Renta Básica para tiempos críticos

Londres
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Para Lluís Torrens la Renta Básica no solo es viable sino además el quinto pilar del estado de bienestar.

Torrens es economista, profesor en la Escuela Superior de Negocios Internacionales (Universitat Pompeu Fabra) y miembro de la Red de Renta Básica.

Hace casi catorce años, un puñado de activistas y economistas pusieron en marcha la Red de Renta Básica, una idea que entonces sonaba a lejana y utópica. La crisis económica, la agitación social y la disrupción política han dado un impulso inusitado al concepto, que ahora circula de boca en boca en países tan distantes como Grecia, España o Suiza (donde se celebrará pronto un referéndum sobre el tema).

En septiembre se celebró precisamente en Atenas el primer encuentro europeo de Renta Básica y hace unos días la cita fue en Fuenlabrada (Madrid), que acogió el XIV Simposio estatal bajo el lema “La renta básica como repuesta a la crisis”.

No es cierto que fomente el parasitismo: hay estudios que demuestran que sirve para empoderar a los trabajadores

Ya no hay que explicar en qué consiste la RB (básicamente, una paga incondicional para todos y por el hecho de ser ciudadanos). Lo que sí hay que hacer es un esfuerzo muy especial para aclarar cómo se pondría en marcha (en paralelo a una reforma que aumente la presión fiscal sobre las rentas más altas) y para rebatir los mitos, los malentendidos y los prejucios (en una próxima ocasión ahondaremos en los números).

Tras nuestra charla de hace casi un año con Daniel Raventós, economista y profesor de la Universidad de Barcelona, hablamos ahora con Lluís Torrens, profesor asociado de la Escuela Superior de Negocios Internacionales (Universitat Pompeu Fabra) y miembro de la Red de Renta Básica.

“Cuando creamos la red había que pedir casi disculpas, ahora la RB se ha convertido en el tema de debate social”, reconocen al unísono los dos profesores, que junto a Jordi Arcarons realizaron el estudio de financiación concretado para Cataluña. En el 2010, en plena crisis, estipularon una Renta Básica anual de 7.968 euros anuales, tomando como referencia la "renta de suficiencia" que fijan por ley los Presupuestos de la Generalitat. La financiación era posible con una reforma del IRPF y con el ahorro de las prestaciones suprimidas, sin necesidad de tocar la sanidad y la educación públicas.

Un informe similar ha demotrado la viabilidad de la RB también en Guipuzcoa, “y el actual debate nos ha espoleado para extender el estudio a todas las comunidades autónomas bajo el sistema fiscal común”, explica Lluís Torrens.

“Esperamos tener los resultados muy pronto y de una manera satisfactoria”, asegura Torrens, que admite “la incomprensión que existe aún en buena parte de la sociedad” hacia la idea y la facilidad con la que sea cae el error de multiplicar simplemente la renta hipotética anual por el total de la población (los cálculos se disparan en ese caso por encima de los 250.000 millones de euros).


“No podemos pensar en la Renta Básica como en una simple gestión de 45 millones de pagas mensuales”, advierte Torrens, que explica en detalle los números de la RB en un extenso artículo en Sin Permiso. “Tampoco se puede hablar de la RB sin integrarla en una reforma fiscal que, combinada con ella, hace que los ricos paguen más que antes, aun cobrando también esa renta”.

La “incompresión” de la que hablan Raventós y Torrens afecta tanto a la derecha como a la izquierda, si bien es cierto que los partidos de “nueva” izquierda incorporaron la RB a sus programas en las elecciones europeas y que dos precandidatos a la secretaría general del PSOE también la defendían en sus programas…

En un estudio para Cataluña en el 2010, en plena crisis, estipularon una Renta Básica anual de 7.968 euros anuales

“Obviamente, el surgimiento de Podemos con una mención expresa y definida ha sido la espoleta que ha puesto la Renta Básica en el centro del debate público”, agrega Lluís Torrens, que moderó en el reciente Simposio la mesa dedicada a la RB y el futuro del estado del bienestar.

“La RB no es un sustituto sino una ampliación del estado del bienestar”, sostiene el economista catalán. “Podríamos considerarla como el quinto pilar universal tras la sanidad, la educación, las pensiones y los cuidados familiares (para niños de 0 a 3 años y mayores dependientes). Y a mi entender se debería complementar con un sexto pilar, que es el acceso a una vivienda digna a precios razonables”.

“La RB tampoco sería un cheque para comprar servicios del estado del bienestar en el mercado y desmantelar los servicios públicos”, advierte Torrens. “Al contrario, serviría para garantizar que, una vez cubiertas la educación, la salud, las pensiones y los cuidados a niños y mayores, se puedan satisfacer el resto de necesidades básicas, como la alimentación, el vestido, la energía o la vivienda”.

Con variantes más o menos disimuladas, la RB es ya una realidad en los países nórdicos, donde nadie se queda sin lo básico para sobrevivir

“En nuestra hipótesis de trabajo, una convergencia con Europa en presión fiscal (que está 8 puntos por encima de España) permitiría no sólo para sufragar la RB, sino también incrementar los servicios del estado del bienestar a promedios europeos”, asegura Torrens. “Crearíamos también el empleo necesario para sostener las pensiones y reducir la intolerable tasa de paro, sin incumplir los criterios de déficit acordados con Europa”.

“No son las cuentas del gran capitán”, advierte. “Nos estamos basando en la evidencia de los multiplicadores del incremento del gasto gubernamental y en su efecto neto sobre las cuentas públicas”. 

“Otra de las grandes ventajas de la RB es su eficacia frente a la extrema ineficacia de las rentas condicionadas”, recalca Torrens. “Los subsidios que tenemos ahora hacen caer a sus beneficiarios en la maldita trampa de la pobreza... Y no es cierto que la RB fomente el parasitismo, más bien lo contrario: hay estudios que demuestran que sirve para empoderar a los trabajadores, para ayudar a emanciparse a los jóvenes y a las mujeres, para evitar la exclusión social y financiera".

“Con variantes más o menos disimuladas, la RB es ya una realidad en los países nórdicos, donde nadie se queda sin lo básico para sobrevivir", afirma Torrens, que insiste en la necesidad de una revisión a fondo del tiempo de trabajo para hincar el diente al grave problema del desempleo: "Paradójicamente, en España se trabajan muchas más horas que en los países con bajo paro. Si los españoles se repartieran las horas de trabajo de una manera similar a Holanda o Alemania, nuestro paro sería similar al suyo".

"La Renta Básica permitiría avanzar al mismo tiempo hacia un mejor reparto del trabajo", concluye el profesor de Universitat Pompeu Fabra. "Lograríamos crear empleo sin incrementar costes, y las rentas más bajas y medias saldrían ganando. No es la cuadratura del círculo, porque habría problemas para su aplicación, pero creo realmente que se le parece... La Renta Básica sería un colchón de seguridad y podría contriburir a producir un verdadero cambio en las relaciones laborales en nuestro país".