EEUU pide tratar la crisis climática como "una emergencia"

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"Nos sentimos orgullosos por estar de vuelta", asegura John Kerry en la cumbre de la Adaptación Gobal

Estados Unidos ha vuelto a la escena internacional pisando fuerte y reclamando tratar la crisis climática como "una emergencia". El enviado especial para el clima John Kerry ha lanzado el llamamiento en la Cumbre de la Adaptación Global celebrada virtualmente y organizada por los Países Bajos.

    "Nos sentimos orgullosos por estar de vuelta", dijo Kerry. "Regresamos con humildad por la ausencia de estos cuatro años y haremos todo lo que esté en nuetro  poder para compensarlo".

     A las pocas horas de su llegada a la Casa Banca, el presidente Joe Biden firmó un orden ejecutiva para volver al acuerdo de París, tras la salida decretada por Donald Trump en el 2017. La vuelta se hará efectiva en un mes y el propio Biden se ha comprometido a celebrar en sus primeros cien días una primera cumbre en suelo norteamericano para recuperar el terreno perdido.

     La Cumbre de la Adaptación Global está destinada a impulsar el Fondo Verde Clima de ayuda a las nacionnes menos favorecidas y más expuestas a los impactos de clima extremo: de los temporales a las inundaciones, pasando por las olas de calor o la subida del nivel del mar. El objetivo es crear sistemas de alerta, construir defensas costeras, mejorar el drenaje en las ciudades, invertir en cosechas resistentes a las sequías y construir resiliencia en las comunidades.

     "En Estados Unidos sufrimos tres tormentas devastadoras en el 2020, con unos daños estimados de 265.000 millones de dólares (290.000 millones de euros)",  advirtió Kerry. "Hemos llegado a un punto en el que es más barato invertir en la prevención del daño que en limpiar y reconstruir después".

     "Seguir con el actual nivel de emisiones supone condenar a los países más vulnerables y a la gente con menos recursos a condiciones fundamentalmente invivibles", agregó Kerry. "Por eso es urgente una reducción, por puro sentido común".

     "Tenemos ahora un presidente que, gracias a Dios, dice la verdad y ha decidido liderar", declaró Kerry. "Y sabe que tenemos que movilizarnos para hacer frente a este reto que se está acelerando. Tenemos un tiempo limitado para poder mantener la situación bajo control".

    Kerry reiretó el compromiso de su país a la meta de emisiones cero en el 2050 y anunció la publicación de su compromisos para la reducción en el 2030 "tan pronto como sea practicable". El enviado norteamericano se anunció también la vuelta de su país al Fondo Verde del Clima, después de los reiterados incumplimientos de la Administración Trump.

    El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró la necesidad de un mayor compromiso internacional de apoyo a la naciones menos favorecidas. Los Países Bajos, como afitriones de la cumbre, anunciaron un compromiso de 20 millones de euros. Se estima que harían falta al menos 100 millones de euros para la adaptación a prácticas sostenibles de agircultura en el Sahel africano, y una cantidad varias veces mayor para proyectos de adaptación en el sureste asiático.

     El Reino Unido, como organizador de la COP26 que se celebra en noviembre en Glasgow, ha tenido un papel vital en la cumbre y ha impulsado la Coalición de Acción para la Adaptación, junto a los Países Bajos, Egipto, Bangladesh, Malawi y Santa Lucía.

     El "premier" Boris Johnson intervino personalmente en la cumbre. "Es innegable que el cambio climático está ya sobre nosotros y está devastando nuestras vidas y nuetras economías", dijo Johnson, que recordó cómo su Gobierno se ha comprometido a invertir el equivalente a 5.800 millones de euros en defensas costeras y contra la inundaciones. 

    "La necesidad de una recuperación resiliente será nuestra prioridad este año durante la presidencia del G7", declaró el "premier". "Vamos a trabajar juntos para adaptarnos, para ser más resilientes y para salvar vidas en el mundo".