Cómo prepararse psicológicamente para las vacaciones

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Durante las vacaciones las rutinas que seguimos la mayor parte del año se alteran y los conflictos latentes pueden salir a la luz. Hay que cuidar ciertos aspectos de la actitud con que nos enfrentamos al tiempo de ocio. 

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• Concederse un periodo de transición evita que se traslade el estrés del trabajo a los días de ocio. Suele ser un error plantearse una apretada agenda de vacaciones. ¿Cuando disfrutaremos de no hacer nada?

• Hacer planes que tengan que ver con las inquietudes personales y evitar verse arrastrado días tras días por las tópicas actividades del verano de soy y playa, donde se encuentran la mayoría.

• Hay que disfrutar del momento, en lugar de poner todas las esperanzas de goce en el futuro. El camino es tan importante o más que la meta. 

• Las mujeres suelen asumir todas las responsabilidades de la casa y los niños, mientras los hombres están realmente de vacaciones. Quizá sea un buen momento para cambiar costumbres injustas.

• El afán por cumplir expectativas puede sabotear las vacaciones. Parte de su gracia está en las sorpresas e incluso en superar las dificultades que se planteen. 

• Hay que reservar tiempo para la pareja. Las vacaciones debieran fortalecer la relación, pero a menudo surgen roces porque cada uno va a lo suyo. 

• El tiempo para uno mismo es igualmente importante. Es frecuente que durante las vacaciones se sienta invadido el propio espacio vital. Hay que defenderlo y respetar el de los demás sin entablar conflictos. 

• Una dosis de aventura, de experiencia excitante, es la que garantiza que estas vacaciones dejen un poso en el recuerdo. A menudo la aventura se encuentra en la sensación interior ante algo que nos lleva más allá de lo que ya conocemos.

• Hay que despedirse de las vacaciones con alegría. Al hacer las maletas se puede recordar con una sonrisa los buenos momentos pasados, las personas que hemos conocido… Si no podemos evitar que nos invada la tristeza, habrá que analizar qué cosas de la vida normal se pueden cambiar para que resulte más apetecible.