“Todas las respuestas están en la naturaleza”
Un recorrido por los avances de la biomímesis de la mano de Janine Benyus.
“Pregunta al planeta: allí están todas las respuestas”... Es el consejo ancestral y práctico de Janine Benyus, la “madrina” de la biomímesis, ese concepto acuñado hace un par de décadas, pero tan viejo como la vida en la Tierra. La sabiduría natural es una tupida enciclopedia, y aunque los conocimientos de la biología se duplican cada cinco años, no hemos hecho más que empezar a catalogar los seres vivos y sus infinitas estrategias.
“La Biomímesis no se plantea qué podemos extraer de los organismos y de sus ecosistemas, sino qué podemos aprender de ellos”, asegura Benyus, que nos invita a cambiar de paradigma. “En esta nueva visión de la ciencia, los biólogos son nuestros 'ojos' y los innovadores, los diseñadores industriales, los químicos, los arquitectos o los urbanistas son nuestras 'manos' para encontrar las soluciones que tanto necesitamos en un momento tan crítico”.
La Biomímesis no se plantea qué podemos extraer de los organismos y de sus ecosistemas, sino qué podemos aprender de ellos”
Turbinas que se inspiran en la aletas de las ballenas. Células solares que aspiran a emular la fotosíntesis de las hojas. Sistemas de ventilación natural inspirados en los termiteros de África. Paneles de aislamiento que reproducen los hexágonos de las colmenas. Captadores de agua que replican el caparazón de los escarabajos del desierto...
“Los dibujos de Leonardo da Vinci o el diseño de los hermanos Wright son dos buenos ejemplos de biomímesis”, recuerda Janine Benyus. “Pero por alguna razón la ciencia se ha volcado más en intentar alterar y controlar la naturaleza que en imitarla. En las dos últimas décadas, sin embargo, estamos asistiendo a un cambio de paradigma y a la emergencia de un nuevo y fascinante campo. Las ramas del saber están convergiendo e intentan encontrar soluciones respondiendo a un principio fundamental: '¿Cómo lo haría la naturaleza?”.
Desde que publicó Biomímesis, en 1997, Janine Benyus se ha convertido en la obligada referencia mundial de este nuevo mundo en el que la ecología y la tecnología avanzan de la mano. Desde su "lugar en la tierra" en Montana, Benyus dirige al alimón el Biomimicry 3.8 Institute (centrado en la investigación y la educación) y el Biomimicry Guild (volcado en la asistencia a la inmensa panoplia de compañías que han decidido seguir el camino de la naturaleza). Más de 250 compañías se han beneficiado del “saber hacer” de sus expertos, y gran parte del conocimiento adquirido se ha puesto en conocimiento del común de los mortales en AksNature, un maravilloso compendio de soluciones “naurales” a los retos de la humanidad.
“Ponemos como quien dice a los biólogos en la mesa de diseño, y en ese punto de encuentro surgen ideas e innovaciones que con el tiempo dan sus frutos”, asegura Benyus, con la sabiduría y la parsimonia que le contagian las montañas de Montana que rodean su casa ultraeficiente y de bajo impacto... “La idea primordial es aprender siempre de la naturaleza, que optimiza al máximo los recursos, que no produce residuos, que se adapta y evoluciona”.
“La naturaleza es un almacén vivo de soluciones que están ahí, ante nuestros propios ojos. A diferencia de la Biotecnología, que busca la manipulacón y la intervención directa el hombre en los procesos naturales, la Biomímesis se propone más bien emular a la naturaleza (el contraste es básico)."
A Benyus le gusta recalcar que Darwin ha sido malinterpretado, que la teoría de la evolución no se reduce a la “supervivencia de los más aptos”. Frente a la imagen del león que se come a la cebra, la bióloga reivindica la naturaleza como “un entramado de conexiones que fomenta la cooperación y la dependencia entre los organismos y construye así ecosistemas prodigiosos y resilentes”.
“El primer nivel de la Biomímesis es la imitación de la forma, pero muchas veces no basta. El nivel más profundo es replicar el proceso natural, aunque existe aún tercer nivel, y es recrear el funcionamiento de un ecosistema. Porque no se trata sólo de innovar por innovar, sino de restaurar al mismo tiempo el equilibrio perdido”.
Por mera polinización, amplificadas por el poder de internet y por el intercambio cada vez más intenso entre la distintas ramas del saber “natural”, las redes de la biomímesis se han extendido en los últimos años por todos los continentes y por las universidades más prestigiosas. Janine Benyus, 55 años, con ese “encantamiento” por la vida en todas sus manifestaciones que conserva desde niña, confía en que la próxima generación encuentre la definitiva respuesta: “Nos estamos acercando a los límites de tolerancia de la naturaleza. ¿Vamos a ser capaces de vivir en el planeta sin llegar a destruirlo?”.
El compendio de soluciones “naturales”
¿Cómo son capaces de caminar sobre el agua los zapateros? ¿Cómo pueden aguantar los mejillones la embestida del oleaje sin despegarse de las rocas? ¿Cómo consiguen atrapar el aire las plumas de los pingüinos y generar un “aislamiento dinámico”?
A todas éstas preguntas, y a muchas más, intenta responder AskNature, el mayor compendio de soluciones “naturales” que se puede encontrar en abierto y en la red, gracias al impulso de Biomimicry 3.8, el instituto sin ánimo de lucro creado por Janine Benyus como prolongación de su empresa social (el 3.8 hace referencia a los 3.800 millones de años de sabiduría “natural).
“Queremos propiciar la polinización constante entre biólogos y diseñadores”, asegura Benyus. “Y no se nos ocurre mejor manera que compartir el conocimiento acumulado, para inspirar a una nueva generación de científicos que pueden beneficiarse de las estrategias de la naturaleza”.
La parte más accesible de AskNature son sin duda los “Nuggets”, microvídeos en los que varios expertos, incluida la propia Janine Benyus, explican “para todos los públicos” las lecciones impagables de la naturaleza. La web interactiva ofrece también la Taxonomía de la Biomímesis, donde se puede rastrear por organismos (como el escarabajo de Namibia), retos y funciones (captura del agua en un clima árido) y estrategias (usando las protuberancias de su caparazón para atrapar la humedad ambiente de la brisa y el rocío).