¡Acción climática ya!

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En París ha habido un acuerdo por el clima, aunque no ha sido el deseado por todos ni el necesario para frenar el calentamiento global.

Así lo vivió el activismo ambiental en sus calles. 

“¡Se acabó la retórica, empieza la acción climática!”. En los Campos Elíseos, bajo los efectos del Acuerdo de París, el fundador de 350.org Bill McKibben daba la consigna: “No es un buen texto, pero al menos tenemos un acuerdo. Mejor eso que marcharnos cabreados y de vacío, como ocurrió en Copenhague. Este acuerdo no salva el planeta, pero al menos nos da la oportunidad para salvar el planeta. París nos da licencia para presionar”.

París no fue precisamente la meca del activismo en la calle. El “prohibido manifestarse” y los gases lacrimógenos del primer día enfriaron los ánimos. Pero el despliegue de imaginación capturó a medio mundo: desde los 40.000 zapatos de Avaaz (incluidos los del Papa) en la plaza de la República, al sol que cicundó el Arco del Triunfo, pasando por las “líneas rojas” que llegaron hasta la Torre Eiffel.


Allí habló Naomi Klein, la autora de “Esto lo cambia todo”, impulsora ahora del movimiento The Leap (“El salto”), que no pudo ocultar su ambivalencia ante el Acuerdo de París: “Se hace muy difícil celebrar algo que sabes de antemano que no se va cumplir. Es cierto que podía haber sido peor, y que es un gran logro fijar la meta de mantener el aumento de las temperaturas en 1,5 grados si es posible. Estamos ante una texto que puede ser políticamente histórico, pero científicamente catrastrófico al mismo tiempo”.

Klein y McKibben ven la “huella indeleble de las energías fósiles” en el Acuerdo, que no fija una hoja de ruta ni un calendario para la reducción de emisiones. Los dos coinciden en que la presión ha de centrarse ahora en el petróleo, el carbón y el “fracking”, con una serie “acciones directas” que arrancarán en mayo del 2016 bajo la cosigna: “Keep it in the ground!” (¡Dejadlo bajo tierra!”).

“La ciencia y los números están con nosotros”, sostiene McKibben. “Si queremos evitar un calentamiento global de más de dos grados, tendremos que limitar las emisiones a 565 gigatones de CO2. Pero la industria tiene 2.795 gigatones previstos ya en sus reservas y en sus libros de contabilidad. Eso supone que están dispuestos a quemar cinco veces más petróleo de lo que podemos permitirnos”.

Para McKibben, y aunque no esté escrito, el Acuerdo de París marca el principio del final de las energías fósiles: “La cuestión no es ya hacia dónde vamos, sino cómo vamos de rápido. Los políticos no tienen todavía un plan de acción, pero nosotros vamos a mararles el camino: poniendo fin a las prospecciones de fracking, eliminando las subvenciones a las energías fósiles, poniendo un impuesto al carbono, acelerando al máximo el desarrollo de las energías renovables, multiplicando las placas solares”.

“¡Cambiad el sistema, no el clima!". Fue la otra gran consigna en los espacios alternativos de París, como la Zona de Acción Climática (ZAC) donde convergieron movimientos tan dispares como Vía Campesina (reclamando la soberanía alimentaria) o como POC21, “hackers” y “makers” ideando soluciones como el bicitractor, el tapón “justo”, el “generador” solar o la ducha que reaprovecha el agua.

La cuestión de fondo, la que acaba frustrando a muchos activistas, es cómo acelerar los cambios en un sistema cotrolado aún por los actores de la vieja economía y en una sociedad que depende aún en un 80% de los combustibles fósiles. "Al menos los líderes han captado esa vez el sentido de urgencia, pero no nos hagamos ilusiones: la meta no es la adecuada y los medios no son los suficientes”, advirtió el director general de Greenpeace, el surafricano Kumi Naidoo, en la "cumbre alternativa" celebrada en el barrio de Montreuil. “La cumbre de París ha estado marcada por el poder de la energías fósiles, que están haciendo todo lo posible para desviarnos de la que debería ser nuestra auténtica meta: cien por cien renovables en el 2050”.

