Santiago Martín: “Proteger el medio ambiente es protegernos a nosotros mismos”
El activista Santiago Martín Barajas publica “Río Arriba”, 40 años de acción ecologista contra la corriente.
Río arriba, Santiago Martín Barajas (Teruel 1962) fue alimentando su amor por la naturaleza en los albores del ecologismo en España. Como en tantos compañeros de su generación, los programas de Félix Rodríguez de la Fuente pusieron el fondo musical y natural a su infancia. Sus primeras exploraciones para “ver pájaros” fueron en Morazarzal, aunque la llamada del bosque la sintió en el hayedo de Montejo…
De la cuenca del Jarama a la cuenca del Manzanares, los cauces fluviales han marcado su trayectoria de 40 años en primera línea del ecologismo español. Su libro autobiográfico no podía titularse de otra manera: “Río Arriba” (Libros en Acción). Y su mensaje a la salida de la pandemia no tiene vuelta de hoja: “La destrucción del medio ambiente afecta de manera directa a la salud de las personas”.
Digamos que desde los 17 años, Santiago Martín Barajas lleva militando “en el mismo grupo ecologista con distintos nombres” (Apeden, Comaden, Coda). La última reencarnación fue Ecologistas en Acción, el gran río en el que convergieron hasta 300 grupos de toda nuestra geografía, avanzando por la senda de una ecología más social.
Su debilidad desde niño fueron los pájaros, como lo demuestra su carné de “anillador” número 332 de la Sociedad Española Ornitología. Su curiosidad se extendió al mundo de la plantas y, últimamente, al estudio del comportamiento de los carnívoros terrestres gracias al “fototrampeo” (cámaras que se activan con el movimiento de los animales). Como ingeniero agrónomo tiene su propia empresa dedicada a temas ambientales, pero él mismo ha procurado no interferir nunca en su predilección como activista, que siempre ha sido el agua.
El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares -el mayor espacio natural protegido de la Comunidad de Madrid- fue uno de sus primeros caballos de batalla a mediados de los ochenta. Eran los años en que los ecologistas declaraban la guerra a la urbanizaciones ilegales, y abrían zanjas en el Monte del Pardo para que la gente no lavara los coches, y el alcalde Tierno soltaba alegremente los patos en el Puente de los Franceses y decía aquello de: “A colocarse y al loro”…
Nadie nos hubiera dicho entonces que más de treinta años después estaríamos persiguiendo con prismáticos un martín pescador cerca del puente de Segovia, por no hablar de las garzas reales, las lavandera, los ruiseñores, los chortilejos, las ocas del Nilo y hasta 60 especies de aves. O de los álamos blancos, los álamos negros o las cinco especies de sauces que crecen en sus riberas. O de los barbos o los gobios que pueden verse ahora en las aguas sorprendentemente limpias de este “aprendiz de río” de apenas 92 kilómetros que discurre por la capital.
“Este es el regalo que le hemos querido hacer a Madrid los ecologistas”, sostiene Santiago Martín Barajas a la altura del puente de Toledo, en el arranque de una de sus periódicas incursiones en la “renaturalización” del Manzanares. “Durante décadas nos hemos dedicado a proteger el medio ambiente y denunciar la destrucción de la naturaleza. Con este proyecto de Ecologistas en Acción hemos dado un giro positivo a nuestro cometido y hemos demostrado que tenemos alternativas de gestión para que las cosas funcionen mejor”.
En “Río Arriba”, Santiado Martin Barajas se remonta al nacimiento de su activismo “desde la trinchera” en los ochenta hasta la forja de la “conciencia ecológica” en el cambio de siglo… “El debate es cómo podemos ajustar la protección del medio ambiente ante un problema como el cambio climático, que está teniendo un gran impacto económico y social en el mundo. Y hacerlo además en una sociedad en crisis, donde se vive peor y se han alterado las prioridades”.
