"¡Defended el futuro!"

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Más de 100.000 manifestantes del clima se manifestaron durante dos díaspor Glasgow, ciudad donde se celebra la cumbre climática COP26

"¡Defended el futuro!" fue la consigna lanzada en las calles de Glasgow. Ajenos a las inclemencias del tiempo, más de 100.000 manifestantes del clima tomaron durante dos días la ciudad escocesa y lanzaron su desafío a los líderes. Greta Thunberg se unió a todos ellos como una más y se despidió una arenga final: “Nuestros emperadores está desnudos. Esta cumbre es la más exclusivista de todas las celebradas hasta ahora y se ha convertido en un ejercicio de “lavado verde” a manos del norte global. La Cop26 es un fracaso y una operación de relaciones públicas”.

     Asad Rehman, portavoz de la Coalición Cop26 le tomó la palabra: “Esta es la cumbre menos accesible de la historia. En el recinto acordonado solo se han escuchado las voces de los políticos y de los poderosos. La sociedad civil y las comunidades indígenas han sido silenciados, por eso necesitamos elevar el volumen y reclamar cambios tangibles, como la desinversión en combustibles fósiles”.

    Las voces disidentes se han dado cita durante esta semana en la Cumbre del Pueblo, The People´s Summit, mientras los líderes presumen de avances ante la deforestación, el carbón o las emisiones de metano. Nadie ha puesto aún sobre la mesa desinversión en petróleo y los cambios urgentes en las pautas de tranporte, energía y alimentación. La financiación de los países vulnerables ha quedado tambiél para el postre. La meta más o menos difusa esa "mantener vivo" el ojetivo de un aumento máximo de las temperaturas de 1,5 gados. La presión de la calle será decisiva en la recta final...

   "Queremos demostrar que el poder no está solo en manos de los "poderosos" que se reúnen allí dentro", declaró Anna Brown, miembro local de Fridays for Future en el arranque de las manifestaciones. "El poder está también en nosotros, en la solidaridad de los jóvenes y los estudiantes del mundo con los trabajadores, las comunidades indígenas y los ciudadanos que deciden sumarse a esta lucha".

    Cinco chavalas de diez años (Edith, Martha, Aila, Emily y Emily) se saltaron el día de clase en la Battlefield Primary School para animar con espíritu combativo el arranque de la manifestación. "No hay planeta B", podía leerse en la pancarta que exhibía una de las dos Emilies, que articulaba tal que así su receta para el futuro: "Tenemos que dejar de quemar combustibles fósiles y encontrar la manera de vivir de una manera más sostenible en el planeta".

    "Stop burning fossil fuels!" fue de hecho una de las consignas más coreadas durante la marcha, en la que también se oyeron eslóganes como "No más Bla, bla, bla"; "Nuestro planeta, nuestro futuro" o "El cambio climático es una guerra de los ricos contra los pobres".

    "Greta no es solo una gran inspiración para mi hija, también lo es para mí", declaró por su parte Ric Mitchell (47 años), llegado la pequeña Willow (7 años) desde Fort William. "Participar en una huelga y en una marcha como esta es mucho más "educativo" para los niños que un día más de colegio. Ellos aprenden lo que es el cambio social, y nosotros aprendemos con ellos: nos hacen mirar de otra manera al futuro".

    A Willow se le preocupa sobre todo las criaturas marinas, por eso dibujó en su pancarta "¡Salvad los mares!". Su padre confía en que el tiempo puede mirar hacia atrás y sentirse partícipe del cambio que puede suponer la Cop26 de Glasgow: "La moneda está en el aire... O hay un cambio positivo por parte de los políticos o esto acaba en una disrupción social. Los cambios individuales sin importantes, pero lo que hace falta es un cambio sistémico, empezando por la educación, y eso solo es posible si los Gobiernos actúan".

    Desde Guatemala, Gabriela Ixchíu (24 años), se sumó a la marcha en representación de "Futuros Indígenas". "Es penoso que en esta cumbre no haya más diversidad y no se ecuchen más voces", se lamantaba Gabriela. "Y es lamentable ver cómo las palabras bonitas no se traducen acciones. Aquí puede parecer que cambian las cosas, pero en nuestros países non jugamos la vida por defender nuestro territorio contra las agresionses".

    "Los acosos anónimos son el pan de cada día contra los líderes indígenas, y más si eres mujer y morena", denuncia Gabriela. "Eso es algo que tiene que acabar ugentemente: no más represiones violentas y sangrientas por defender la madre Tierra".

      A su lado, Brianna Fruean traía hasta Glasgow el eco de los Guerreros del Clima del Pacífico: “En Samoa sentimos cada vez más la amenaza del clima. Las tormentas son cada vez más virulentas, las inundaciones son ya habituales, los comercios se declaran en ruina y los pescadores no pueden alimentar a sus familias. Pero no podemos ahogarnos, tenemos que resisitirnos”.

    El temporal que azotó Glasgow no impidió que una marea humana acabara rompiendo con aire carnavalesco en Glasgow Green. Tina Rothery, 38 años, del grupo Antifracking Lancashire, rompió una lanza por la resiliencia de los manifestantes bajo la lluvia: "La tenacidad tiene su recompensa, y así fue como logramos para el fracking en Inglaterra, y cómo hemos acabado prácticamente con el carbón”.

    La vaca inflable de Car Le Blanc resisitió milagrosamente al azote del viento. “Nadie está hanlando en la Cop26 de la “vaca” en la habitación, que es el consumo de carne”, advirtió Le Blanc. “Igual que nos estamos moviendo de los combustibles fósiles a las energías renovables, necesitamos movernos una dieta carnívora a una dieta basada en plantas. Por el bien del planeta, por nuestra propia salud y por el bienestar de los animales”.

    “No hay economía en un planeta muerto”, podía leerse en la pancarta que exhibía Greg Henfield, 52 años, del sindicato Unison, que salpicó de rojo el último trecho de la manifestación. “Los líderes nos están haciendo creer que han captado el mensaje y que por fin están pasando a la acción”, declaró Henfield. “Pero lo que están haciendo son vagas promesas a largo plazo y parches a corto plazo. Lo que necesitamos es un cambio sistémico antes de que el capitalismo, tal y como lo conocemos, acabe destruyendo el planeta”.

 

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