Razones para preferir alimentos ecológicos
Quienes consumen productos ecológicos buscan la calidad, desean evitar riesgos innecesarios para su salud, procuran que su estilo de vida no dañe a la naturaleza y sienten pleno respeto por la vida de plantas y animales.
SALUD. Es sabido que los plaguicidas pueden causar cáncer, enfermedades nerviosas, alergias y trastornos hormonales. Estos agentes tóxicos deben ser evitados especialmente por los bebés y las mujeres embarazadas. Aunque las autoridades sanitarias aseguran que se conoce el efecto de los agentes químicos autorizados, se ignoran las consecuencias a largo plazo de su acumulación en el organismo o cómo interaccionan con los aditivos y los medicamentos. Los alimentos ecológicos no pueden ser transgénicos ni obtenerse de animales alimentados con piensos transgénicos, algo común en la ganadería convencional.
MEDIO AMBIENTE. La agricultura ecológica no contamina la tierra, el aire que respiramos ni el agua que acabamos bebiendo. La flora y la fauna no sufren consecuencias negativas. Al contrario: la agricultura puede enriquecer la biodiversidad y mantener cuidado el campo. Las granjas ecológicas emiten menos dióxido de carbono. En cambio, la agricultura convencional y en especial la ganadería son importantes fuentes de contaminación. Se conoce, por ejemplo, la contaminación con nitratos de los pozos de agua.
ÉTICA. La ley que regula la producción ecológica establece unas condiciones dignas para la vida de los animales en las granjas. Por ejemplo, las gallinas ecológicas tienen espacio suficiente para moverse al aire libre, mientras que las convencionales se crían hacinadas. Algunos autores alegan que los alimentos ecológicos no podrían alimentar a toda la humanidad. Pero los estudios confirman que a medio y largo plazo la productividad de la tierra no es menor utilizando métodos biológicos. En cuanto al precio, recordemos que la agricultura convencional está subvencionada y no paga los daños que causa en el entorno.