París ha servido en cualquier para “alinear las estrellas del activismo climático”, o al menos eso piensa el libanés Wael Hmaidan, al frente del Climate Action Network (CAN), que agrupa ya a más de 950 asociaciones en todo el planeta. Para Hmaidan, las historias no contadas de la Cumbre del Clima han sido estas: la caída en las bolsas de las compañías petroleras y la victoria moral de países como Filipinas, las Islas Marshall y Tuvalu, que hicieron prevalecer contra viento y marea el lema: “1.5 to stay alive! (¡1,5 grados para seguir vivos!”)

¡QUE NO DECAIGA!
Estas son algunas de las asociaciones y grupos más activos ante el cambio climático

350
Fundada por Bill McKibben, reclama la vuelta a las 350 partículas por millón de CO2 (este año supermos las 400 ppm). Impulsan la campaña por la desiversió en petróleo. Su lema: “¡Dejadlo bajo tierra”.

The Leap
El grupo de acción creado por la activista canadiense Naomi Klein, autora de “Esto lo cambia todo”, con la meta de acelerar el “salto” hacia las renovables y el cambio sistémico en la economía.

Climate Action Network
El grupo “paraguas” creado hace ocho años por el libanés Wael Hmaidan, y que agrupa a 950 asociaciones de todo el mundo

Alianza por el Clima
Formada por más de 400 organizaciones de nuestro país que representan al movimiento ecologista, sindical, de cooperación al desarrollo, ciencia e investigación y consumidores.

Vía Campesina
Creada en 1993 como respuesta a la agroindustria, extiende sus redes por 73 países y representa a más de 200 millones de campesinos y campesinas que reclaman su papel activo por la soberanía alimentaria y ante el cambio climático.

POC21
Hackers y Makers unidos en la comunidad de “ecoinnovadores” surgida este verano en un castillo en los alrededores de París y con ramificaciones ya por todo el mundo

Avaaz
La comunidad global de movilización “online” que ha convertido la acción ante el cambio climático en una de su reivindicaciones “bandera”.

Greenpeace
La asociación ecologista que reclama un mundo 100% renovables en el 2050

Ecologistas en Acción
La confederación de 300 grupos ecologistas en España. Durante la cumbre del clima presentaron el informe que alerta de la caída del caudal de los ríos españoles en un 20% en las dos últimas décadas por efectos del cambio climático.

Plataforma Nuevo Modelo Energético
La plataforma que agrupa a más de 400 organizaciones en España para acelerar la transición hacia las renovables.

