5 prácticas que refuerza el equilibrio emocional

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A menudo etiquetamos como emociones negativas (como la tristeza, la ira y el miedo), sin embargo, son esenciales para nuestra salud emocional y psicológica. Todas las emociones tienen su propósito. Incluso una emoción como la envidia puede llevarte a cosas buenas si la usas de la manera correcta y no lastimas a las personas. 

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La tristeza, la ira y el miedo nos conectan profundamente con los demás, fomentan la empatía y sirven como alertas cruciales en nuestras vidas. En lugar de reprimir estos sentimientos, deberíamos reconocerlos y gestionarlos. En algunos contextos, es posible que incluso queramos apoyarnos en estas emociones. Por ejemplo, es posible que queramos aprovechar una emoción como la ira en entornos competitivos, como las competiciones deportivas. 

Incluso la ansiedad tiene un propósito, como todas las llamadas emociones negativas. La ansiedad mejora nuestra concentración en los detalles y nos hace anticipar lo qué podría salir mal. La ansiedad, aunque incómoda, nos prepara para una acción eficaz al alertarnos de peligros potenciales.

 

Necesitamos que las emociones nos guíen, que sirvan como señales que nos ayuden a mantenernos seguros, e incluso nos alerten cuando pueda ser necesaria ayuda profesional, especialmente cuando estos sentimientos intensos y desagradables son generalizados e implacables.

Por tanto, abarcar todo el espectro de emociones nos ayuda a comprender su propósito y gestionarlas de forma eficaz. El objetivo no es eliminar por completo ciertas emociones, sino regularlas. Pero, ¿cómo hacemos eso? Gestionar eficazmente las emociones desagradables implica algo más que comprenderlas; requiere una participación activa en prácticas que transformen nuestra relación con estas emociones.

 

Autocompasión

La autocrítica puede llegar a ser terrible. Muchos jóvenes estudiantes son víctimias de ella. La estrategia para contrarrestarla es la autocompasión, entendida como "ser amable con uno mismo".

Práctica: escríbete una carta desde la perspectiva de un amigo compasivo. Por ejemplo, puedes decirte, “te has estado esforzando mucho. Sólo un recordatorio de que la perfección no es el objetivo; el objetivo es el progreso. Cada paso que das te acerca a donde quieres estar. Sigue adelante. Estás haciendo lo mejor que puedes y eso es suficiente”.

Asombro

El asombro como esencial para el bienestar físico y mental. No hay nada mejor para uno que unos minutos de asombro. Es bueno para el sistema inmunológico, es bueno para el corazón, es bueno para la digestión, es bueno para el cerebro, es bueno para la relación con uno mismo y con los dem.as Los encuentros cotidianos con el asombro pueden transformar nuestras vidas.

Práctica: El asombro cotidiano es alcanzable. Descubrir paisajes naturales, conocer el modo de vida de los animales y apreciar los logros artísticos y científicos de los seres humanos nos proporciona ese asombro. La sonrisa de un niño o el vuelo de una mariposa también nos asombran. Reflexiona sobre estos momentos trascendentes para amplificar sus beneficios y compartir la maravilla con otros para establecer una conexión más estrecha.

Gratitud

La ciencia revela que la gratitud puede tener un efecto enorme y positivo en el bienestar y las relaciones. Observa las cosas en tu vida por las que puedes estar agradecido. Piensa profundamente en por qué te han dado esto que valoras. Reflexiona sobre cómo te sientes acerca del regalo que te han dado.

Práctica: Lleva un diario de gratitud conduce a una mejor salud y felicidad. No existe una única forma de hacerlo. Puedes reflejar tu gratitud hacia familiares y amigos. Puedes agradecer tu buensa salud, si es el caso. Puedes explicar coincidencias que te han abierto caminos o lecciones vitales que has aprendido.

Conexión

Es importante mantener conexiones sociales sólidas para la salud física y emocional. En cualquier momento puedes realizar pequeñas acciones para mantenerte en contacto con las personas que te importan y fortalecer las conexiones que tienes con ellas. No se trata de realizar grandes gestos, sino más bien de llevas a cabo pequeños y consistentes actos de conexión.

Práctica: Mejorar la aptitud social participando en actividades sociales regulares, manteniendo amistades y participando en eventos comunitarios que cultiven fuertes vínculos interpersonales. Incluso podemos entablar una pequeña charla con un extraño para mejorar nuestra aptitud social.

Bondad

Nadie se ha hecho nunca pobre por dar. El comportamiento prosocial no sólo nutre las relaciones, sino que también juega un papel crucial en nuestra felicidad. Realizar actos de bondad mitiga el estrés y mejora nuestro estado de ánimo, creando un ciclo de positividad que fortalece nuestra resiliencia emocional y enriquece nuestras interacciones sociales.

Práctica: Incluso los pequeños actos de bondad pueden tener un gran impacto en quien lo da y en quien lo recibe. Podría ser cualquier cosa, desde felicitar a un compañero de trabajo, ayudar a un vecino o enviar un mensaje reflexivo a un amigo. Registrar estos actos en un diario también puede magnificar los resultados positivos, haciéndonos más conscientes de nuestras contribuciones a la felicidad de los demás y a la nuestra.

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