Plan A, el “manual” de la ciudadanía para la recuperación económica

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Más de 70 organizaciones presentan el “Plan A, economía para la vida”

“Estimada clase política, una sensación de tristeza y agotamiento nos invade. De esta saldremos, no hay duda. La pregunta es ¿cómo?”…

La respuesta se llama “Plan A, economía para la vida”, un documento elaborado por más de 5.000 personas y 70 organizaciones, hastiados de la falta de consenso político ante la crisis del Coronavirus. En total son 38 estrategias y 383 propuestas concretas en sectores como el trabajo, las finanzas, la gobernanza, el turismo, la energía o la alimentación, condensadas en un manual de la ciudadanía para la recuperación económica.

“Mientras los políticos siguen enfrentados, y tras fracasar la llamada Comisión de Recuperación, la sociedad se ha auto-organizado por encima de las ideologías”, destaca Diego Isabel La Moneda, fundador el Foro NESI de la innovación social y las nuevas economías y catalizador del “Plan A”, que nació como una “tormenta de ideas” tras el confinamiento y se ha estado conciendo a fuego lento durante seis meses.

En su elaboración han participado emprendedores, profesores, activistas y especialistas en los diferentes sectores… “Lo hemos llamado Plan A, porque no hay vida B ni planeta B. Ha sido cocreado por gente muy diversa que ha concebido un programa transformador de política económica para este país. Todo es producto de la inteligencia colectiva. Ahora toca que nos escuchen: se lo hemos puesto fácil”.

El documento fue presentado el jueves en Madrid antes de iniciar su andadura, con una carta dirigida a los diez grupos políticos del Congreso de los Diputados pidiendo “audiencia”. La idea es difundirlo a continuación por las comunidades autónomas y por los municipios.

“Necesitamos una economía local y resiliente, capaz de afrontar crisis sanitarias, climáticas, alimentarias o tecnológicas”, advierte el impulsor del “Plan A”. “Queremos una economía al servicio del planeta y de las personas, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el Acuerdo de París, que tenga en cuenta la huella social y ecológica de los productos”.

En plan parte de la salud y la economía como los dos pilares básicos para el bienestar de las personas. De entrada, se reclama una “economía con sentido”, con nuevos indicadores que informen de manera transparente sobre el verdadero impacto de las actividades económicas, más allá del Producto Interior Bruto y en un modelo de desarrollo sostenible que opere dentro de los límites del planeta.

Economía circular, soberanía alimentaria o ciudades resilientes son algunos de los conceptos desarrollados en el Plan A, que reclama una aceleración de la transición energética hacia las renovables y un impulso a la banca con valores, la inversión de impacto y las finanzas sostenibles. Otro capítulo esencial es el de la “reinvención del trabajo”, con propuestas para paliar el desempleo y la precariedad laboral a raíz de la pandemia.

Los autores reclaman “un nuevo contrato social capaz de velar por el bien común durante las próximas décadas “ y de garantizar al mismo tiempo la protección de los colectivos más vulnerables. El plan A pide un debate urgente sobre “el futuro del trabajo”, identificando los cambios sistémicos causados por la revolución tecnológica, con una reflexión de fondo sobre la “utilidad social” frente a la maximización del beneficio.

Más allá de la sacudida causada hace diez años por la debacle financiera, los autores del “Plan A” consideran que estamos ante una oportunidad de “repensarlo todo” y recalcan el papel clave que puede tener España en sectores clave como el turismo, la alimentación o la energía en la próxima década.

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