La mina de carbón que compromete al Reino Unido

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En país anfitrión de la Cumbre climática COP26 de Glasgow, el presidente Boris Johnson planea autorizar la construcción de una mina de carbón.

El Comité de Cambio Climático británico ha advertido sin embargo que la apertura de la mina crearía problemas.

Los planes para una nueva mina de carbón en las costas de Cumbria, al norte de Inglaterra, amenazan con comprometer la reputación del Reino Unido ante la crisis climática. El ex científico de la NASA James Hansen ha escrito personalmente una carta al "premier" Boris Johnson para advertirle que sería "una infamia y una humillación" que el país anfitrión de la COP26 de Glasgow diera el visto bueno a la polémica mina de Whitehaven, que podría empezar a construirse este año.

      Hansen ha pedido a Johnson que muestre "perspicacia y coraje" y entierre el proyecto, aprobado originalmente por el Consejo del Condado de Cumbria y  actualmente bajo revisión. Se trataría de la primera mina de carbón en los útlimos 30 años en las islas británicas.

     Su finalidad sería en cualquier caso la extracción de carbón bituminoso para la producción de coque, un combustible sólido que se utilitiza para la fundición de acero, aluminio y otros metales. Los defensores de la mina -entre ellos, el diputado conservador Trudy Harrison- sostienen que el carbón no iría destinado a la generación de energía y que el proyecto serviría para reactivar económicamente la zona y generar 500 puestos de empleo.

      El Comité de Cambio Climático, dirigido por el también conservador John Gummer (Lord Deben), ha advertido sin embargo que la apertura de la mina crearía problemas. El Gobierno británico se ha comprometido a dejar de usar carbón como fuente de energía en el 2025. El comité ha recomendado que se deje de usar carbón para la producción de acero en el 2035, a menos que por esas fechas estén desarrolladas tecnologías de captura del carbono.

     David King, ex enviado especial para el cambio climático del Gobierno británico, ha intervenido también en la polémica. "No deberían autorizar la mina", declaró King a The Guardian. "Sería un gran error y creo que James Hansen lo ha expresado muy bien".

    La aprobación de la mina de Cumbria dejaría en una posición muy comprometida al país organizador de la COP26, que es también el promotor de la alianza global para abandonar el carbón, "Powering Past Coal" (PPCA, por sus siglas en inglés), en la que participan ya más de un centenar de países. El 85% de la producción de la nueva mina sería además para la exportación.

     Curiosamente, esta semana semana se ha celebrado la cumbre virtual de la PPCA, auspiciada por la secretaria de Estado británica para la Energía Anne-Marie Trevelyan. "Habiendo superado las 5.000 horas sin usar carbón para la generación de electricidad el último año, el Reino Unido está impulsando la transisición hacia las energías limpias con un enorme potencial", declaró Trevelyan, en el momento de defender "un futuro más verde y más saludable para esta generación y las que vienen detrás".

     El "premier" Boris Johnson aún no se ha pronunciado personalmente sobre el proyecto de la mina en Cumbria. Cuarenta diputados conservadores le han remitido una carta defendiendo el proyecto, como parte de las inversiones del Gobierno británico para la recuperación económica del norte de Inglaterra.

    La presiones se acumulan en la mesa del "premier", que podría en última instancia cancelar los planes con una orden expresa a su secretario para Comunidades, Robert Jenrick. La mina, presupuestada en 190 millones de euros, extraería el carbón bajo los fondos del Mar de Irlanda y emitiría el equivalente a 8,4 millones de toneladas de CO2 al año.

    Los planes chocan abiertamente con el compromiso de una reducción de emisiones del 68% para el 2030 anunciada recientemente por Boris Johnson. Mayor sería aún su impacto simbólico, pues dañaría ostensiblemente el liderazgo del Reino Unido en la acción ante el cambio climático.

     El país que abanderó la revolución industrial celebró su primer día "sin carbón" en el 2017 y la primera semana "sin carbón" un año después. Aunque aún hay cuatro centrales térmicas de carbón operativas (Drax, Ratcliffe, West Burton y Kilroot), apenas aportan el 5% de a la tarta eléctrica. En el 2020 se consumó además el "sorpasso" -42% a 41%- de la energía generada con renovables (eólica, solar, hidroeléctica y biomasa) al gas y al carbón en el Reino Unido.

    El resto corresponde a la energía nuclear, con la vieja central de Sellafiled aún activa en la costas de Cumbria, a menos de cincuenta de kilómetros de la mina proyectada y a tiro de piedra del Parque Nacional del Distrito de los Lagos, uno de los destinos más emblemáticos del noroeste de Inglaterra..

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