"¿Tirarlo? ¡Ni pensarlo!"

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Llegan los Repair Café, donde podemos llevar los viejos aparatos estropeados para repararlos gratis. 

Esta original idea la impulsó en Amsterdam la periodista Martine Postma para luchar contra el insostenible "usar y tirar". 

Arie Meyer llega con una radio que dejó de funcionar. Jake Praamsma carga con una panificadora averiada. Wilber Van Der Weerd trae su vieja columna de sonido, convencido de que el problema está en el amplificador... Uno a uno, los aparatos van desfilando ante la mano experta de Dirk Vries, 67 años, jubilado y ex profesional de la electrónica, que llega con su inseparable maletín para reparar (gratis) todo lo que le echen.

Estamos en el Repair Café de Amstelveen (Holanda), donde todos los vecinos están invitados a llevar sus viejos cacharros estropeados. Bajo el lema "¿Tirarlo? ¡Ni pensarlo!", los holandeses se han apuntado al buen hábito de reparar y lo han convertido en un movimiento social. Más de 900 cafés reparadores están dando la vuelta al mundo, con parada obligada en España. Pero hemos querido viajar al origen el movimiento, surgido en 2009 en Amsterdam e impulsado por la periodista Martine Postma, que después de llevar años escribiendo sobre medio ambiente sintió la necesidad de "pasar a la acción"... "Se nos va la fuerza hablando de sostenibilidad y de conceptos abstractos, cuando lo que necesitamos es hacer cosas y usar nuestras manos".

Martine Postma, impulsora de los Repair Cafés en Amsterdam.

La particular obsesión de Martine era y sigue siendo la cultura de "usar y tirar". Con el idealismo inicial, pensó que los Repair Cafés eran la solución idónea para acabar con esa avalancha diaria de productos que acaban convirtiéndose en "residuos" antes de tiempo. "Al cabo de seis años, he terminado aceptando que no somos la solución definitiva, pero sí el germen del cambio", asegura Postma, satisfecha de ver cómo el movimiento está despegando en países como Italia o España, gracias al impulso de la Repair Café Foundation y de un cada vez mayor reconocimiento oficial (el Gobierno holandés le otorgó una subvención de casi medio millón).

"Creo que estamos mandando un poderoso mensaje al sistema: no podemos seguir produciendo con esta mentalidad", advierte la fundadora de los Repair Cafés. "La gente quiere productos duraderos y que se puedan reparar, porque es más económico para todos y porque es bueno para el medio ambiente. Antes de reciclar, debemos pensar siempre en reusar y reparar".

El problema, muchas veces, es que comprar un aparato nuevo es más barato y fácil que repararlo... "Lo que hace falta es cambiar radicalmente el sistema productivo desde el momento del diseño. Y dar incentivos a los productos reparables, y penalizar con impuestos la obsolescencia programada y el usar y tirar... Lo que ahora llamamos economía circular acabará imponiéndose por sentido común: todo o casi todo se puede reaprovechar".

El 70% de los aparatos que pasan por los Repair Cafés vuelven a funcionar gracias a los expertos como Dirk Vries, el manitas de Amstelveen, que tiene todo el tiempo del mundo como jubilado y vuelve a sentirse útil y querido... "Me he pasado media vida reparando cosas y estoy encantado de volver a hacerlo. Algunos aparatos se resisten más que otros, pero entre tres o cuatro acabamos encontrando el desperfecto o la solución. Todo es ponerse manos a la obra".

La panificadora de Jake Praamsma llega en el último momento y es todo un reto. Al cabo de media hora, y después de mucho intentarlo, logran finalmente abrirla con las mínimas garantías de poder volver a montarla. El problema está en el circuito eléctrico y no queda apenas tiempo, pero la llevan a un pequeño almacén del centro comunitario y posiblemente esté lista en el próximo Repair Café, dentro de una semana.

"Los cafés cumplen ante todo una función social", recalca Martine Postma. "Es una manera de crear comunidad en los barrios y de conectar a toda esa gente, tan extraordinariamente útil, que lleva lo de reparar en las venas".

Tostadoras, batidoras, cafeteras, radios, lámparas... El muestrario de objetos "reparables" es infinito, aunque el tamaño y la complejidad tienen sus límites... "Ocasionalmente, la gente trae ordenadores, las tabletas o móviles, pero nuestra función no es quitar trabajo a los especialistas o a las tiendas de reparación. Es más, si no conseguimos reparar algo, aconsejamos llevarlo a un especialista antes que comprar algo nuevo. Lo que intentamos es fomentar el cambio de mentalidad y buscar alternativas al usar y tirar".

Los "reparadores" llegan a España

La Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo ha introducido el concepto de los Repair Cafés en España, adaptando el kit en español de la Repair Café Foundation. Se organizan mensualmente en el MediaLab Prado y el primero fue en diciembre, consagrado a la reparación de juguetes.
El segundo -en febrero- fue de reparación textil, el tercero fue sobre informática y el próximo será el 28 de abril. La idea es reintroducir en nuestra cultura el viejo hábito de reparar, que se ha ido perdiendo en la marea consumista, y fomentar la cohesión social.
Dentro del Repair Café de Madrid existe también el proyecto de crear una escuela de reparadores, abierta a nuevas generaciones. Los Repair Cafés, incluso, están tendiendo el puente hacia el movimiento maker y ofrecen la posibilidad de fabricar piezas a medida con impresoras 3-D.