Adiós al hielo de la Antártida occidental

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Un nuevo estudio de la NASA e investigadores de la Universidad de California concluye que está en retroceso irreversible.

Los científicos han dado la noticia de que la capa de hielo de la Antártida occidental está en retroceso irreversible, lo que significa una probabilidad de subida global del nivel del mar de 1,2 metros.

El nuevo estudio ha sido realizado por la NASA e investigadores de la Universidad de California. Todavía hay incertidumbre sobre qué puede significar para la humanidad este cataclismo, ya que según algunos expertos podrían pasar entre 200 y 1.000 años antes de que el hielo esté totalmente desaparecido y los mares se hayan tragado todas las tierras bajas de la costa desde Estados Unidos a Filipinas.

Pero de acuerdo con esta nueva investigación, no hay duda de que va a suceder. Un aumento de agua caliente del océano ha hecho que esta capa de hielo en el oeste de la Antártida sea particularmente inestable. Ya se derrite tanta agua como la totalidad de Groenlandia. La surgencia tibia que está causando el problema es el resultado de los fuertes vientos sobre la Antártida, probablemente intensificado por el cambio climático; el calentamiento de la atmósfera y el agotamiento de la capa de ozono sobre el continente pueden haber influido también.

"Hemos pasado el punto de no retorno", afirmó el autor principal del estudio, Eric Rignot, glaciólogo de la Universidad de California Irvine y la NASA. En una conferencia de prensa, Rignot lo explicó con la imagen del una botella de vino con tapón de corcho. Los glaciares, que descansan en una bola de tierra que cae por debajo del nivel del mar, se separan de los Mares del Sur por un poco de hielo en el borde de la plataforma, que sería el tapón. Una vez que se derrita, no se podrá evitar que el hielo restante salga y flote en aguas más profundas, donde estará expuesto a más surgencias de agua de mar caliente.

"Podemos decir que la botella se ha destapado", dijo Rignot en la conferencia de prensa. Ahora sólo queda por saber cuánto tardará el vino en salir, o sea, el agua del deshielo de la Antártida que acabará en los océanos. Además, hay que añadir otros glaciares que pueden no estar muy lejos de la misma situación. Las ciudades costeras serían anegadas por el agua.

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