España reconoce oficialmente la Sensibilidad Química Múltiple

25.9.2014
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El reconocimiento facilitará que los enfermos reciban un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Todos los partidos presentes (PP, PSOE, IU, CiU y UPyD) en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados han votado la proposición no de ley presentada hace año y medio por la diputada del PP María del Carmen Quintanilla a favor del reconocimiento oficial de la Sensibilidad Química Múltiple, que ha sido incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Es la fórmula autorizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que un gobierno pueda oficializar las dolencias que aún no se han catalogado a nivel internacional. De esta manera España se suma a la lista de países que reconocen la SQM como Alemania, Austria, Japón, Suiza o Dinamarca.

La diputada María del Carmen Quintanilla respondió con su proposición a la petición realizada por el Fondo para la Defensa de la Salud Ambiental (Fodesam), con la colaboración del Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental (SISS).

El reconocimiento era una reivindicación del creciente número de afectados por esta enfermedad que les obliga, en muchos casos, a vivir con innumerables medidas de prevención para no respirar ni entrar en contacto con una serie de productos químicos. Por otra parte, a menudo se encontraban con la incomprensión de los médicos que debían tratarles, debido a la falta de información y de reconocimiento de la enfermedad.  

La proposición no de ley señala que su finalidad es “dar un reconocimiento a esta enfermedad física asociada a la exposición a sustancias químicas tóxicas y facilitar de este modo el manejo clínico y jurídico de la misma” para permitir a sus afectados “disfrutar de los derechos básicos en materia de salud, asistencia y demás derechos derivados reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por las Cartas Magnas de todos los países democráticos”.

La SQM afecta al sistema nervioso central, pero también puede provocar disfunciones en otros sistemas como el respiratorio, el endocrino, el gastrointestinal o el cardiaco. Se trata de una “enfermedad emergente” que provoca una “respuesta fisiológica frente a multitud de agentes y compuestos químicos” que pueden encontrarse en ambientadores, colonias, productos de aseo personal, de limpieza, comida, agua del grifo, ropa, cosmética, tabaco…

María José Moya, afectada y responsable del SISS, señala que todos "vivimos en una sobreabundancia diaria de sustancias sintéticas, cada una con un nivel distinto de certeza o incertidumbre sobre sus efectos en la salud, tanto de forma individual como en sinergia entre ellas". "Que apareciera algo como la SQM era cuestión de tiempo”, concluye.

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