Santiago Martín Barajas llevó el demoledor informe de Ecologista en Acción sobre el agua en España a la cumbre del clima de París, alertando sobre lo que nos espera y urgiendo medidas de mitigación: “Los caudales de los ríos españoles han caído un 20% en 25 años. Avanzamos hacia un colapso hídrico que muy posiblemente tenga lugar cuando llegue la próxima sequía plurianual, tan propia de nuestro clima. Nuestros recursos hídricos están bajando y el consumo sigue subiendo por el aumento dos los regadíos. La situación es insostenible”.
El origen de esta pandemia tiene en parte su origen en el deterioro y la destrucción de la naturaleza. Un ecosistema sano actúa como barrera para la propagación de estos virus"
Santi sigue plantando cara al “colonialismo hidrológico” en la cuenca del Tajo y contribuyendo a las 60 propuestas para la mejora de la gestión del agua en la Unión Europea. En su vida personal, se aplica el cuento minimizando su consumo de agua, cultivando un huerto, compostando residuos y logrando gran parte de su energía con las placas fotovoltaicas.
Desde su “nido” familiar en Sevilla la Nueva, con la sierra al fondo y el monstruo urbano en la lejanía, Martín Barajas “ha negociado lo innegociable con interlocutores de todos los pelajes” según escriben en el prólogo de su libro sus colegas de Ecologistas en Acción. Nada que ver con el activista al uso, Santi es un tipo que desarma con su sonrisa, su perseverancia y su franqueza.
“¿Y por qué no convencéis al Ayuntamiento de Madrid para que abra las presas del Manzanares y que el agua corra libremente?”, le sugirió un día su hermano Luisvi. Y Santi se quedó dándole vueltas a la idea, y la Comisión del Agua de Ecologistas se puso en marcha, y hasta la Concejalía de Medio Ambiente llegó en el 2016 el proyecto de “renaturalización”.
“El Manzanares se encontraba embalsado a su paso por Madrid desde 1955”, recuerda Santi. “Era más bien una sucesión de piscinas de agua oscura, con malos olores y mosquitos en verano que sufrían los vecinos y los paseante del parque Madrid Río. Lo primero que hicimos fue abrir todas las compuertas y ver cómo funcionaba el río. Y como el cauce es muy ancho para el agua que lleva, el propio río fue creando orillas e isletas, donde fueron creciendo especies autóctonas con las semillas arrastradas por el agua. La intervención duró luego nueves meses y el Ayuntamiento puso más de un millón de euros. Los resultados no se hicieron esperar y todos los grupos lo apoyaron”.
El Manzanares es por fin “un río de verdad” que en cuatro años ha presenciado una explosión de vida. “El cauce es el que hay, no estamos ante el Sena ni el Támesis, pero el agua fluye como en sus mejores tiempos y está tan transparente que puedes ver el fondo”, se jacta Santi, en uno de sus paseos didácticos.
La aceptación popular del proyecto ha crecido a la par que la vegetación y la biodiversidad. El éxito ha sido tal que la UE lo ha adoptado como referencia y Ecologistas en Acción ha decidido impulsar proyectos similares el río Oro (Melilla), el río Genil (Granada), el río Castaños (Barakaldo), el río Besós (Badalona). “La idea es lograr la renaturalización de todos los tramos de los ríos en las ciudades de nuestro país”, advierte Santi. “Que la población urbana pueda vincularse con un elemento vital del territorio natural, normalmente sepultado bajo el asfalto y el hormigón”.
En plena desescalada, el autor de “Río Arriba” nos invita finalmente a hacer una reflexión: “El origen de esta pandemia tiene en parte su origen en el deterioro y la destrucción de la naturaleza. Un ecosistema sano actúa como barrera para la propagación de estos virus. Y eso por no hablar de la captura y comercio de animales salvajes, tan frecuente en China y en otros países, que incrementa sustancialmente el riesgo de tramisión a los humanos del virus desde otras especies”.
Santiago Martín Barajas recalca también la contribución de los viajes en avión a la propagación del virus y el caldo de cultivo de la contaminación atmosférica, que ha propiciado la mayor mortalidad en ciudades como Madrid… “Esperemos que lo está ocurriendo nos haga reflexionar y se asuma por parte de todos, incluidos los que gobiernan, lo que está juego. Proteger el medio ambiente es protegernos a nosotros mismos”.