No + de 1,5ºC. ¡A por ello!
Por Manolo Vílchez 

Estación de tren de Sants, Barcelona, 07:00. Mientras ando ensimismado esperando el cercanías que me traslade al aeropuerto, veo aparecer al fondo un flamante TGV de dos pisos y me digo: "Anda, estarán haciendo pruebas los franceses con esto de la alta velocidad". Llevo, desde que descubrí la primera agencía de viajes que compensaba el CO2 emitido desde los vuelos, como algo más tranquilo, acumulando plantación de árboles pendientes en mi cuenta personal, y vuelo lo justo, solo cuando es vital hacerlo por laboreos o placeres que no tengan una opción de menor huella climática. Recuerdo ahora la página de vuelos baratijas y flipando con el precio del billetes para irse 1.000 km al norte, no tengo ningún recuerdo de que el tren se me pasara por la cabeza. Llegar volando al París de la COP21, donde se presentaba emocionante lo que allí se estaba cocinando, quedó radicalmente cuestionado cuando Juanfe Carrasco, que de transgénicos y activismo ambiental sabe mucho, y allá estaba el buen hombre en labores de apoyo a los grandes ciudadanos de La Vía Campesina, me preguntó qué tal el viaje en tren.
Llevo soñando y anhelando una posición crítica y decidida ante el cambio climático por parte de la especie a la que pertenezco, ya que llevar 20 años escuchando lo que iba y va llegando fue motivo, ya entradito en años, para marcarme el objetivo del “qué puedo yo hacer” ante cómo manejar lo humano en un hermoso planeta con una alteración climática acelerada por nosotros mismos y que no pinta bonito científico. Y allí, a París, me acerqué “volando” a sentir muy cerca lo que mis comunes manejaban del asunto desde un cita ya muy nombrada como histórica por un acuerdo muy esperado aunque solo ambicioso en objetivos a nivel de lo que somos en conciencia crítica ante saraos que no han llegado, todavía, al clímax.
Por la vena de activista mis sitios marcados en el programa fueron los que acogieron a los movimientos sociales mientras mis colegas de la prensa estaban asimilando los progresos en eso de poner a casi todos los países de este mundo patas arriba, por fin, de acuerdo en que hay que hacer algo, y que no queda mucho tiempo para hacerlo lo mejor que podamos y que lo hacemos todos juntos o no llegamos, y todos somos los ricos y los que no lo son, los entusiastas y los listillos, los solidarios y los duros mercaderes, y es que esta no es una guerra contra otros sino que lo es contra nosotros mismos.
En el ZAC (Zona de Acción Climática) de las organizaciones civiles, entre creaciones artísticas, no se celebraban tanto los avances de la cumbre oficial, en cada asamblea diaria, después de la jornada los expertos hacían el repaso crítico del acontecer, allá solo se pensaba en el bien común, en la cumbre también, pero al mismo tiempo en el bien corporativo. A mí se me quedó marcao no más de 2ºC de incremento con tendencia anhelada hacia el 1.5º. Bien, yo que soy de emocionarme con cifras esta como que me la tatué en mi alma, junto al 350 (ppm de CO2 como nivel seguro en la atmosfera, ahora que andamos por los 400).
Finalizando los momentos me esperaba el 12D, que en avenida mítica de esa ciudad varios millones de ciudadanos gritáramos y posicionáramos las líneas rojas que no se pueden pasar en esto de sacar más combustible fósil del que hará que el 1.5 quede en romántico, el 2 en sueño y el 3 en mas que probable. En cuestión de numeros, este ultimo es hacia donde vamos como sociedad adicta a lo fósil y buscadora de lo solar, en general, poco más allá de playas y placeres, cosa que cambia cuando nos emocionemos con el único camino conocido hacia la tranquilidad en la tierra, el modelo energético movido por un 100% energía limpia y renovable. No fueron millones los asistentes, pero como que sí, pero aquello lo sentí como chute de energía emocional y pragmática de por dónde tienen que ir mis tiros de Paz climática. 
Será muy difícil –pero si no fuera como casi imposible no sería emocionante– lograr que como especie que igual pilla conciencia, pero crítica, ante los saraos de afectación global que nos montamos, no sacar más de 600 gigatoneladas de C02 de las algo mas de 2500 que quedan bajo tierra, cueste lo que cueste. Gentes de bien acaban de presentar lo que allá era un rumor, en mayo de 2016 cumpliremos con el mandato del Acuerdo de París, ellos nos dieron la cifra, marcaron y firmaron los deseos de cambio, ellos harán lo que puedan y muchos lo que dejen los forzudos, tú y yo y millones de ciudadanos que nos importa más el beneficio del bien común que el del capital financiero, en el mismo mundo y sistema donde todos nos movemos, tenemos la llamada más cañera y atrevida de todas las imaginadas, una ola de resistencia global para dejar el carbón, el petróleo y el gas, allá donde ahora está, bajo tierra. Vete preparando, toma complementos para que la fuerza te acompañe, si pensaste hacer algo importante desde lo colectivo, movilízate para acabar con los proyectos de combustibles fósiles más peligrosos del mundo y apoyar las soluciones climáticas más ambiciosas.... Es excitante, es urgente ¡y es vital! http://es.breakfree2016.org/
Por cierto, claro está que nos toca esforzarnos para liberarnos de los combustibles del cambio climático acelerado. Para ello, y ya lo he jurao ante notario climático y por Snoopy, si vuelvo a París alguna vez, no será convirtiendo y quemando combustible fósil en 125g de CO2 por km corrido y sí en el flamante dos pisos aquel que vi al principio y que llega al mismo sitio con 4 g/km, en menos tiempo si calculas con calma y al precio justo para el mejor sistema. Lo que pasó con mi decisión de movilidad desde Barcelona a París quizás sea metafora de lo que le puede pasar a muchos otros miembros del sistema social, tenemos opciones pero acudimos a la comodidad cultural cuando hay otras opciones mucho más inteligentes y responsables... y si no están todavía muy a mano, imagínate trabajar por ellas.
Por cierto, regalo contratos de electricidad verde, si tienes interés me lo dices y te lo mando.