Belleza natural y casera
Aparte de elegir productos de cosmética ecológica certificada, vale la pena recuperar las recetas caseras.
Desde los baños con leche de burra de Cleopatra, el cuidado de la belleza corporal ha sido siempre un asunto casero. Solo en el último siglo, la industria conquistó ese terreno y lo hizo con productos llenos de ingredientes derivados de la industria del petróleo que no son los mejores para la piel. Además de elegir productos cosméticos con certificación ecológica, vale la pena recuperar las recetas caseras.
Baño aromático
No sólo limpia sino que relaja el cuerpo y el alma. Con un par de ingredientes sencillos, se proporciona a la piel el cuidado que necesita y, gracias a los aceites esenciales, se actúa sobre el estado de ánimo.
• Se mezclan tres cucharadas de nata o seis cucharadas de leche con una cucharada de miel. En caso de tener una piel muy seca, se añaden dos o tres cucharaditas de aceite de almendras dulces.
• También se pueden agregar de 10 a 15 gotas de aceites esenciales. Su aroma penetra junto con los vapores del agua por la nariz hasta el sistema límbico cerebral, que controla el estado de ánimo. El jazmín, la lavanda, la rosa y el ylang ylang son tranquilizantes. En cambios, los cítricos y el romero resultan estimulantes.
• Hay que prestar atención a que el aceite esencial no entre en contacto con la piel sin haberse diluido. Los alérgicos deben hacer primero una prueba en el interior del antebrazo para ver si se genera algún tipo de reacción.
Vapor facial
Quien solo quiera cuidar su rostro puede optar por un baño de vapor facial.
• Se mezclan una cucharada de salvia, tila y corteza de roble con un litro de agua y se lleva a ebullición. Se saca del fuego y se pone la cabeza sobre la olla. Para que el vapor no se escape, hay que colocarse una toalla grande sobre la cabeza. Como alternativa, se puede tomar un baño con flores de manzanilla, que posee propiedades tranquilizantes.
Exfoliantes
Un exfoliante elimina las células muertas de la superficie de la piel, que así se mantiene limpia y suave. Favorece la circulación, pero también puede irritar la piel. De ahí que sea suficiente una exfoliación cada dos o tres semanas.
• Exfoliante corporal entero. Muchas mujeres echan mano del guante de lufa para eliminar las células. También se puede hacer con sal. Para ello, se mezcla una cucharada de sal marina con algo de leche o aceite. Se aplica debajo de la ducha, realizando un masaje circular, sobre todo en las zonas más secas. Tras aplicar el exfoliante, hay que ducharse bien. La sal reseca un poco la piel, por lo que conviene ponerse una buena cantidad de crema hidratante o aceite de almendras.
• Exfoliante facial. Más suave y apropiado para la delicada piel facial es el exfoliante de almendras. Para elaborarlo, se mezclan tres cucharadas de yogur con tres cucharadas de almendras molidas y una cucharadita de miel. Esta mezcla se aplica sobre la cara con un suave masaje y finalmente se elimina con abundante agua. Otra receta se realiza con una mezcla de dos cucharaditas colmadas de harina de avena o de harina de almendra con un chorrito de nata. Se extiende con un masaje hasta que aparezca cierta rojez y se elimina con agua caliente.
• Baño de pies. Para eliminar las durezas de los pies, basta con frotar con una piedra pómez. Lo mejor es hacerlo tras bañar los pies durante 5-7 minutos en agua caliente. Si al agua se le añaden unas gotitas de aceite esencial de lavanda, romero o eucaliptus, se consigue un gran efecto relajante.
Mascarillas
Las mascarillas aportan nutrientes y calman la piel. Se aplican generosamente sobre el rostro y se dejan actuar durante 20 minutos. Después se retiran con una toalla y agua tibia. Hay que tener en cuenta que no se deben poner en el contorno de los ojos, ya que podrían irritar esa piel tan delicada.
• Piel ligeramente grasa. Se toman dos cucharadas de queso fresco tipo quark, una yema de huevo, una cucharada de miel y un chorrito de limón. Se mezcla todo y se aplica.
• Piel normal. Se mezclan una cucharada de salvado de trigo con dos cucharadas de suero de mantequilla.
• Piel seca. A la receta anterior se le añade una cucharada de aceite de germen de trigo. Una alternativa es machacar medio aguacate y añadirle una cucharada de quark y una cucharadita de miel.
• Piel cansada. Se mezcla una cucharada de zumo de zanahoria con una yema de huevo y unas gotas de aceite de oliva. También el pepino ayuda a iluminar el rostro. O bien se colocan finas rodajas sobre toda la cara o se tritura un trozo y se mezcla con una cucharada de quark.
Remedios para el cabello
El aire seco –sobre todo el de los secadores– es muy contraproducente para el cabello. Hace que pierda brillo y que se reseque. Las mascarillas ayudan a que gane volumen y brillo.
• Para todo tipo de pelo. Se mezclan dos yemas de huevo, dos cucharadas de aceite de oliva y el zumo de un limón. Se deja actuar 20 minutos y luego se retira con agua tibia. Hay que vigilar que no esté demasiado caliente porque la yema de huevo se coagula.
• Para el cabello difícil. Se calientan un poco entre cinco y seis cucharadas de aceite de oliva y se aplican con un suave masaje en el cabello. Se deja actuar toda la noche con un gorro de ducha puesto. Tras la aplicación se retira con un champú suave.
• Para el cabello graso. Se exprime un limón y se mezcla con la misma cantidad de agua. Se aplica sobre el cabello mojado gota a gota y se masajea suavemente. Luego se peina el cabello evitando los tirones. Se deja actuar 20 minutos y luego se retira con agua tibia.
• Para el cabello fino. Para aumentar el volumen, puede aplicarse 125 ml de cerveza sobre el cabello mojado. Se deja secar o se aclara a los 10 minutos.
• Para dar brillo. Se mezclan cuatro cucharadas de vinagre de manzana con 125 ml de agua tibia y se aplica sobre el pelo ligeramente húmedo, procurando no tocar los ojos. Se deja actuar 5 minutos y se lava el cabello.
Propiedades de los ingredientes
Aceite de almendras. Es la alternativa natural a las grasas obtenidas del petróleo. Es emoliente, suavizante e hidratante y ayuda a desinflamar. Usado sobre el cabello da brillo y suavidad. Por otra parte, es un vehículo ideal para aplicar aceites esenciales.
Aceite de germen de trigo. Es la fuente natural más rica de vitamina E, que lucha contra los radicales libre que deterioran la piel. Contiene también ácidos grasos que la nutren. Además, actúa como un conservante natural de las recetas caseras.
Levadura de cerveza. Aporta cantidad y variedad de vitaminas del grupo B y se suele emplear en mascarillas y cremas debido a sus importantes cualidades nutritivas.
Miel. Es muy interesante por sus propiedades antibióticas: las bacterias no pueden sobrevivir en ella. Además, actúa como un suavizante. Las más oscuras son más ricas en minerales, lo que las hace más apropiadas para las recetas cosméticas.
Harina de avena. Contiene proteínas, minerales, vitaminas y –lo más interesante– grasas poliinsaturadas. Suaviza la piel y es el ingrediente perfecto para tratarla cuando sufre de sequedad, picores o irritaciones.
Aceite de oliva. Además de ser el cosmético preferido de la actriz Sofía Loren, da tersura a la piel, la suaviza y la hidrata en profundidad.