El CO2 alcanzó un máximo sin precedentes de 390,9 ppm en 2011
En 2011, la cantidad de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera alcanzó un máximo sin precedentes, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La cantidad de CO2 presente en la atmósfera alcanzó 390,9 partes por millón en 2011, es decir, el 140% del nivel de la época preindustrial, que era de 280 partes por millón.
El segundo gas de efecto invernadero de larga duración más importante es el metano. Pues bien, en 2011, el metano atmosférico alcanzó un máximo nunca hasta ahora alcanzado de 1.813 partes por millón de millones (ppb), o un 259% del nivel preindustrial, debido al incremento de las emisiones procedentes de fuentes antropogénicas.
Otro gas es el óxido nitroso (N2O, cuya concentración atmosférica en 2011 fue de unas 324,2 partes por millón de millones (ppb), que representa 1,0 partes por millón de millones (ppb) más que el año precedente y un 120% del nivel preindustrial. En el transcurso de un período de 100 años, su influencia en el clima es 298 veces mayor que las emisiones equivalentes de dióxido de carbono. Además, cumple también una importante función en la destrucción de la capa de ozono de la estratosfera que nos protege de los rayos solares ultravioletas nocivos.
"Forzamiento radiativo"
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha informado que, entre 1990 y 2011, se registró un aumento del 30% en el forzamiento radiativo -el efecto de calentamiento en nuestro clima- debido al dióxido de carbono (CO2) y otros gases de larga duración que atrapan el calor.
Durante los diez últimos años, la cantidad de CO2 presente en la atmósfera ha venido experimentando en promedio un aumento de 2 partes por millón por año.
Desde el inicio de la era industrial en 1750, se han emitido a la atmósfera cerca de 375 mil millones de toneladas de carbono en forma de CO2, principalmente a consecuencia de la quema de combustibles de origen fósil, informa la OMM. Aproximadamente, la mitad de este dióxido de carbono permanece en la atmósfera mientras que el resto es absorbido por los océanos y la biósfera terrestre.
El dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero más abundante emitido como consecuencia de las actividades humanas y ha contribuido aproximadamente a un 85% del incremento en el forzamiento radiativo durante la última década. “Estos miles de millones de toneladas de dióxido de carbono adicional que han llegado a nuestra atmósfera permanecerán en ella durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestro planeta e incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra”, afirmó el Secretario General de la OMM, señor Michel Jarraud, y añadió: “Las emisiones futuras no harán sino agravar la situación”.
Jarraud advierte de que los océanos se están volviendo más ácidos como consecuencia de la absorción dióxido de carbono, lo que repercurtirá irremediablemente en la vida marina y los arrecifes de coral. "Existen muchas más interacciones entre los gases de efecto invernadero, la biosfera terrestre y los océanos, y necesitamos fomentar nuestra capacidad de vigilancia y nuestros conocimientos científicos con el fin de comprenderlas mejor”, señaló Michel Jarraud. También explicó que si bien los sumideros de carbono han absorbido hasta ahora la mitad de las emisiones, es posible que en el futuro esto ya no sea así.
"El papel de los sumideros de carbono es esencial para la ecuación general del carbono", explica la información publicada por la OMM. "Si el CO2 adicional emitido se almacena en reservorios tales como las profundidades de los océanos, puede quedar atrapado durante cientos e incluso miles de años. Por el contrario, los nuevos bosques retienen dióxido de carbono durante mucho menos tiempo."