…
Otro aspecto importante es la validación de las aplicaciones de la salud, añade Carrion. Así como el protocolo para validar un fármaco está consolidado y garantiza su eficacia, la investigadora considera que en el ámbito de las aplicaciones que se utilizan para la prevención o el tratamiento de enfermedades debería haber una mayor regulación. En este sentido, el eHealth Center de la UOC trabaja en el desarrollo de EVALAPPS, una aplicación que permitirá a profesionales y a pacientes evaluar la calidad de las aplicaciones para el control del sobrepeso y la obesidad.
Fuente: UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
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