Tras la devastación del tifón Haiyan, Filipinas suplica al mundo que se luche contra el cambio climático

12.11.2013
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El delegado de Filipinas en la Cumbre del Clima de Varsovia rompió a llorar y anunció que se declara en huelga de hambre para obtener avances en la lucha contra el cambio climático.

La nueva Cumbre sobre el Cambio Climático (COP19) de la ONU está marcada por las dramáticas imágenes que nos llegan de Filipinas tras el paso del tifón Haiyan, que ha dejado de momento 1.700 fallecidos, una cifra que podría ascender hasta los 10.000.

Las autoridades filipinas relacionan el poder devastador y la frecuencia de los tifones con el cambio climático, un problema mundial que por desgracia ha pasado ha segundo plano ante la crisis económica.

En el COP19, que se celebra en Varsovia (Polonia), el delegado de Filipinas, Naderev Saño, rompió a llorar al subir a la tribuna y anunció que se declaraba en huelga de hambre hasta el 22 de noviembre para obtener avances en la lucha contra el cambio climático.

"En solidaridad con mis compatriotas, que luchan para encontrar alimentos, voy a comenzar un ayuno voluntario por el clima", dijo entre lágrimas al comienzo de la sesión de apertura de la sesión. Y ayunará durante la conferencia "hasta que no se divisen resultados positivos".

A pesar de este inicio de la cumbre, con la evidencia de que el cambio climático es la crisis más grave a la que se enfrenta la humanidad y que afectará a todos los países de una manera u otra, no se espera que se alcance ningún acuerdo significativo hasta la cumbre de París en 2015.

Mientras, Filipinas está padeciendo 22 tifones anuales de media y es el segundo país más vulnerable por el cambio climático. Y aunque aún no está confirmado, todo indica que los vientos de más de 300 kilómetros por hora, y ráfagas de hasta 380, según el centro de previsión de ciclones tropicales de EEUU, vayan a situar al tifón Haiyan como el de mayor potencia jamás registrado.